¡Basta ya!

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¡Fuera todos los espejismos, atrás los vanos terrores y las visiones! La vida existe... ¿Acaso no estoy vivo en esta hora? [...] Ella está en el otro mundo- [...] ¡He ganado ahora la razón y la luz!... ¡La voluntad!...., ¡la fuerza! ¡Vamos a ver!

-Dostoievski, Crimen y Castigo

Estaba en posición fetal y con el ceño fruncido y los labios fruncidos lucía todo menos tranquila, los regueros de lágrimas aún resaltaban en su rostro, tal vez libre de la ansiedad, se había enroscado en una pelotita, apretando con fuerza la cobija con la que Karan la había tapado.

—Lili... pobrecilla. —Karan alisó las arrugas de la cobija y los labios de Lili se movieron imperceptiblemente.

—Papi... no te vayas, —murmuró en su sueño y sus dedos apretaron una esquina de la cobija.

Las lágrimas saltaron a los ojos de Karan y se apresuró a presionarse los dedos contra los lagrimales. Llorar no lograría nada, las lágrimas nunca le habían resuelto nada, había llorado hasta quedarse sin lágrimas cuando Shion había desaparecido.

Había llorado, llorado y llorado. Y ciertamente había ocasiones en que sus lágrimas le dieron apoyo, a veces llorar le permitió cambiar su mentalidad y dar un paso hacia el mañana. Tenía numerosas experiencias de esas, Karan no tenía intención de desestimar ni estar avergonzada de sus lágrimas.

Pero esta vez era diferente.

"Tengo que proteger a esta niñita, no puedo quedarme sentada y llorar, tengo
que hacerme más fuerte."

Karan acarició gentilmente el cabello de Lili, tenía que proteger a Lili de cualquier tipo de peligro. No permitiré que siga triste, no la dejaré sufrir. No pude proteger a Shion ni a Safu, pero debido a eso, tengo que proteger a Lili cueste lo que cueste.

Casi no tengo poder: poder para cambiar al mundo, ni para desviar la lluvia de la desgracia, ni poder para salvar a los que amo. Soy débil, pero no soy completamente impotente. Aún me queda un poco de fuerza en el interior, utilizaré esa fuerza para abrir los brazos y convertirme en un escudo para los más débiles y frágiles que yo.

—Papi... papi... estoy asustada. 

Karan besó a Lili suavemente en la mejilla. —Lili, está bien, todo va a estar bien.

Hubo un golpe en la puerta.

Alguien estaba golpeando la puerta de la tienda de una forma pesada pero apresurada. Cada vez que escuchaba un toque, el corazón de Karan solía dispararse ante la idea de Shion viniendo a casa, solía verse abrumada con la urgencia de correr hacia la puerta. Ahora estaba lo suficientemente calmada para prestar oídos al sonido del golpe en la puerta.

"No era porque hubiera perdido esperanza, como una madre, la esperanza del regreso de su hijo estaba firmemente anclada en su corazón."

"

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