¡Apágate, breve llama!

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Mañana, y mañana, y mañana
se arrastra con paso mezquino día tras día hasta la sílaba final del tiempo escrito, y la luz de todo nuestro ayer guío a los bobos hacia el polvo de la muerte. ¡Apágate, breve llama!
La vida es una sombra que camina, un pobre actor que en escena se arrebata y contonea y nunca más se le oye.

Shakespeare, Macbeth Acto V Escena V

Sólo una vez escuchó pasos aproximándose. Alguien estaba intentando subir corriendo las escaleras; pero las pisadas murieron junto con un disparo, un grito y alguien cayendo por las escaleras. No tenía que verlo para saber qué había sucedido:
las mismas escaleras que Shion había subido a toda velocidad hace unos momentos ahora seguramente estaban salpicadas con la sangre de alguien.

Y no sólo las escaleras; el piso, la entrada y el cuarto de revisión
probablemente estaban manchados de sangre y cubiertos de objetos rotos en una horrorosa escena. Seguramente un cuerpo o dos yacían en el piso.

¿Qué hay del doctor? ¿Qué había sido del hombre que salvó la vida de Nezumi?

-No te muevas. -Nezumi sujetó su brazo-. Aún no te muevas.

Shion, Inukashi y Rikiga, todos contuvieron el aliento y se tensaron como si sus palabras los hubieran encadenado. Incluso los perros descansaban en el piso,
inmóviles como peñascos, pese a gruñir bajito ante las pisadas.
Un minuto, dos minutos, tres minutos...

-¡Libertad para No. 6! ¡Libertad para todos nosotros! -resonó un grito ronco y agudo, de género indefinido. Justo después, voces furiosas y el sonido de golpes furiosos se escucharon a través de la ventana.

Es igual. Shion apretó el puño; su palma estaba empapada de sudor.

Era igual- no era diferente de la Cacería en el Bloque Oeste. La brutalidad que había visto bajo las nubes espesas de nieve tomaban lugar justo aquí, de nuevo.

La única diferencia era furtivamente dentro de los muros, y abiertamente fuera de ellos.

El sudor le picó en las incontables cortadas que tenía en la palma e hizo que le punzaran ligeramente. El sudor bajaba por su mejilla y entraba en su boca.

En No. 6 solía sentirse atrapado y sofocado, como ser forzado a utilizar ropas que no te quedan bien; pero hasta que Nezumi lo había salvado y habían empezado a vivir en el Bloque Oeste, nunca había tenido mucha dificultad en lidiar con esas vagas dudas y la sensación de sofoco, no hasta que le habían dado una oportunidad de mirar a No. 6 desde el exterior. De hecho, se había consolado en la pulcritud de No. 6 y su estilo de vida de abundancias; eso era cierto; había estado devorando esta comodidad y dándola por sentado. En ese entonces, la existencia del Departamento de Seguridad difícilmente le pasaba por la mente; nunca tuvo porqué: y los días seguían pasando. En la superficie, el tiempo pasaba pacíficamente sin incidentes.

¿Cuándo había empezado todo esto?

Shion había estado pedaleando su bicicleta a través del parque después de su turno. Tenía permitido montar su bicicleta en el parque, mientras no rebasara el límite de velocidad; pero el ocaso de primavera era tan hermoso que Shion había tenido ganas de dar un paseo para disfrutarlo.

El cielo estaba dividido en rosa oscuro, rojo y carmín. Las nubes en movimiento capturaban el sol, y sus bordes resplandecían de color dorado. La dulce fragancia de las flores se mezclaba con la refrescante esencia de las hojas nuevas; envolviendo al
transeúnte.

-Ah, el final de otro día.

-Fue maravilloso, ¿Verdad?

-Todo está bien en el mundo, como dicen. ¿Qué dices de coronarlo con una comida apetecible y algún vino excelente?

No.6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora