#47. Solos y provocándonos

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Capítulo 47

SOPHIE

El lugar estaba en silencio. Todos dormían en la casa y los únicos despiertos parecían que éramos nosotros. Comenzaba a sentir frío como consecuencia del alcohol y cansancio. Aquella ducha que había mencionado Harry, ahora se hacía desear. Simplemente quería dormir.

—Estamos solos en casa, así que siéntete libre de hacer lo que te plazca —murmuró dándome la espalda mientras dejaba las llaves sobre una mesita que había a un lado de la puerta.

Solos. En su casa. Genial.

Levanté mi mirada al sentir la suya sobre mí. Quería descifrar lo que quería transmitir con su mirada pero aún no lo conocía como para poder hacerlo. Luego de unos segundos, me sonrió y comenzó a caminar hacia su cuarto. Yo no me moví.

—Ven, puedes pasar —me dijo a lo lejos.

Lo seguí y entramos a su cuarto. Simplemente miraba sus acciones. Sacó una toalla, una remera y unos calzoncillos.

—Toma —me tendió el conjunto y lo tomé.

—Gracias.

—Ve y toma un baño. Mientras tanto prepararé algo para comer.

—Harry, no. No es necesario—

—Sí, lo es. Debes comer porque tienes solo alcohol en tu cuerpo y asumo que no has comido antes de salir.

No respondí.

Me dirigí al baño y tomé una ducha bien caliente. Mi cuerpo se relajó y disfrutó de la temperatura justa del agua. El jabón tenía esa fragancia peculiar que a veces podía percibir en Harry, tan peculiar de su piel. Sonreí al saber que compartiríamos esa fragancia. Borré mi sonrisa al notar mi estado de estupidez. No podía estar sonriendo por algo como eso.

Una vez que terminé con la ducha, me coloqué su remera que me llegaba un par de dedos más arriba de la rodilla y su ropa interior. Salí con mi anterior ropa en mis manos y la dejé a un costado de la cama. Caminé hasta la cocina y allí estaba.

Sólo llevaba una musculosa blanca básica, dejando ver algunos de sus tatuajes que poseían sus fuertes brazos. Se había cambiado también su pantalón por uno deportivo color gris. Este hombre podría ponerse cualquier cosa y aún luciría bien.

—Harry —hablé con timidez.

Dejó de hacer lo que estaba haciendo en la cocina y se volteó para verme. Sonrió con ternura al verme con su ropa. Pero en seguida esa sonrisa tenía algo más, cierta picardía. Mordió su labio inferior sin dejar de sonreír.

Se acercó para agarrar mi ropa pero antes de seguir su camino se encargó de hacerme sonrojar.

—Te ves adorable con eso —susurró con voz ronca y siguió su camino.

No pude evitar sonreír y agradecí que no pudo ver mi rostro. Al oír sus pasos nuevamente, me volteé.

—Bien, siéntate. Ya va a estar la comida.

Tome asiento en la mesa y nunca deje de observarlo mientras él no me viera. Si volteaba a ver, simplemente mi mirada se perdía entres mis dedos que jugueteaban sobre la mesa.

—Estás muy callada —comentó mientras servía en los platos la cena.

— ¿Cómo?

—Tú sabes, Phie. Ambos sabemos que eres callada pero no a ese nivel, sueles ser... tú sabes, algo molesta —terminó la frase apoyando ambos platos en la mesa.

— ¿Yo? ¿Molesta? —Dije incrédula—. El molesto eres tú, Styles.

— ¿Disculpa? ¿Cómo me has llamado? —dijo clavando su mirada en mí.

—Styles —repetí esta vez mirando también a sus ojos.

Dejó a un lado los cubiertos que había agarrado y me miró nuevamente. Comenzó a acercarse hacia mí como si se tratara de un león a punto de cazar a su presa. Me encontraba en uno de los taburetes, por lo tanto, estando sentada podía alcanzar su altura.

—Phie, debes saber algo. Si me llamas Styles... —dijo en un tono muy bajo acercándose y rodeando mi cintura con sus brazos.

— ¿Qué? Styles —lo provoqué.

—Detente, Sophie —dijo mirándome a los ojos

— ¿Por qué?

—No me provoques, Phie...—susurró a centímetro de mi boca.

— ¿Y qué si quiero hacerlo? —dije divertida.

Sabía perfectamente que él había mal interpretado mis palabras y dejó oír una risa oscura y baja. Luego de morder su labio inferior con lujuria, besó mis labios. No tardé en responder y enlazar mis brazos en la parte baja de su nuca. Amaba sus labios y sus acciones para conmigo. Me sentía muy bien en sus brazos.

Sus labios bajaron por mi cuello y volqué mi cabeza hacia un lado para que tenga un mejor acceso al él. No pude evitar gemir. Sus manos jugaban en la parte baja de mi espalda. Sentía como nuestras respiraciones se agitaban. Su boca se iba a dirigir a la mía y se apartó. Lo miré sin entender y algo molesta. Acercó nuevamente su rostro al mío pero sin tocarme.

— ¿Quieres provocarme? Puedo hacerlo mejor, cariño —susurró en mi oído y luego mordió el lóbulo de mi oreja haciéndome suspirar.

Se alejó con una sonrisa arrogante para tomar los platos y poder empezar a comer. El tiempo pasó en silencio. Sólo compartíamos miradas y alguna que otra sonrisa.

—Harry —llamé por su nombre. Él me miró—. ¿Por qué nos hemos ido de la fiesta?

Suspiró y dejó los cubiertos a un lado del plato. Sacudió su pelo. Sabía que estaba nervioso, siempre hacía eso cuando lo estaba.

—Phie, es complicado, quisiera—

—Harry, habla.

Suspiró nuevamente. 

Unknown World||H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora