Obedeciendo tus Reglas TR#2 ✔️ | DISPONIBLE EN FÍSICO

Los perros se comen las sobras.

Vengo a compartirles mi felicidad :D Estoy embar... No, mentira D: Les traigo amor, les traigo un nuevo capítulo dedicado a libreelisa. Este capítulo lo iba a subir ayer, peeero pasó de todo en la noche... y cuando digo "de todo" no es nada cochino, sino al revés D:

Ah, sí. Muchichichichisiiisimas Graaaaaacias por 1M de lecturas <2+1.

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ASTRID

—¡NUNCA MÁS!

El corazón me late deprisa. Mis manos tiemblan mientras agarran con fuerza la chaqueta de James. Mis gruesos lentes están en la punta de mi nariz a punto de resbalar y estrellarse contra el suelo. Debo hacer un esfuerzo sobrenatural para acomodarlos e impedir que caigan.

—Pareces un papel, Cuatro Ojos —comenta James entre risas cargadas de mofa al ver mi reacción.

La "Casita Embrujada" ha sido peor de lo que creí recordar.

Hace unos cuantos años Patrick tuvo la brillante idea de entrar a la casita en un grupo diferente; es decir, él entraba primero con desconocidos, luego yo. Para ese entonces, y con mis trece años recientes, lo que parecía ser la casa más espeluznante de todas, para mí fue la peor burla para las películas de terror. Sin embargo, el tiempo me ha hecho más temerosa al parecer.

Si no fuese por James, seguro estaría chillando ahora. Pero no, ¿cómo podría hacerlo teniendo que aguantar sus carcajadas burlonas hacia mi persona?

—Eres una persona horrible, James Cooper —Respiro hondo, intentando calmar mi acelerado corazón—. Estás oficialmente incluido en mi lista negra. Justo por debajo de McFly —bromeo.

Al parecer mi chiste no le hace gracia, pues cambia su expresión de improviso a una más seria.

—No me compares con ese... —Junta sus labios oprimiendo lo que parece ser una grosería—. Yo soy mucho mejor que él.

—Pues sí, en muchos sentidos.

Me encojo de hombros, aceptando la evidente verdad.

James y Mika son polos opuestos, completamente.

Tras la Casita Embrujada, emprendemos nuestro rumbo hasta lo que resta del parque. Decidimos comprar algodón de azúcar para cada uno y nos quedamos unos minutos mirando una función de títeres rodeados de niños pequeños.

Es la primera vez que tengo una "cita" con alguien y debo admitirlo: es divertido. Puede ser que salir con James sea más ameno y agradable que con otro chico, porque aunque seamos muy diferentes y de otra escala social —vamos, él es súper conocido en Jackson y tiene tanto carisma con los demás estudiantes, así como con los profesores. Yo por mi parte, disfruto siendo una ocupa más, silenciosa y responsable—, los dos logramos congeniar perfectamente como las piezas de un puzzle.

No lo entiendo... ¿Cómo llegué a gustarle? A veces creo que es una apuesta más. Que James es amable, tierno y buen amigo conmigo por una apuesta, así como lo hizo en su tiempo Jones Cooper, pero al mirarlo y ver sus ojos... no puedo pensar que sea verdad. Digo, James no es perfecto; pero tampoco esa clase de chico, ¿verdad?

—La cita funcionó, al parecer —Pestañeo un par de veces. James sonríe.

—¿Qué dices? —Alzo una ceja, confundida.

James peina su cabello hacia atrás con sus manos y se dispone a responder. Sin embargo, antes de hacerlo, una voz masculina menciona mi nombre.

—¿Astrid?