#15. Ben, Ben y Ben

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Capítulo 15

SOPHIE

Las tentaciones y miradas profundas siempre estaban. Atentaban contra nuestras ganas de querer ir al siguiente nivel, a lo desconocido. Sin embargo, dicen que lo bueno tarda en llegar. Y no fue la excepción.

Había sucedido. Nos habíamos besado.

Había venido por segunda vez a mi casa. Estábamos terminando de ver una película y él me trajo un oso de peluche por haber perdido un tonto juego que habíamos hecho hacía unos días. El que perdía la apuesta, tenía que cumplir con lo que el otro le decía. En este caso, había ganado y le dije que me sorprendiera y lo logró.

Cuando me lo entregó, mi sonrisa era inmensa y reí de nerviosismo ya que no creí que se esmeraría de tal manera. Cuando tomó asiento a mi lado en el sillón como anteriormente lo estaba, lo abracé mientras le agradecía. Mis miedos se fueron por un momento y lo besé en la comisura de los labios. Él no tardó en dar el siguiente paso.

Había sido un beso único. Lento pero bonito. Ese momento que ambos habíamos esperado por tanto tiempo porque siempre había ocasiones en las cuales se podría haber dado anteriormente. Sin embargo, la espera había sido larga pero valió la pena. Sus manos eran delicadas cuando sostenían mi rostro. Me separé riendo por lo bajo de una manera muy estúpida ya que estaba nerviosa y escondí mi rostro en su pecho. Él me abrazó y sentí cómo su risa hacía que su pecho retumbara.

Miré a Harry, quien me miraba sonriente y con su mentón apoyado en su mano. Reí mirando mis manos. Le había contado cómo había sido todo.

―Mira nada más como tus miedos se han ido ―comentó sonriente.

―Harry ―rodeé los ojos.

Levantó las manos en su defensa.

―Sólo hice un comentario, Phie.

Lo miré entrecerrando los ojos.

― ¿Sabes que sería bueno?

Lo miré expectante.

―Que también dejes tus miedos atrás cuando estamos juntos.

― ¿De qué hablas?

―Déjate llevar cuando ensayamos. Aún no has mejorado en eso ―su sonrisa desapareció para hablar serio.

Miré el suelo para evitar su mirada. Sentí que se puso de pie y volví mi mirada hacia él. Se desató la bandana que rodeaba su cabello y me miró por unos segundos. Extendió su mano esperando a que aceptara.

― ¿Confías en mí?

Dudé un poco.

― ¿Debería? ―repregunté cuando tomé su mano.

―En el fondo, ya lo haces ―reímos los dos―. Cierra los ojos.

Lo miré sin entender y él esperó a que lo haga. Sentí como vendaba mis ojos.

―Como sabes, debemos conectarnos siempre y más cuando bailamos. Y en eso estamos teniendo problemas ―hablaba mientras sentía como caminaba a mí alrededor. Sus pasos se detuvieron por un segundo―. ¿Estás lista?

―No tengo opción ―y sentí su risa a lo lejos.

La música comenzó a sonar. La melodía era suave y tranquila. Lo maldije por lo bajo.

―Encuéntrame ―dijo su voz.

― ¿Bromeas, Harry?

―No, hablo en serio.

Suspiré y comencé a caminar con mis brazos extendidos. Me sentía como una nena pequeña jugando. Reí por lo tonta que me sentía. Su presencia no podía estar tan lejos. Luego de dar unos pasos, pude encontrarlo.

―Deja que yo te guíe. Confía en mí ―susurró en mi oído.

Mi cuerpo estaba tenso y él no tardó en notarlo. Agarró mis manos y las posó en su cuello mientras que las suyas rodearon mi cintura.

―Relájate, Phie ―habló una vez más suavemente.

Al no poder ver, mis otros sentidos estaban más que despiertos. Su colonia invadía mi espacio personal pero no era molesto. Su cuerpo comenzó a moverse con el ritmo de la melodía y traté de seguirlo. Sentí que agarró una de mis manos y se alejó. Entendí que quería que me enroscara hacia él, el famoso paso de baile. Lo hice y me felicitó por lo bajo. Sonreí. Estuvimos por un rato bailando de esa manera, sus brazos rodeándome por detrás. Su respiración en mi cuello y yo apoyaba mi cabeza en su pecho. De un momento a otro, no había más música en el lugar y nos seguíamos moviendo. Me dio vuelta, sintiendo su aliento contra mi cara.

― ¿Lo ves? ―sacó la bandana de mis ojos―. Debes ser menos terca y dejarte llevar.

Podía percibir que ambos estábamos agitados por el momento. Mi celular nos interrumpió.

―Hey ―susurré con una sonrisa ya que se trataba de Ben.

―Ya estoy aquí ―contestó cálido.

Le dije que me esperara unos segundos y ya iba con él.

―Ben ya me está esperando afuera.

Podía notar la mandíbula tensa de Harry y su mirada perdida en la bandana que estaba en sus manos.

―Bien, pásala lindo ―sonrió pero el gesto no llegaba a sus ojos.

― ¿Estás bien, Harry?

Asintió con la cabeza y me di la espalda para sentarse en el piano.

[...]

Estábamos acostados viendo una película en su casa. Mi cabeza descansaba en su pecho. Su mano mimaba mi espalda, a lo cual ya me estaba acostumbrando. Sus caricias era algo que amaba. Su colonia me lograba embriagar cada vez que estaba con él.

―Era obvio que terminaría así, lo había dicho ―murmuró quejándose de la película.

Lo miré divertida.

―Siempre es obvio el final.

―No, no siempre ―acarició mi mejilla.

Era un chico al cual le encantaba meterse en la trama de las películas. No era el típico chico que se distraía en una película. Le prestaba atención. Por eso el típico cliché de veremos una película con el otro sentido, con él no se cumplía. Realmente, mirábamos la película.

Era un completo silencio y nuestras miradas hablaban por si solos. Sus ojos viajaban hacia los míos y bajaban hacia mis labios. No me quedaba atrás, y hacia el mismo recorrido con los míos en su rostro. Sus ojos me tenían enamorada. Extendí mis manos hacia su cabello y comencé a jugar con él.

Acercó su rostro hacia el mío y comenzó a besarme. Su mano se posó en mi mejilla y sentí magia en mi cuerpo en ese momento. La otra que se encontraba en mi espalda, bajó un poco más, en la parte baja de la misma. Mis dedos se enredaron en su cabello y tironeé un poco de él cuando llegué a su nuca. Sus labios iban al compás de los míos. Poco a poco, él iba aumentando la pasión del momento. Él era mi guía. Su lengua no tardó en encontrarse con la mía. Sonreí cuando mordió mi labio inferior. Lo que me hacía sentir con sus besos no tenía explicación. Sentía que estábamos en otra dimensión, que el mundo se apartaba de nosotros y solamente existíamos él y yo.

Su mano se posó en mi cintura y me acercó a su cuerpo. Guió mi pierna sobre cintura y no me opuse. No existía espacio entre nosotros. Pude sentir que él se estaba conteniendo. Sin embargo, sentí que se comenzaba a mover contra mí. Aunque no lo demostré, tenía miedo. Nunca había estado así con alguien. Pero en ningún momento me faltó el respeto.

Nos separamos y me miró por unos segundos. Agarré su rostro y lo besé de nuevo. Debíamos parar. Ambos estábamos agitados y las cosas se habían puesto intensas. Sentí que maldijo por el sonido de mi celular. Mamá estaba esperándome afuera con el auto para ir a casa.


Unknown World||H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora