#MiercolesDeOTR
#QuedaPoquito
ASTRID
No sé si es por una cuestión relacionada con mi lado masoquista o por otra razón más morbosa que esa, pero cuento los segundos en los que esos dos se besan. Lo estoy viendo todo en primera fila como una chismosa.
Nunca se me pasó por la cabeza encontrarme con esto, mucho menos cuando llegué aquí con la mejor de las intenciones. Decir que me siento como una idiota se queda corto, porque ni siquiera puedo describir qué siento en realidad. Incluso cuando la curiosidad rebosa en mí y quiere descubrir quién es esa chica, todo lo que hago es estar oculta. Me vería realmente ridícula salir ahora pidiendo explicaciones porque no me corresponden pedirlas, ni a Mika darlas. Él y yo no somos nada, la prueba de eso está frente a mis ojos. Por otro lado, yo también tengo la culpa de ser tan ingenua —cielos, él me lo dice todo el tiempo— y creer que estaría solo.
Me asomo otra vez para observarlos una vez más; continúan pegados como palas. Otra risa compartida causa eco por toda la calle y los dos parecen a volver a entrar a la casa.
No estoy dispuesta a congelarme, ni mucho menos entregarle lo que tenía planeado a Mika, así que vuelvo por donde vine.
Soy una tonta.
De vuelta en casa, subo hacia mi habitación por donde salí: la ventana. Gracias a la tubería para que escurra el agua cuando llueve, puedo escalar sin problemas hasta el segundo piso, puesto que antes de salir no llevé la llave de la casa para que causar tanto estruendo. Entro por la ventana encontrando mi habitación oscura y fría, pero hay algo diferente... En cuanto veo a Patrick sentado en mi cama, doy un grito ahogado y choco contra el escritorio.
—¿Qué haces aquí? —interrogo, recomponiéndome de mi estado.
—Pasé por afuera de tu cuarto y no te encontré —explica, caminando hacia la ventana y cerrándola—. Tu truco de los almohadones fue muy malo, suerte para ti que quien te descubrió fui yo.
Lo miro con recelo, esperando que se marche, sin embargo, no parece dispuesto a hacerlo. Vuelve a sentarse en mi cama, apoyando sus brazos en las rodillas. Lanza un suspiro cansado y me mira.
—Vete —le ordeno, aunque claramente no estoy en posición para hacerlo porque, aunque esta es mi habitación, él acaba de pillarme y seguramente sabe a dónde fui.
—No me iré hasta que solucionemos todo.
Patrick es igual de terco que McFly. Los dos pueden ser tan diferentes y tan similares en ciertos aspectos que me da qué pensar. Ambos han ocultado sus secretos, ambos han hecho daño, ambos soy igual de chantajistas y mentirosos.
Me siento en la silla junto al escritorio, mirando en su dirección. Está despeinado y con una expresión cansada.
—Bien, no aplacemos más esto.
—¿Fuiste a encontrarte con McFly? —curiosea.
—Qué importa, es un idiota...
Niego con la cabeza sin poder quitar de mi cabeza la imagen de él y la desconocida besándose.
—Yo te lo advertí —dice, a lo que no puedo evitar colocar una expresión de desconcierto.
—No tienes derecho a decir eso, ambos son unos idiotas mentirosos.
Patrick sonríe con desanimo y baja la cabeza, mirando sus manos.
—Tienes razón, y ya no tengo excusas para negar lo que hacía. Yo... quiero disculparme por hacerlo.
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Obedeciendo tus Reglas TR#2 ✔️ | DISPONIBLE EN FÍSICO
Teen Fiction• YA DISPONIBLE EN LIBRERÍAS DE CHILE, PARAGUAY, COLOMBIA, ECUADOR, BOLIVIA Y ARGENTINA 🌎 • Versión Wattpad. Astrid Fissher es una silenciosa chica que cursa segundo año y sueña pasar inadvertida después de que su hermano Patrick, sufriera en mano...