CAPÍTULO 2 - Adiós

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Adiós

Volví a despertar y esta vez las cortinas estaban abiertas, la luz del sol daba justo en mi cara. La puerta también estaba abierta y desde la camilla podía ver que pasaban personas vestidas de blanco en distintas direcciones. Una mujer entró a mi habitación con una bandeja que tenía un vaso enorme con leche caliente y cuatro galletas con chispas de chocolate. Dejó la bandeja en el mueble y dijo:

-Buenos días pequeña, mi nombre es Carla y hoy seré tu enfermera. ¿Quieres decirme cual es tu nombre?-

Ahí me di cuenta de lo que pasaba, estaba en un hospital, pero no sabia por qué.

-Me llamo Sofia...-dije con timidez- ¿Puede decirme por qué estoy aquí?- Carla frunció el ceño y me miró extrañada, luego me puso una pulsera con mi nombre.

-Sofi estabas inconciente, tu papá nos dijo que habías despertado... llevabas un día dormida y nos tenías preocupados, me alegra mucho que te hayas reincorporado tan rápido- ¿Había estado dormida un día? Recuerdo que tenía sueño pero no sabía que era tanto.

En eso entró mi papá y la enfermera puso la bandeja en mis piernas, se despidió de mi y se retiró de la habitación. Mi padre me saludó con un tierno y suave beso en la frente.

Me tomé mi vaso de leche y después de la segunda galleta no pude más.

- Papi... ¿Y Julie y mamá? ¿Cuándo vendran a visitarme?- dije con preocupación.

-Ellas...- el mismo triste silencio del otro dia- Sofi... ellas no vendrán - dijo con una firmeza que no existía. Un nudo se formó en mi garganta y la confusión invadió mi cabeza.

-Ellas... no... ¿Por qué no vendrán?

-Hija ellas están aquí- dijo poniendo un dedo en mi pecho justo donde está mi corazón - tu.. Las recordarás por siempre y ellas te recordarán a ti mi pequeña Sofi... ahora estamos juntos...

Ese nudo se disolvió y mis ojos se empezaron a humedecer, en cuestión de segundos mi cara estaba empapada en lágrimas de dolor. Dos de las personas más importantes en mi vida habían muerto. Mi papá no vio más remedio que abrazarme y permanecer en silencio hasta que me quedé dormida.

(...)

-Ella amaba a su hermana, no se como se tomará esto de ahora en adelante y sin su mamá... sera mas difícil aún - decía la voz de mi papá.

-Lo se... será muy complicado criarla tu sólo. No tiene abuelos y ahora tampoco hermanos o una madre- Respondió una voz familiar.

Cuando abrí los ojos vi a mi tío John hablando con papá, me senté en la cama y noté que ya no tenía la aguja en mi cuello. Según mi papá, a través de eso me alimentaron mientras estaba inconciente.

Adoro a mi tío John así que cuando lo vi me subió el ánimo un poco.

-Tío!

-Pequeño monstruo, despertaste!

Estuve un rato con mi tío y después de la cena se fue. Él me animó un poco, es muy bueno conmigo y yo lo quiero mucho por eso.

Luego de medianoche un médico entró al cuarto y me dijo que los estudios habían salido muy bien y que mañana podía irme a mi casa. Eso me hiso recordar que no tenia casa, que MI casa se había quemado y hecho polvo. ¿A dónde iríamos?

~*~*~
06:45 am

La voz de mi papá me despertó indicándome que nos íbamos de ese triste lugar.

-Sofi despierta... nos vamos cariño.- Mis ojos se abrieron lentamente y al ver a mi papá me estiré un poco.

-¿A dónde iremos papi?- Pregunté apurada y con la voz somnolienta.

-Iremos a un lugar que se que te gustará mucho pequeña, ahora levántate y ve a cambiarte.- Mi papá me extendió los brazos para que lo abrazara y luego me dejó en el suelo.

Se fue directo al sillón blanco, en cima de éste había un bolso mediano, de ahí sacó un pantalón de polar morado, una remera manga corta blanca con un tierno dibujo de Minie Mouse y un suéter rosa pastel y me los entregó para que me los pusiera. En los pies me puse unas zapatillas de tela celestes oscuro y al rededor de veinte minutos ya había terminado... a quien engaño, en veinte minutos sólo logré ponerme la remera.

(...)

Una vez que estuve lista nos marchamos del hospital y fuimos a un Bufete para desayunar.

-Papi... ¿Esto no es mucha comida?- Dije a mi papá al ver la enorme torre de comida.

Él me había servido una taza de leche caliente, jugo de naranja, pan tostado con jalea de uva, manteca o miel, tres sándwiches de queso y tomate, un huevo revuelto con tocino, galletas con chispas y de salvado y un frasco de Nutella.

-No Sofi, cómetelo todo.

Obviamente no pude con todo, tenia cinco años y comí más o menos para almacenar hasta que tuviera quince. Me tomé la leche y el jugo, luego comí una galleta con Nutella y la otra con chispas la dejé a la mitad, mi papá me obligó a probar los sándwiches y el huevo revuelto y cuando sentí que iba a explotar no comí más. Se preguntarán qué pasó con la otra comida, bueno, mi papá se la comió y llevo como una "Sobra para el camino" menos de un cuarto del frasco de Nutella y tres galletas de salvado, así es, mi papá no tiene fondo.

Permanecimos en silencio un rato mientras mi papá manejaba y entonces decidí romper ese trágico silencio y prendí la radio en un canal que pasaban música antigua.

-¡¡Sofia por el amor de Dios pásate para atrás y ponte el cinturón!!- Dijo mi papá en un tono de desesperación. Hice lo que él me dijo y permanecimos en silencio otro rato.

-¿Ya llegamos?- Pregunté.

-No Sofia acabamos de salir del estacionamiento.

-Mmm... uno, dos, tres, cua...

-Hija ¿Qué haces?- Me interrumpió mi papá.

-Cuento cuanto falta para llegar. Me dijiste que era un lugar bonito.

-Si, si lo es...

-¿Y qué tal ahora? ¿Llegamos?

-No cariño, trata de dormir...

-Pero no tengo sueño.

Algo me dice que éste será un laaaargo viaje...

Reglas De SofíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora