#34. Necesidades

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Capítulo 34

SOPHIE

Sus manos aún sostenían mis muñecas cuando sus labios se unieron con los míos. La proximidad que habíamos vivido antes de aquel beso me había producido esa tan llamada sensación de mariposas en el estómago haciendo más emocionante la situación. Aquel beso había sido esperado luego de mucho tiempo sin que yo me hubiese percatado. Su agarre se aflojó al ver que yo respondía a sus labios.

Nuestros cuerpos totalmente pegados, mi piel en contacto con la de él y nuestros labios unidos como algo perfecto de admirar. Eran besos suaves, tiernos y pasivos. Besos en los cuales uno podía descifrar la necesidad de aquel gesto. Su lengua pidió permiso para adentrarse a mi boca y así lo hice. Ahora nuestras lenguas eran las que se tocaban entre sí. Toques tiernos, juguetones y tímidos al mismo tiempo.

Una parte de mí no quería que se terminara aquel largo beso. La otra parte tenía todos los sentidos alerta por si alguien se adentraba a la habitación.

―He cerrado la puerta con llave ―susurró en mí oído como si estuviera leyendo mis pensamientos.

Supe que cuando volvió a unir nuestros labios sintió mi sonrisa ya que él copió el gesto.

―Esto es una locura ―susurré sobre sus labios.

―Pero diablos que amo esta locura ―dijo separándose unos centímetros de mí acunando mi rostro.

Pude admirar su rostro por aquellos segundos y me producía algo especial. Ese algo que tenía miedo de sentir. Era el hombre más bello que había visto.

Entrelazó nuestras manos por arriba de mi cabeza y reímos por lo pequeña que quedaba mi mano dentro de la de él.

―Tienes unas manos muy grandes, Harry.

― ¿O no será que tú eres muy pequeña? ―lo miré entrecerrando los ojos y le robé otro largo beso.

Luego de esa larga sesión de besos, se acomodó a un lado de mi cuerpo. Sus dedos largos jugaban con mi pelo haciendo una hermosa sensación en mi cuerpo con aquellos mimos. Mis ojos se mantenían cerrados por ese gesto pero sentía su mirada en mí.

― ¿Has seguido probando lo que te he dicho?

Lo miré sin entender.

―Auto complacerte, Phie ―susurró con una sonrisa pervertida.

Le pegué en su brazo con mi puño cerrado y él largo una carcajada.

―Y bien, ¿lo has estado haciendo?

―No hablaré de ese tema contigo ―dije incómoda.

―Al menos sé que ya lo has hecho ―lo miré confundida―. Aquella vez que te he llamado y tu aliento...―

―Ya cállate, Harry.

Rió una vez más y me besó.

―Sabes que podría ayudarte con eso ―me dijo susurrando sobre mis labios y su mirada ahora era seria―. Sólo debes confiar en mí.

Mi pulso se alteró por su propuesta.

―No haré nada que no quieras... ―comenzó recorriendo con su dedo índice mi brazo desnudo.

Su recorrido continuó con mi cuello y mi piel ya se encontraba erizada. Bajó por el centro de mis pechos y al llegar al final de mi blusa adentró su dedo travieso y tocó mi vientre. Suspiré ante ello y sentí su sonrisa sobre mi cuello ya que sus labios se entretenían con la curva del mismo.

―Sólo déjate llevar ―susurró.

Jugó con el borde de mi short. Su mano nunca se adentró al mismo, simplemente comenzó a frotar su mano contra la tela del jean. Sentía como la humedad iba aumentando con cada movimiento que su mano realizaba. Mordí mi labio y él jugó con sus dientes en mi cuello.

―Diablos... ―maldijo y pude sentir su tono excitado.

Su mano dejó de hacer movimientos y lo miré sin entender. Rió por mi cara de desesperación. Se posó una vez más sobre mi cuerpo.

― ¿Quieres seguir?

Asentí con la cabeza lentamente y gemí cuando sentí su miembro rozar contra la tela de mi short. Nuestras prendas era lo único que nos separaba de hacer el acto sexual en sí. Podía sentir todo lo que se relacionaba en cuanto a su genital. Sus caderas se movían contra las mías haciendo que la humedad simplemente creciera. En un momento me tensé ya que había sentido más de lo habitual y él me calló con un beso. Bajó la velocidad y continuó con un tiempo lento y constante.

―Diablos, Phie... Me tienes como un loco ―gruñó.

Sonreí totalmente embriagada por la situación y lo besé de nuevo. Sentía que estaba cerca de llegar a más cuando su cuerpo se separó del mío.

―Una gran lección por hoy. Ahora debo atender mis necesidades, cariño ―me besó y se dirigió al baño.

¿Acaso yo no tenía necesidades?


Unknown World||H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora