#28. Escape perfecto

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Capítulo 28

SOPHIE

Mis ojos se apretaban al escuchar cada uno de sus gritos hacia su madre. Apretaba mis rodillas contra mi pecho tratando de parar esa fea sensación que me dejaba esa situación que se estaba viviendo en la cocina. Los recuerdos de las peleas de mis padres regresaron a mi mente haciendo que el nudo en mi garganta estuviera nuevamente presente. Un pequeño sollozo salió de mí, sin poder controlarlo.

La puerta se abrió lentamente y traté de remover las pocas lágrimas.

―Sophie, ¿estás bien? ―preguntó Harry preocupado al verme en esas condiciones.

Lo miré tratando de contener las nuevas lágrimas que se aproximaban. Se sentó a mi lado y me abrazó haciendo que llorara aún con más fuerza. Sus manos mimaban mi espalda tratando de reconfortarme.

―Tranquila, Phie. Ya pasará ―susurró en mi oído.

Había ido a propósito a su cuarto. Sabía que en aquel lugar no me encontraría a Ben luego de haber discutido con su madre y estaría en un lugar tranquilo como lo era el cuarto de Harry y su persona, o al menos era lo que podía percibir de mi parte.

―Gracias ―susurré contra su pecho.

― ¿Quieres ir a algún lugar?

Lo miré sin entender.

―Salir de esta casa, Sophie ―aclaró con una sonrisa cómplice.

¿Qué podría pasar si me escaparía con Harry?

―Vamos―me dijo antes de que pudiese pensar mi respuesta.

Me agarró de la mano y salimos de la gran casa por el patio trasero. No pude evitar reír cuando vi la camioneta vieja de Volkswagen.

― ¿Qué da gracia? Es mi compañera es estos tipos de viaje sin rumbo ―dijo con una sonrisa abriéndome la puerta para que subiera.

― ¿Dónde iremos?

No respondió pero me dio un mapa.

―Tú eliges.

El sol ya iba asomando para que comenzara un nuevo día y yo me encontraba empezando una nueva locura con una persona que no conocía del todo.

―No lo sé, Harry ―dije sin saber el rumbo.

Arrancó la camioneta y se adentró a la carretera.

―Entonces veremos qué nos depara la carretera ―y subió el volumen de la música que sonaba.

[...]

Mi cuerpo se removió en el lugar ya que me dolía todos los músculos por estar en la misma posición. Abrí mis ojos y los refregué. Había caído en un sueño profundo y aún no entendía en que momento. Me reincorporé en mi lugar y mis ojos se deslumbraron por el paisaje que me rodeaba.

Rocas, un lago y un atardecer romántico era lo que me brindaba la naturaleza. Un paisaje digno de ver. Sonreí al ver a Harry sentado en una de las rocas. Sólo llevaba los pequeños pantalones. Vi que la remera la había dejado en la camioneta. Bajé con cuidado y me senté a su lado. Me miró y sonrió.

― ¿Estás mejor? ―pasó su brazo por encima de mis hombros.

―Algo así. He descasado un poco.

Besó mi cabeza y se puso de pie. Se sacó los pantalones, para mi sorpresa y lo miré.

― ¿Qué haces?

―Acaso no crees que hayamos venido hasta aquí sólo para ver el atardecer, ¿o sí?

Sin darme tiempo para responder, se lanzó al agua celeste de un salto. Cuando salió a flote, sacudió su cabello y me hacía señas de que me lanzara como él.

―Estás completamente loco, Harry. No lo haré ―dije riendo.

―Oh vamos, Phie. Vive la vida, mujer. Debes disfrutar ―decía mientras nadaba hacia atrás.

―No lo haré, Harry ―repetí.

Suspiró.

―Al menos, pon los pies en el agua.

Y así lo hice. Harry no dejaba de disfrutar del agua y tampoco había parado de exclamar de lo que me perdía allí.

― ¿Me ayudas? ―dijo alzando su mano.

Lo dudé un poco.

―No haré nada, en serio ―añadió con una carcajada.

Y nunca tendría que haberle hecho caso.

― ¡Harry! ―dije una vez que estaba dentro del agua con ropa y totalmente mojada.

Él no paraba de reír. Nadé un poco más para estar más cerca y comencé una guerra de agua.

― ¡Eres un mentiroso!

―Nunca debes confiar en alguien que te dice eso y está dentro del lago ―dijo entre risas mientras salpicaba agua al igual que yo.

Traté de treparme encima de él para ahogarlo pero no pude hacerlo ya que él tiene más fuerza. Me agarró del cuerpo haciendo que quedáramos enfrentados mientras caminábamos hasta que mi espalda tocó una de las rocas. Su sonrisa había abandonado su rostro y su mirada era algo más profunda mientras analizaba mis facciones. Removió un mechón de pelo que estorbaba en mi rostro y acarició mi mejilla.

El silencio de la situación ya estaba oprimiendo mis pulmones y tuve que romperlo.

― ¿En qué piensas?

―En besarte.

Su respuesta me tomó por sorpresa. Se acercó un poco más hacia mí. Nuestras respiraciones se mezclaban por la proximidad de nuestros cuerpos.

―No haré nada si tú no quieres ―agregó.

Mordí mi labio inferior inconscientemente y el negó con la cabeza divertido. Su pulgar remarcó mi labio liberándolo de mis dientes.

― ¿Y si quiero?

Y me besó como si mis labios dependieran de su respiración y él no pudiese respirar sin ellos.


Unknown World||H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora