Impulsos.

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Ahora sí, perdí el archivo antiguo y todo lo que había escrito en este capítulo D': Lo tuve que rehacer y escribir lo que recordaba. No habrá POV sobre Mika porque en realidad fue poco y no lo recuerdo U_U

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ASTRID

Desde que tengo memoria he sido un imán para las pelotas y toda clase de desastre que puede existir en la tierra; aún no entiendo cómo ha sido posible no haberme fracturado un hueso, porque en serio, mi mala suerte suele ser mucha. Si alguien no me cree entonces tengo la prueba irrefutable: Mika McFly. Él es la evidencia de mi mala suerte. Sin embargo, las cosas ahora son peor, la pelota que me quedé embobada mirando ha caído justo en mi nariz causando un sangrado inmediato.

—No creo, niña —responde la enfermera a mi pregunta. En serio quisiera marcharme del colegio lo antes posible antes de llamar la atención más de lo que hice hace un momento—. Las hemorragias nasales suelen pasarse en unos minutos.

—Es bueno saberlo —disparo con sarcasmo.

Estoy sosteniendo con una mano el tabique de mi nariz, apretándolo; y con la otra sostengo una toalla blanca para no marchar nada más. Además de tener inclinada la cabeza hacia arriba mirando el foco de luz tenue que ilumina la enfermería. Las cosas podrían haber sido peores, al menos aún conservo mis lentes intactos.

—Permanece así unos minutos y no te muevas por nada —ordena la enfermera.

—¿A dónde va? —interrogo con nerviosismo, bajando un poco la cabeza.

—¡NO TE MUEVAS! —me reprende— Iré a buscar algo para que te cubras esa ropa ensangrentada que tienes. Además iré a hablar con el profesor de Educación Física, no eres la primera que llega en éste estado...

Sin más que decir, ni nada que escuchar de mi parte, escucho el golpe de la puerta al cerrar. He quedado sola en la enfermería, en la peor posición de todas, con la ropa ensangrentada, mi nariz hinchada y mensajes en el celular que no he podido responder, lo único que faltaría para humillarme más sería...

—Válgame —Esa voz siniestra, burlona y sarcástica sólo puede pertenecerle a alguien—, cuando creí que no podía verte más humillada con esos lentes gruesos y tu estúpido aspecto de mojigata enferma, apareces ante mí así... Tú siempre dando lástima, Pajarito.

Una risa jocosa surge de él. McFly aparece en mi campo de visión y lo primero que hago es mirar en otra dirección encontrando la pálida pared nada más. Muerdo mi labio y vuelvo a reprender mi mala suerte, hasta que el choque de sus zapatos de marca en el suelo comienza a inquietarme más aún.

Se está acercando.

—¿Debería tomar una fotografía para el recuerdo?

Cierro mis ojos unos segundos, intentando asimilar mi situación. Sin embargo, los abro enseguida cuando siento uno de sus dedos recorrer mi cuello hasta mi barbilla y luego mis labios. Su dedo frío contrasta con el calor de mis labios. Una ráfaga de electricidad pasa por mi espina dorsal, entonces me armo de labor para mirarlo buscando alguna explicación de su acción.

Mis ojos se conectan unos segundos con los de él y parece desconcertado, como si lo que acaba de hacer no lo hubiese pensado, sino que fue un impulso impropio de él. Aparta su mano de mí y retrocede confuso.

—Já... por un momento casi siento pena por ti —farfulla con arrogancia—. Ten, para que limpies ese rostro asqueroso que tienes —De su bolsillo ha sacado un pañuelo blanco, el cual lanza hacia mí.

Sin decir más, camina hasta la puerta y la abre.

Bajo las manos lentamente y sostengo el pañuelo de Mika, parece de un material fino, correspondiente a los de su clase. ¿En qué pensaba? Jamás podría aceptar éste falso símbolo de piedad en él. No podría ni aunque fuese a la fuerza o no tenga otra alternativa.

Obedeciendo tus Reglas TR#2 ✔️ | DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora