Obedeciendo tus Reglas TR#2 ✔️ | DISPONIBLE EN FÍSICO

Pajarito mentirosa.

ASTRID

—Todo marchaba de maravilla. Hasta hice un trato con Patrick para poder vernos sin tapujos. Creí que eras alguien herido con el que podía empatizar dado a que los dos fuimos engañados por la misma persona. Me consolaste cuando discutí con mi amiga, cuando mi hermano lo confesó todo, incluso me ayudaste con el concurso. Pero ahora que te descubrí besando a otra... ¿cómo debería tratarte? Odiarte sería la mejor opción, pero creo que no es la forma. Despreciarte tampoco porque simplemente no puedo. Todo lo que siento es decepción. ¿Es que el alcohol no te hace razonar? ¿Qué tan borracho estabas? Si ahora, cuando estábamos iniciando "algo" haces esto, entonces qué pasará después. No puedo salir con alguien que no me da la confianza de tener ojos sólo para mí, que cuando se pase de copas se meta con cualquiera que se le cruza en frente. Me gustabas, Mika, porque descubrí que no eras tan malo como lo demostrabas, que eras alguien herido. Pensé por un momento que podía cambiarte como toda niña tonta que cree tener esa mágica habilidad, pero estaba equivocada. Muy equivocada. Quizás debamos dejar esto hasta aquí.

Miro mi reflejo en el espejo; estoy hecha un desastre. Un espantoso desastre envuelto en una capa roja, porque soy lo suficientemente idiota como para asistir a la fiesta de alguien desconocido vestida de Caperucita sólo para entregarle una nota a alguien.

Las cosas que alguien como yo hace forma de venganza, ¿no?

Creo que decirle que gané en realidad el concurso y me marcharé, no es suficiente... Sí, debí decirle que estuve con él por lástima o algo así, aunque sea una mentira. No tengo la menor idea del porqué cambié mi manera de ver a Mika, pero esa imagen que estaba creando en mi cabeza se esfumó ya. O quiero intentarlo. Quiero intentarlo pero una fuerza sobrenatural lo impide.

Alguien desde el otro lado, golpea la puerta con euforia.

—¡Ya salgo! —grito, volteando hacia la puerta. Mis palabras han salido como una especie de gruñido.

—¡Llevas metida en el baño hace media hora! ¡Sal ya! —La voz chillona del otro lado me da escalofríos.

Me miro por última vez al espejo y procedo a salir. Como me lo había imaginado; una tipeja pintada como mino está de brazos cruzados esperando a que salga. Cuando paso por su lado me da un golpe en el hombro que me mueve entera y luego se encierra en el baño.

Afuera todo está igual de alocado a como llegué. Busco a Megan, James o alguno de los chicos con los que vine, pero no encuentro a ninguno. ¿Cómo es que siempre ocurre esto cuando salimos? Aunque les pedí a ruegos que no me abandonaran y se quedaran en el auto esperándome, ellos no lo hicieron, así que una vez más fui abandonada por mis "amigos".

No quise venir a la fiesta de disfraces sola, por lo que le pedí a Megan que me acompañara, pero como no teníamos transporte, ella invitó a James, y James invitó a dos de sus amigos, los cuales creí que me estaban esperando en el auto cuando entregué el resultado del concurso. Sin embargo, la vejiga de Megan tuvo otra idea y terminamos de vuelta en la fiesta. Fue realmente incómodo el momento en que apareció entre Mika y yo preguntando si podía entrar al baño.

Al final, Mika y yo terminamos de vuelta en la fiesta con paso silencioso. Megan fue al baño del primer piso de la lujosa casa que ahora parece manicomio, mientras yo decidí ocultarme de Mika en el baño del segundo piso con el fin de ensayar mi discurso no tan bien elaborado sobre nosotros. Y bueno, antes de ser interrumpida por la tipeja estuve practicándolo frente al espejo.

Bajo las escaleras hasta el primer piso y me encuentro con Megan.

—¿Qué pasó con Mika? —pregunta al verme. Respondo con un gesto despectivo— James se ha tenido que ir de urgencia, ha dicho que a su papá estaba molesto porque no estaba con él esperando las doce de la noche, así que tuvo que irse.