Desconocidos

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MIKA

Su risa.

Ha sido su maldita risa la que me ha perturbado por las noches y por el día; despierto pensando en ella, sabiendo que aquella sonrisa inocente jamás será por mi causa. Y cuando caigo en cuenta de lo ridículo que es pensar en la mocosa de Fissher, un odio desconcertante cava hondo en mí.

El pequeño pajarito ha salido más inquieto de lo que me esperaba a juzgar por su apariencia sumisa. Tal vez son los genes toscos que posee de su hermano. De quien, por cierto, no he sabido nada después de ponerlo en su lugar.

—¡NO ME LO PUEDO CREER! —Ashley entra a mi habitación con uno más de sus berrinches— ¿Es cierto que esa tal Michelle se ha quedado atrapada con Chase?

Resulta que ayer el día estuvo interesante. Dado a que mi mejor amigo se mudó en los suburbios a causa de la separación de sus padres, ha terminado viviendo en unos departamentos bastos con un ascensor del demonio. Se quedó atrapado en él con la chica que ha estado mirando desde años pasados; Michelle Wallas, la misma patosa que me topé en el minimarket.

—Relájate, Ashley —le sugiero, posando un brazo sobre mi frente—. Ya la puse en su lugar.

—¿Qué le has dicho? —Ashley se sienta sobre mi cama. Al no responder parece irritarse— ¡Mika!

—Le dije que estaba muerta... —respondo sentándome, recordando un pequeño encuentro que tuvimos en Jackson—. No es el tipo de chica que responde, así que supongo que con eso bastará para que se aleje.

—¿Tú crees que... a ella le gusta Chase?

No estoy seguro si a ella le gusta Chase; pero estoy completamente seguro que después de lo sucedido en el ascensor su relación cambiará. Probablemente, Chase le ha dicho lo que siente y ella comience a cambiar de parecer... o eso me ha dado la impresión después de rechazarme.

"¿Cómo podría enamorarme de alguien como tú?"

La mocosa de Fissher se atrevió a escupir eso de su boca, ¿cómo se atreve? Alguien como ella... Yo debí haber dicho eso, no ella.

—No sé, Ashley —me levanto de la cama, tenso—. Ahora déjame vestir, debo ir a Jackson.





ASTRID

Viernes.

Lo bueno que tiene James, en cierto modo, es que no se mete en los asuntos que no le conciernen.

Lo que trato de decir, es que no ha hecho una sola pregunta sobre ocurrió entre Mika y yo. Así, no he tenido que lidiar con preguntas tormentosas y respuestas desconcertantes. No obstante, sus miradas inquietas y precavidas no se han quedado atrás. Tampoco las de Mika, quien ha estado fuera de sí durante el resto de los días, actuando como si no existiera.

Sé que no significa que esté a salvo de sus garras, pero creo que debo tener un ápice de esperanza.

—¿Ya viste el afiche enorme que pusieron de "El Baile de Bienvenida"? —me pregunta Megan. Hemos coincidido en la clase de Historia. Sentada a mi lado y con un libro abierto parado sobre la mesa, finge leer sobre la "Economía en los 50s" mientras revisa las notificaciones de su blog en su celular.

—No, ¿qué pasa? —Rasco el dorso de mi mano. El tema del baile no me hace ninguna gracia.

—Pues al parecer se puede llevar alguien externo al colegio... Podrías traer a alguien —Una sonrisa pícara se dibuja en sus contorneados labios. Chasqueo la lengua negando con la cabeza.

—Sabes bien que no soy de muchos amigos, Megan —Ella apoya su cabeza sobre la mesa y me mira— ¿A quién piensas traer tú?

Se encoje de hombros, indiferente. Seguramente una laaaarga fila de chicos quiere invitarla.

Obedeciendo tus Reglas TR#2 ✔️ | DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora