Capítulo 60

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Christopher se dirigía hacia la puerta para comenzar un nuevo día de trabajo cuando miró su reloj. No fue la hora lo que le llamó la atención, sino la fecha.

Tres de septiembre.

El día en que le había propuesto matrimonio a Dulce.

Dul se encontraba a escasos pasos de él. Si no se daba prisa ella corría el peligro de llegar tarde.

-¿Algo va mal? -le preguntó mientras comprobaba que tenía los pendientes bien abrochados.

Ucker no se movió. Se quedó petrificado en la puerta como si alguien lo hubiera tocado con una varita mágica.

Dulce contuvo un suspiro. Aún no se había acostumbrado a Ucker ni a tener que compartir su espacio con él. De hecho, empezaba a pensar que nunca lo haría. Habían pasado casi dos semanas desde que se había ido a vivir con el hombre a quien no recordaba y, excepto por algunos destellos repentinos que ni siquiera había logrado contener, nada le había venido a la memoria.

Recordaba que, cuando iba al instituto, los padres de su mejor amiga se divorciaron. Fue un trámite muy desagradable tras el cual la madre de Zorayda decidió cortar la cara de su padre de todas las fotografías que hallaba a su paso.

De alguna manera su cerebro había cortado a Christopher Uckermann de cada recuerdo que ella poseía de él.

¿Estaba su amnesia motivada por rumores de divorcio?

De repente, consciente de que no la había respondido, Ucker murmuró.

-Nada.

-Christopher.

El tono de su voz lo hizo girarse. Había algo que le decía que estaba a punto de decirle algo que no iba a gustarle nada.

-¿Sí? -le respondió, mirándola, preparándose para lo peor.

-¿Estábamos en trámites de separación?

-¿Qué?

Dulce tomó aire mientras enunciaba una a una cada palabra. Era como si estuviera hablando con alguien que no se encontraba intelectualmente a su altura.

-¿Estábamos en trámites de separación? ¿Hablamos en algún momento de divorcio? ¿Quizá habíamos visitado algún abogado o asistíamos a algún consejero matrimonial?

-No. Nada de eso -Ucker se detuvo. La miró a la cara. Su expresión seguía siendo la misma. Estaba desconcertada. Ambos lo estaban-. ¿Por qué?

Ella se encogió de hombros.

-Pensé que quizá mi amnesia podía deberse a algún hecho dramático.

Esposos y Otros Desconocidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora