El año es 2013, en la ciudad de No. 6- la ciudad que personifica los más altos ideales de la humanidad. Shion ha sido criado como un élite de alto rango desde los dos años, pero en la noche de su doceavo cumpleaños, su destino se vuelve de cabeza cu...
No, entendiste todo mal. Huimos porque queremos vivir.
-Tezuka Osamu, Grandes Muñecas
Los sonidos del viento se hicieron más fuertes. Sus silbidos, agudos y un poco tristes, atravesaban las ruinas. El hombre despertó al escuchar el viento a su alrededor. No había perdido mucho de su serenidad. Atado y sentado en el piso, dejó vagar la vista por la habitación.
-¿Qué sucede? -preguntó con voz ronca. Nadie respondió. -¿Qué sucede Rikiga? ¿Entiendes lo que están haciendo, verdad?
-Desafortunadamente sí. -Rikiga lanzó un suspiro, uno de los muchos que ya había soltado ese día. -Lo entiendo tan bien que me da dolor de estómago.Como sea, yo no lo pedí.
-Suéltame. -El hombre se retorció en sus ataduras; pero se dio cuenta que cuanto más luchaba, más se le enterraban las cuerdas, así que pronto se tranquilizó.
Dejó vagar la vista de nuevo y se aclaró la garganta. Permaneció sosegado.
-¿Qué buscan? -dijo con calma. -¿Dinero? Seguramente no pensaran que se libraran tan fácilmente después de hacer esto.
-Nuestro punto no es librarnos. -Nezumi se arrodilló frente al hombre. El hombre abrió los ojos con sorpresa y murmuró apreciativamente.
-Eres una belleza. -Una sonrisa se extendió por su rostro. -Rikiga, este es una joya mucho más exquisita.
-Si deseas tenerme, -dijo Nezumi, deslizando un dedo enguantado por la barbilla del hombre, -entonces puedes conseguirme para complacer tu antojo. Pero será caro. Cinco monedas de oro no son suficientes.
-Pffff, -El hombre se burló. -Entonces sí es dinero lo que buscan. ¿Cuánto quieres?
-No quiero dinero.
La sonrisa despectiva se desvaneció del rostro del hombre. Intentó hacer la barbilla para atrás, pero los dedos de Nezumi lo sujetaron rápidamente y no se lo permitieron.
-Si no es dinero- ¿Entonces qué?
-Información.
-¿Qué?
-Información, -repitió Nezumi. -Ahora mismo, voy a sacarte cada pedazo de información que poseas.
-Que absurdo-
-Y después de eso, te daré toda mi compañía. Creo que es un buen trato, ¿No crees?
-No me hagas reír, -replicó el hombre. -¿Simples residentes del Bloque Oeste tienen la audacia de pedir información? ¿Y qué hará una inmundicia como tú con información sobre la Ciudad Sagrada, Mm? ¿De qué te serviría? Deberías regresar a revolcarte en el lodo al que perteneces.
Hubo una bofetada. La mano derecha de Nezumi lanzó un fiero golpe a la mejilla del hombre. El hombre cayó al suelo de lado. Nezumi lo levantó por el cabello y le golpeó bruscamente la otra mejilla. Una vez más, dos veces más. El hombre no soltó ni un gemido, sólo se desplomaba en el suelo con cada golpe.
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