Capítulo 4
SOPHIE
Siempre había tenido una admiración especial por los peculiares objetos que identifican a un país. Con ello, también entran los monumentos y lugares turísticos que no podías dejar de visitar si eras un extranjero en un determinado sitio. En el caso de Londres, siempre me habían gustado las cabinas telefónicas con su color rojo llamativo. Adornaban cada calle del país inglés junto con sus autobuses del mismo color. Eran cosas pequeñas y que todo el mundo sabía de aquel lugar pero yo no salía de mi fascinación. Aún me quedaba mucho por recorrer de aquella ciudad pero tenía más que tiempo suficiente para hacerlo el fin de semana. Quizás las clases ahora no me lo permitían pero algunas cosas ya me iban enamorando en el camino.
Al llegar al colegio, me encontré con Aaron y Alisson, quienes estaban hablando de las audiciones. Ambos estaban indignados porque había un cambio de planes en las mismas. Si te querías anotar, solo debías poner tu nombre en el papel que se encontraba sobre el panel de noticias del secundario. ¿Pero cuál era la mala noticia? Bien, no se podía elegir el papel por el cual audicionar ya que de ello se haría cargo las profesora de la materia.
―Esto es injusto ―chillaba Alisson mientras caminábamos al salón que nos tocaba para la primera hora del día.
―No me sorprende que cambien de planes de esa manera. Siempre pasa algo ―dijo resignado Aaron rascando su nuca.
Sentí su mirada sobre mí y volteé.
― ¿Qué sucede?
― ¿Audicionarás?
Reí como cuando me lo había mencionado por primera vez. Negué con la cabeza. Alisson bufó ante mi respuesta.
―Te estás perdiendo de dar un gran paso, compañera ―dijo ella dejándonos ya que habíamos llegado al salón que le correspondía.
Esta vez, Aaron y yo teníamos materias diferentes así que cada uno siguió su camino y recién en la tercera hora tendríamos una hora compartida entre los tres. Cuando entré al salón, estaba completamente perdida. En esa clase, que era la primera vez que me tocaba, no tenía a nadie conocido. Algunos ojos curiosos se posaron en mi mientras caminaba hacia el único banco libre que se encontraba un antes del último de la fila. Sentía sobre todo, una mirada que estaba sobre mí. Sabía que era el chico que estaba detrás de mí pero lo evité mientras acomodaba mis cosas y tomaba asiento.
―Buenos días, alumnos―saludó el profesor mientras presentaba su materia. Química para ser exactos.
Lo duro de esa materia era que no me gustaban los números. Siempre preferí los libros aunque tuviera que leer cientos de hojas. Sin embargo, si el profesor era bueno explicando, no sería un problema. Siempre fui una alumna aplicada y de altas calificaciones. La típica cerebrito, a quien le pedían apuntes y ayuda para aprobar. Con el paso del tiempo, las cosas habían cambiado. Ya no ayudaba a los demás, a menos de que nos pudiéramos ayudar entre sí. A veces sonaba algo egoísta pero había aprendido a que me respetaran y no me usaran. Supongo que a nadie le gusta ser usado y yo no era la excepción.
El timbre sonó anunciando que la clase de hoy había terminado. Rápidamente todos se fueron de allí. No era de ese tipo. Me tomaba mi tiempo para guardar mis cosas y luego salir. En esta oportunidad, no estaba sola y alguien más se tomaba su tiempo. El chico que se encontraba en el banco de atrás también seguía en el salón. En un momento de su distracción, pude ver su fisonomía. Alto, buen cuerpo, rulos y pude ver el detalle que sus dientes tenían preso su labio inferior mostrando concentración en lo que hacía. Sus manos eran grandes pero concordaba con su cuerpo. Su mirada se posó y torpemente choqué con mi escritorio al querer caminar fuera de allí.
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Unknown World||H.S
Fanfiction"―No lo haré. Él rodó los ojos ante mis palabras. ―Eres el suplente y no practicaré contigo ―refuté mi decisión. Rió pero su sonrisa se borró al hablar conservando el brillo en sus ojos verdes. ―Sin embargo, lo necesitas. Ahora cállate y bésame...