Mejor será no conocerme

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Si he de pensar en mi acción, mejor será no conocerme.

 ¡Despierta a Duncan con tus golpes! ¡Ojalá pudieras! 


-Macbeth Acto II Escena II




Escuchó el sonido del viento, era un sonido seco y triste.

No puede ser...

Shion se detuvo y parpadeó lentamente. Estaba oscuro y aunque sus ojos se acostumbraran a la oscuridad, la penumbra sólo se reflejaría en ellos como penumbra, que era completamente negra; y por supuesto, no había viento soplando.

Aquí estaban en el centro de la tierra.

Un lugar en las entrañas de No. 6; precisamente un lugar de oscuridad; el sótano del Correccional. Por supuesto que no habría viento soplando, ni siquiera era posible que escuchara su sonido; aunque definitivamente había oído un silbido agudo, durante un breve instante, pero lo había oído.
No era un sonido que hubiera escuchado antes en No. 6, donde había estado viviendo hasta hace poco; no era una brisa que sacudiera suavemente los abundantes doseles, ni era algo que llevara hasta él la dulce fragancia de las flores. Era...

El viento de las ruinas.

Era el lamento del viento que silbaba entre los restos del hotel desmoronado en una esquina del Bloque Oeste; era un viento frío. Cada vez que lo sentía contra su cuerpo, recordaba sentirse como si se hubiera enfriado hasta la médula. Y de hecho, gente como los ancianos que colapsaban en el camino, incapaces de moverse, o los niños que estaban agotados por el hambre, eran azotados por este viento frió y eventualmente se congelaban hasta morir; era un viento invernal, cruel y despiadado.

Pero lo extrañaba.

Anhelaba mucho más el viento frió que atravesaba las ruinas, que las brisas suaves e inofensivas de No. 6.

¿Qué estaba haciendo Inukashi ahora? ¿Estaba cociendo sobras en la gran olla, haciendo enérgicamente comida para sus perros? ¿Estaba ocupado contando sus ganancias del día? Inukashi, con su piel morena, su cabello negro tinta y su cuerpo nervudo.

Había dejado un bebé al cuidado de Inukashi, le había impuesto, contra su voluntad, un bebé.

Deja las babosadas, Shion, estoy operando un negocio aquí, mi hotel; no estoy manejando un orfanato sin fines de lucro.

Shion podía imaginar su rostro, contorsionándose con disgusto.

Lo siento, Inukashi, no tenía a nadie más con quien contar, no tuve más opciónque aferrarme a ti y suplicarte ayuda.

Tsk.

Inukashi chasqueó la lengua.

Eres un dolor en el culo a donde sea que vayas, ¿Verdad? Bien, lo aceptaré; incluso yo tengo corazón para sentir un poquito de compasión, pero es un pedacito minúsculo e incluso un perro lo desdeñaría. Pero no tengo opción, este bebé; de quien sea; es el que mi propio perro protegió, arriesgando la vida, no puedo deshacerme de él así como así... mírame, soy fácil de convencer. Incluso hace que me dé asco de mi mismo.

Inukashi, tienes mi gratitud.

No me hace ni un poquito feliz tener tu gratitud, no le saco ningún provecho.
Shion, aceptaré al bebé por ahora ¿Entendido? Sólo por ahora, será mejor que vengas a recogerlo, tú decidiste acoger a este tipo, tú tienes que criarlo ¿Entendiste? Será mejor que vengas a recogerlo...

No.6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora