Capítulo 3

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Un instante después ella tosió, expulsando agua por la nariz y la boca.

Christopher estaba mareado, aturdido, apenas consciente de las lágrimas que brotaban de sus ojos.

Dulce intentó incorporarse.

Él casi sonrió. Ésa era su Dulce. Una luchadora. No tenía el suficiente sentido común para permanecer tumbada.

Christopher apoyó una mano sobre su hombro.

-No intentes levantarte -le dijo con una voz rota.

Christopher la examinó rápidamente. Tenía un corte profundo en la frente justo al borde del nacimiento del pelo. Debía de haberse golpeado la cabeza contra el bote al subir a la superficie. La brecha todavía sangraba.

Ahora que estaba sana y salva, él sentía cómo recuperaba el genio.

Sin embargo, ahora no podía gritarle y pedirle explicaciones de qué diablos había estado pensando para hacer una cosa así. Pero ahora no. Aún estaba tan pálida y parecía tan débil...

Así que se mordió la lengua y se dirigió a su cuñado.

-Christian, ¿dónde diablos está el botiquín?

Alfonso era el mayor de los hermanos. Había sido él quien los había reunido a todos.

-Aquí mismo. ¿Qué necesitas? -le dijo Alfonso, arrodillándose junto a Christopher y abriendo el botiquín.

-Algo para parar la hemorragia. El corte no tiene muy buena pinta.

Hurgando en el botiquín, Christopher encontró la última tirita. Quitó el envoltorio y la colocó sobre la brecha.

Frunció el ceño. Dios, cuánto le había asustado. Ahora que todo había acabado y ella estaba allí tumbada en la cubierta del balandro de su hermano, viva y consciente, Christopher se percató de lo acelerado de su pulso y la agitación que sentía. Si no la quisiera tanto le habría retorcido el cuello.

Agitado, Alfonso se puso en pie con el botiquín en sus manos. Se lo dio a Christian.

Christian miró a su hermana con recelo.

-Bueno. Se pondrá...

-Estoy bien -le cortó Dulce.

¿Por qué estaban hablando de ella como si se encontrara en otra dimensión? Estaba allí mismo. Odiaba ser el centro de atención.
A pesar del martilleo que azotaba su cabeza, se sentía como si estuviera entre algodones.

Dulce intentó fijarse en el hombre que se había puesto en pie.

-Christian.

Esposos y Otros Desconocidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora