#33. Sin importar las consecuencias

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Capítulo 33

HARRY

La claridad que entraba por la ventana molestó a mis ojos cerrados. Gruñí en voz baja y removí mi cuerpo entre las sábanas. Mi mano buscaba a mi compañera y no sentí su cuerpo. Abrí mis ojos adormilados y los fregué. Me encontraba totalmente solo en la cama. Las sábanas se encontraban frías ante mi tacto. Hacía varias horas que se había ido. Cerré los ojos con fuerza por la situación y decidí ducharme. Una vez que terminé, solo enredé una toalla en mi cadera y al abrir la puerta del baño me llevé una sorpresa.

―Lo siento yo solo vine por... ―sus palabras se cortaron al ver mi estado―. Me he olvidado los zapatos―dijo rápidamente y podía notar su incomodidad.

Reí mientras iba en busca de mi ropa interior.

―Tranquila, Phie. No estoy completamente desnudo ―murmuré entre sonrisas.

―Harry, solo llevas una toalla ―aclaró y al ver su rostro podía notar algo de rubor en sus mejillas.

―Y puedo quitármela, si lo deseas ―jugué con mis cejas y me arrojó una almohada―. Creí que despertaríamos juntos.

Mis palabras la tomaron por sorpresa.

―Siento haberte decepcionada ―respondió con una sonrisa inocente.

― ¿Por qué te has ido antes?

―Sabes que no sería bueno que alguien nos viera, Harry...

―Pero estábamos durmiendo, Sophie. ¿Sólo por eso? Si el problema es Ben-

―También me estaba tirando de la cama, Harry ―comentó y reímos ambos.

―Lo siento, no me he dado cuenta.

Su cara ruborizada y su actitud tímida me producían grandes ganas de abrazarla.

―Gracias por la invitación de anoche ―susurró antes de cerrar la puerta.

―Cuando quieras, Phie ―susurré ya sin compañía de ella.

[...]

―Ben, realmente no deseo hacerlo ―sentí su voz llegar hasta la cocina.

Luego le siguió el ruido de la puerta principal. Habían llegado.

―Sólo será una película, Phie. ¿Acaso no pedías que pasáramos más tiempo juntos y ahora no quieres? ¿Qué ocurre?

Silencio.

―Simplemente hoy no me apetece ―sentí su susurro.

―Oh, estás en esos días... Ven aquí ―y pude sentir el silencio que presionaba mis pulmones.

Se estaban besando y me asomé por la ventana para comprobarlo.

―Iré a comprar algunas cosas que hay que reponer, ¿quieres algo? ―ella negó con la cabeza ―.Volveré enseguida –y nuevamente la puerta principal se cerró.

Vi su cuerpo moverse por la sala por unos segundos y luego se dirigió a la planta superior. La seguí sin que ella se percatara. Me sorprendió cuando dobló y entró hacia mi habitación. Se recostó en mi cama y se entretuvo con el celular. Caminé lentamente y cerré la puerta apoyando mi espalda contra ella. Me miró al igual que yo lo hacía con ella. Cruce mis brazos sobre mi pecho y apoyé una de mis manos en mi mentón. Miré hacia un lado y levanté las cejas mostrándole que no entendía la situación y volví mi mirada hacia ella.

―Ya sabía que te encontrabas escuchando ―dijo rompiendo el silencio.

―Y yo sé que no estás en esos días... ―dije entrecerrando los ojos mientras me acercaba a la cama.

Ella rió por lo bajo. Le quité el celular de las manos y lo deposité en la mesita de luz.

―Harry, ¿qué hace...? ¡Harry! ―gritó entre risas.

Sus carcajadas era un sonido hermoso de escuchar. Mis dedos le hacían cosquillas en todo su cuerpo haciendo que el mismo se doblase. Puse mi cuerpo sobre el de ella para poder tener mejor control de la situación.

― ¡Para, Harry! ¡Por favor! ―decía suplicando entre risas.

Cuando dejé de hacerlo, ella tomó ventaja cambiando de posición. Su cuerpo encima del mío y ahora ella era quien me hacía cosquillas. Los dos reíamos sin cesar. En un movimiento rápido pude agarrar sus muñecas y cambiar a la posición anterior. Su cuerpo bajo el mío, mis manos teniendo las suyas mientras las enlazábamos. Solté poco a poco mi agarre a medida que recuperábamos el aliento. Nuestras miradas estaban puesta sobre la otra, expresando quizás cosas que ninguno se animaba a hablar. Una de mis manos acarició su mejilla y cerró los ojos. Me acerqué un poco más a su rostro haciendo que nuestras respiraciones se mezclaran mientras que nuestros cuerpos estaban totalmente en contacto.

― ¿Cuál sería tu peor castigo hacia una persona? ―le pregunté a escasos centímetros de su boca.

― ¿Por qué preguntas aquello? ―noté su tono de voz tembloroso y nervioso y sonreí ante aquello.

Recorrí con mi dedo índice la curva de su cuello haciendo que su piel se erizara completamente.

―Porque realmente quiero besarte y no me importan las consecuencias.


Unknown World||H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora