Tú, que vivirás, refiere la verdad y los motivos de mi conducta, a quien los ignora.
-Hamlet, Acto V Escena IX
Shion cerró el libro. Podía escuchar el sonido de la lluvia.
Esa habitación subterránea estaba aislada de la mayoría de los sonidos externos; pero por alguna razón, los sonidos del viento y la lluvia siempre parecían atravesar las paredes.
Un ratón subió a la pierna de Shion y se posó en su rodilla, retorció los bigotes y frotó sus patas delanteras como en súplica.
—¿Quieres que te lea este libro?
Chip.
—Realmente te gustan las tragedias, ¿Cierto? ¿Por qué no escoges algo más divertido?
El ratón lo miró y parpadeó con sus ojos color uva. Shion se acomodó en la silla y cruzó las piernas, con el ratón aún sobre su rodilla.
La silla alguna vez había sido una elegante pieza de mobiliario. Era evidente por su robusta constitución y los delicados patrones tallados en el respaldo; pero, ahora estaba desgastada y vieja; la pintura estaba descarapelada en varios sitios, y el cojín se había desteñido tanto que era imposible decir de qué color había sido antes. Aun así, era una de los pocos muebles que tenía la habitación. Una semana antes, Shion la había desenterrado del montón de libros que cubrían las dos terceras partes del piso.
—Entre estos libros debe haber escondido un tesoro aún mayor, si los acomodaras. —Shion tenía la intención de sonar serio, pero Nezumi se burló.
—¿Por qué no te preocupas en ganar algo de fuerza antes de pensar en cosas estúpidas como esa? Eres un chiquillo quién probablemente nunca ha hecho ningún trabajo físico desde el día que nació. Estás demasiado pálido y delgado.
—Estaba a cargo de las labores de limpieza del parque, tenía que hacer trabajos físicos todo el tiempo.
Los hombros de Nezumi se encogieron. Su voz estaba teñida de desprecio.
—¿Labores de limpieza? ¿En No. 6, las labores de limpieza cuentan como trabajo físico? Todo lo que tenías que hacer era operar los robots que hacían el mantenimiento y la limpieza. El trabajo físico es, chiquillo-
Nezumi sujetó el brazo de Shion y enterró sus dedos tan fuerte que hizo una mueca. Los dedos de Nezumi, delgados en apariencia, tenían un agarre sorprendentemente fuerte.
—-es usar estos brazos, tus piernas, y la espalda; usar tu propio cuerpo. Recuerda eso.
La manera de hablar de Nezumi, mordaz y sarcástica, no molestó a Shion una vez se acostumbró a ella. En su rudeza y cinismo había, frecuentemente, una verdad con la que no podía más que estar de acuerdo, y la mayoría de las veces se alejaba más persuadido que ofendido. Era verdad, el trabajo que Shion hacía en la Ciudad Sagrada de No. 6 sólo era presionar botones en el panel de control. Nunca había experimentado la clase de trabajo que hiciera crujir su cuerpo bajo su peso. No tenía experiencia en estar empapado de sudor, tener las manos rasguñadas y con ampollas, que le dolieran los músculos del cansancio; estar insoportablemente hambriento, y caer en un sueño reparador después de un día de trabajo.
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No.6
RandomEl año es 2013, en la ciudad de No. 6- la ciudad que personifica los más altos ideales de la humanidad. Shion ha sido criado como un élite de alto rango desde los dos años, pero en la noche de su doceavo cumpleaños, su destino se vuelve de cabeza cu...