Capítulo 35

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Ucker frunció el ceño.

Dulce nunca accedería. Sospecharía demasiado.

-Ya, pero por eso piensa que soy un depredador sexual y actúa en consecuencia.

-Me he perdido -dijo Chris, pero entonces cayó en la cuenta de repente-. No intentarías llevártela a la cama, ¿verdad?

-La besé -respondió Ucker. Llevársela a la cama había sido su objetivo, pero por una razón meramente altruista. Cierta intimidad podría haber estimulado su memoria-. Pero eso no es asunto tuyo.

-Dulce es mi hermana. Acaba de perder parte de su memoria. Por supuesto que es asunto mío. Una vez que se haya recuperado, ambos podrán hacer lo que quieran.

-Sólo era una forma de hablar -susurró Ucker, agitando la cabeza.

Chris creía que Ucker y su hermana eran muy testarudos.

-¿Acaso tuvieron alguna discusión antes de venir al barco el sábado?

Ucker negó con la cabeza.

-No, nada fuera de lo normal.
Quizá no haya estado de muy buen humor últimamente, pero creo que se debía al jet lag. El mes pasado tuvo que viajar por trabajo en cinco ocasiones y parecía un poco pálida. Por eso pensé que ir al barco con ustedes sería buena idea.

-Así que no existe ninguna razón por la que podamos creer que ha intentado olvidarte.

-Naturalmente que no -respondió Ucker, haciendo todo lo posible para reprimir su ira.

A Chris no le quedaban más ideas.

-Entonces tendrás que volver a cortejarla.

-Ésa es una idea estúpida.

Chris agarró una botella de la nevera y abrió el tapón. Agitando la cabeza, miró a Ucker antes de dar un trago.

-¿Acaso tienes alguna mejor?

Christopher odiaba tener que admitirlo, pero no tenía una mejor respuesta que darle.

-No.

-Pues entonces inténtalo al menos. Hasta que se te ocurra otra cosa. Supiste ganártela una vez. Puedes hacerlo de nuevo.

-No tengo por qué ganármela, ya la tengo -protestó Ucker, a pesar de que reconocía que, si la poseyera, ella no le habría echado de su dormitorio.

Christian lo miró fijamente.

-¿Ah sí? -antes de que Ucker pudiera responderle, Chris miró su reloj-. Bueno, ahora tengo que irme. Piensa en lo que te he dicho.

-Sí, lo pensaré -dijo Ucker, volviendo a agarrar el martillo, y fijando la atención sobre la pared, empezó a golpear más fuerte.

-Hazlo, Ucker -murmuró Chris mientras se dirigía hacia la puerta.

Esposos y Otros Desconocidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora