Capítulo 7

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Todos empezaron a preocuparse. Christian se sentó al lado de su hermana y extendió su mano frente a su rostro.

-Dul, ¿cuántos dedos ves?

-Tres -Dulce cerró la mano de Christian y le empujó hacia un lado-. Todos sabemos que es hasta tres hasta donde puedes contar. No me apetece jugar ahora contigo, Chris. Quiero que alguien me diga quién es este hombre y por qué está intentando dar órdenes a todo el mundo.

A pesar de la tensión que había en el ambiente, el comentario de su hermana hizo reír a Poncho. Sin embargo, el rostro de Ucker parecía crispado.

Con frecuencia él y su hermano se habían preguntado cómo Ucker había podido vivir con su hermana durante los últimos dieciocho meses y seguir todavía cuerdo.
El miedo empezó a apoderarse de él nuevamente.

Christopher miró fijamente a Dulce, a la mujer que amaba más que la libertad y la vida a la que había renunciado por ella.

-No sabes quién soy.

Decirlo en voz alta resultaba absurdo. Después de todo lo que habían compartido... Aquello tenía que ser una broma cruel para vengarse por la discusión que habían tenido.

-No, no sé quién eres.

-¿Estás bromeando? -pronunció cada una de las palabras lentamente para darle la oportunidad de retractarse.

Deseando que lo hiciera. Si estaba bromeando, iba a matarla. Lentamente.

-Estoy sangrando. ¿Por qué debería de estar bromeando?

¿Por qué sus hermanos le estaban haciendo eso? ¿Por qué le estaban gastando una broma en un momento como ése? Ella les miraba a ambos, rogándoles que pararan.

-Chris, Poncho, ¿qué está pasando aquí? Además, ¿cómo he llegado hasta aquí? ¿Hasta el balandro?

Los tres hombres se miraron entre ellos. Dudaban si estaban siendo víctimas de una broma pesada o si realmente debían preocuparse seriamente por Dulce.

Dul se puso de rodillas, balanceándose un poco.

-¿Acaso no me han oído? ¿Qué está pasando aquí?

Miró a Christian, a Alfonso y después posó los ojos sobre el extraño. Sus hermanos ya le habían gastado bromas antes. Era una forma de recordar su infancia, pero aquello ya había ido demasiado lejos.

-Poncho, Chris, que uno de ustedes me lo diga. Quiero saberlo. ¿Quién es este hombre?

Esposos y Otros Desconocidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora