CAPÍTULO 42 - Supermercado

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Supermercado

10:15 am

El sonido de una alarma empezó a sonar.

Ya hasta los domingos pones alarma ¿Qué falta?

Abrí los ojos lentamente y empecé a pestañear una cantidad seguida de veces hasta acostumbrarme a la luz que entraba por la ventana. Con mucha flojera me giré para ver de dónde provenía ese horrible ruido. Al hacerlo, me encontré con mi hermana cubriéndose la cabeza con la almohada y tocando la mesita de noche.

-¡Julie, por favor apaga eso!- dije con voz cansada y ronca.

-Eso intento- contestó ella de la misma manera.

De repente el perturbador sonido paró y mi hermana empezó a estirarse.

-¿Para qué pusiste el despertador a esta hora un día domingo?- cuestioné imitando sus movimientos.

-Saldré a correr, lo hago todos los domingos sólo que tú no te enteras.

-Ah.. bueno, que te vaya bien Jul.

-Sobre eso...- dijo rascando su nuca.

Sabía lo que iba a preguntarme y, por supuesto, ya sabia mi respuesta.

-No iré a correr contigo- dije tapandome nuevamente.

-¡Oh! ¡Por favor! ¡Será divertido!- respondió ella acercándose a mi y sacudiendo mi cuerpo.

-Ya he escuchado eso muchas veces y te aseguro que terminará siendo todo menos divertido. No iré, es mi respuesta final.

~*~*~
-¡¿Me recuerdas por qué acepté venir?!- grité agitada corriendo tras el rastro de mi hermana.

-¿Será porque te soborné con Hot Dogs?- respondió mi hermana como si recién empezara a correr, cuando, en realidad, llevábamos cuarenta y cinco minutos corriendo.

-¡Malditos Hot Dogs! ¡¿Por qué los amo tanto?!- exclamé alzando las manos al cielo.

-Ya vamos a terminar ¡No seas vaga! ¡Corre!

30 minutos después

Julie y yo ya habíamos terminado de correr y.. corrección, Julie había terminado de correr mientras yo la seguía arrastrándome por el suelo y ahora estábamos en busca de un carrito de Hot Dogs para que mi hermana cumpliera su promesa.

Llevábamos quince minutos divagando por la calle hasta que se me ocurrió una gran pregunta.

-¿Qué hora es Jul?- pregunté mientras arrastraba mis pies en el pavimento.

-Las...- miró su reloj- once y media ¿Por qué preguntas?- dijo ella inocente.

-¡¿A dónde se te ocurre que nos van a vender un Hot Dog a esta hora un día domingo?!- respondí enfadada.

-Ouch.. buen punto.- dijo mi hermana haciendo una mueca- Okay, haremos esto: iremos al supermercado y compraremos lo necesario para hacer Hot Dogs y yo los prepararé en casa para el almuerzo.- extendió la mano hacia mi para que yo la estrechara.

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