En mis ambiciones

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¿Quién soy? Un hombre buscando la felicidad, la busqué en mis ambiciones y no 

la encontré. Y todos los que viven como yo lo hice, fallan en encontrarla. 

-Tolstoi, "Camina en la luz mientras haya luz"





Era verano y acababa de cumplir veinte cuando fui elegido como miembro fundamental del proyecto Renacimiento.

Cuando nací, este planeta ya estaba en peligro; debido a las numerosas guerras, la contaminación y la destrucción del ambiente, más de la mitad del área de la tierra había sido devastado al punto de volverse inhabitable para la vida humana. 

El calentamiento global había hecho brotar una variedad completamente nueva de enfermedades contagiosas; los patrones del clima eran anormales e impredecibles; las guerras entre las naciones y tribus eran interminables y se estaban utilizando armas nucleares. Para cuando nos dimos cuenta, la humanidad se había llevado por si sola al borde de la extinción, los sobrevivientes sólo nos dimos cuenta después de estar tan cerca del borde, que teníamos que reflexionar sobre la estupidez de nuestras acciones. Nuestra estructura nacional se había derrumbado hace tiempo, así que pensamos ¿Por qué no empezar la vida desde el principio? Esta vez vivamos apropiadamente y no cometamos el mismo error. La gente que se las había arreglado para sobrevivir en este planeta superó las diferencias de raza, nacionalidad y origen étnico y prometió vivir humildemente con los fundamentos de la paz y armonía.

Y así nacieron seis ciudades.

No quedaban muchas regiones adecuadas para la vida humana y la mitad de la humanidad había muerto, así que la gente se reunió en esas limitadas regiones y empezó gradualmente a construir sus propias ciudades. Aquí también hubo alguna vez una ciudad, era una ciudad hermosa, había una cantidad casi milagrosa de naturaleza abundante, aún intacta en este pedazo de tierra. Es cierto que no había océano; pero había bosques muy espesos, lagos, pantanos y planicies. Sí, en realidad era un lugar milagroso, un lugar de milagros, como la rosa que florece en medio de restos condenados de ruinas. La ciudad fue establecida y la gente vivió tranquilamente, honrando su promesa. Yo nací en esa ciudad, nací, crecí y me convertí en un investigador; igual que tu madre, Shion. 

Habiendo dicho eso, el anciano sonrió.

—¿Mi madre?

—Sí, Karan se crio en la misma ciudad y también vivió allí.

—¿Qué clase de relación tuvo con mi madre?

La sonrisa del anciano se ensanchó, tenía un rastro de infantil. —Fuimos amigos de la infancia.

—¿Eh?

—Karan y yo fuimos amigos de la infancia, yo era mucho mayor que ella, pero con frecuencia jugábamos juntos, Karan era muy buena trepando arboles y podía subir a cualquiera, sin importar lo grande que fuera; eso me ponía nervioso frecuentemente, que temeraria podía ser ella a veces. Sí, recuerdo que era una chica hermosa y librepensadora, pensar que ahora es
una madre con un hijo crecido... 
—No me interesa la madre de Shion, —interrumpió Nezumi. —¿O es que Karan y tú se enamoraron y nació Shion? ¿La cosa va a resultar así? Eso sería un giro interesante.

—¡Nezumi! —dijo Shion con severidad.

Nezumi se encogió de hombros, echándole una mirada. —Las obras de tercera usualmente se escriben así. Rou, quiero que le aceleres, tú mismo lo dijiste: No tenemos tiempo. Había una ciudad y tú naciste y te criaste allí, luego te convertiste en un investigador, entonces te eligieron como miembro del proyecto renacimiento, a partir de allí... las cosas empezaron a estropearse. 

No.6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora