CAPÍTULO 40 - Arreglando mi vida

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Arreglando mi vida

Llegamos a destino y me bajé del coche de mi hermana, caminamos hasta la entrada de la casa y sin dar más vueltas abrí la puerta, Julie me dejó pasar a mí primero y luego entró ella.

Sentado en la mesa estaba papá con cara de preocupado y masajeando sus sienes, al vernos entrar se paró de la mesa corriendo y vino directo a abrazarme.

-¡Hijas! ¡¿Dónde estaban?! Me preocuparon mucho ¿No ven la hora? Van a ser las seis y ninguna aparecía.

-Emm.. Papá yo...

-Fuimos a pasear, tuvimos una linda tarde de chicas- interrumpió mi hermana.- ¿No es así Soff?

La miré confundida con los ojos tan abiertos que pensé que se saldrían.

-Yo.. Emm.. ¡Si! Una.. Hermosa.. Tarde.. Con Julie..

No sabes mentir

Nadie pidió tu opinión.

¿Y a mi qué?

*Insertar aquí cara enojada sacando la lengua muy madura*

-Voy a subir- dije nerviosa- no me esperen a cenar, no tengo hambre.- a esto último lo dije ya subiendo las escaleras.

-Está bien- respondió papá.

Al llegar a mi cuarto me tiré en mi cama y tomé un largo suspiro. Mathew seguía rondando en mi cabeza, siento que no puedo vivir sin él y sus locuras, pienso en perdonarlo y luego recuerdo que no sólo quiere destruir mi corazón sino también mi relación con los profesores en la escuela. Siento pena por perder lo que alguna vez tomé como "Amistad" y de repente empiezo a escuchar una suave música conocida para mi ¿Será que me estoy volviendo loca? ¡No! Es el ringtone de mi celular.

Lo saco de mi bolsillo y contesto sin mirar de quién se trata.

-¿Hola?- dije apurada

-Soff...- mi cuerpo se queda helado al escuchar esa voz que tanto deseo y mi corazón da un vuelco haciendo que todo se detenga. - ¿Soff, estás ahí?

-Emm.. Si.. Yo.. ¿Mathew?

-Si, soy yo

-¿Qué quieres?- dije indiferente.

-Decirte que ya sé por qué estás enojada conmigo y explicarte todo.

-No necesito explicaciones.

-¡Pero yo necesito explicarte!

-No, Matt

-Dame sólo una oportunidad Sofia, es lo único que te pido.

Me quedé callada pensando en qué podría pasar si le doy otra oportunidad. Suspiro cortamente y le digo lo que pienso.

-Sólo una oportunidad más, mañana a las cinco en los tacos.

-Okay... Gracias

-Adiós Mathew

-Adiós cerebrito, te quiero.

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