CAPÍTULO 1 - Ya volverán...

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Ya volverán...

- ¡¡Sofia despierta!! ¡¡Maldita sea!! ¡¡Por favor levántate!! -dijo Juliette sacudiendo mi delgado y pequeño cuerpo.

- ¡¡Cállate Julie!! Quiero dormir - Respondí a los feroces gritos de mi hermana.

En realidad no sabía que estaba pasando, tampoco le hallaba explicación alguna a Juliette queriendo despertarme.

Cuando abrí los ojos vi una figura masculina entrar a mi cuarto, a continuación me cargó en sus brazos y Julie empezó a correr detrás de él. Cuando salimos de la casa me dejó en el suelo.

-¡¡Juliette suban al auto y cuida de tu hermana!!- dijo papá antes de desaparecer otra vez en las nubes de humo que brotaban de mi casa incendiada.

Mi hermana me tomó de la mano y empezamos a correr al auto que estaba a un metro de distancia. Cuando subimos puse mi cara en la ventanilla, al ver la casa en la que había cumplido mis recientes cinco años en llamas se me hizo un nudo en la garganta y de mis pequeños ojos verdes empezaron a brotar las lágrimas.

-Ay no.. Sofi... no llores. -Dijo la melodiosa voz de mi hermana mientras me abrazaba.

Juliette siempre se comportó como la hermana mayor. Siempre fue mi pilar fundamental y ejemplo a seguir. Me pongo muy contenta cuando me dicen que soy parecida a ella, algún día pienso ser así.
Pero en ese momento se demostró muy madura al no llorar al compás mío y me dieron más ganas de ser como ella.

El abrazo que me dio fue eterno y pude sentir la tensión de su cuerpo. Puedo jurar que en sus trece años de vida no había sentido tanto miedo, sin embargo no lo demostró, no la vi decaer en ningún momento. Cuando me soltó esbozó una débil sonrisa y las palabras empezaron a brotar de mi boca.

-Julie... ¿Por qué no vienen mamá y papá?- dije. Ella acarició mi mejilla izquierda y se pasó un mechón moreno por detrás de la oreja.

-Ellos están rescatando algunas pertenencias mientras vienen los bomberos, pero no tengas miedo Sofi, pronto vendrán.- Esas palabras fueron las últimas que escuché antes de acomodar mi cabeza en sus piernas y quedar profundamente dormida mientras ella jugaba con mis bucles rubios.

Lo próximo que vi fueron pantallazos de Julie llorando, papá cargando a mi hermana, la ambulancia y los bomberos y finalmente la oscuridad me invadió otra vez.

(...)

Después de mi larga siesta desperté con la cabeza sobre una cómoda almohada y mi delgado cuerpo estirado sobre una camilla. Quise sentarme pero las fuerzas no me fueron de mucha ayuda, tenia una aguja en el cuello y llevaba puesto mi pijama de Barnie.

En la habitación no había luz, sólo había un pequeño destello que provenía de una lámpara que estaba a mi costado en un mueble blanco, las cortinas también eran blancas al igual que las paredes y la puerta. Lo único de color en esa sala eran tres pequeños cuadros que estaban uno al lado del otro uno de un pato con patitos bebé, otro de una amapola y otro de la luna.

Luego de hacer un análisis completo a la habitación noté una mirada sobre mí. Desde un sillón blanco colocado a mi derecha esos ojos avellana me observaban con dulzura, pero también con dolor y cansancio.

-Papi...¿Do.. dónde est.. estamos?-dije con cierta impotencia en mi voz.

-Oh Sofi!! Oh mi dulce niña!! Has despertado...- Me respondió en un susurro emocionado.

-Papi no me has respondido... ¡¿Dónde estamos?!

-Eso no importa ahora, Sofi, pronto nos iremos.

En sus ojos se notaba la frustración. Esos hermosos ojos avellana me hacían acordar a Julie... hablando de ella ¿Dónde estaba?

-Papi... ¿Y Julie?

-Ella..-hiso una larga pausa de tristeza- ella está con mamá, cariño...

Noté que algo andaba mal pero entonces el sueño me venció y otra vez mis ojos se cerraron.

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