Unknown World||H.S

#42. Harry's

Capítulo 42

SOPHIE

Veía el humo que salía de mi bebida caliente mientras repiqueteaba mi lapicera contra el cuaderno. Tenía mi mentón apoyado en mi mano y trataba de buscar alguna idea nueva como para seguir escribiendo el proyecto que debía hacer para entregar. Dejé la lapicera a un lago y tomé un sorbo del café. Miré hacia mi lado y mi padre se encontraba sentado en el sillón mirando tele. Aún seguía en su hogar ya que me quedaría por toda la semana. Era el nuevo maravilloso acuerdo.

Mi padre nunca iba a alcanzar el nivel de mi madre. Ella siempre se encontraba a mi disposición si necesitaba algo o me ofrecía cosas mientras yo hacía mis tareas para el colegio. En cambio, mi padre... Mi padre no se preocupaba en simplemente preguntarme en cómo me había ido en mi día. Tenía sus aspectos buenos, claro que sí, pero no era lo mismo que mi madre. Era cariñoso y apostaba que cada vez que hablaba de su hija, sus ojos se llenaban de lágrimas por el orgullo que tenía pero era poco demostrativo. A veces era bastante frío en cuestiones que llevaban más sutileza y amor.

Igual solía hablar así de él y, sin embargo, en muchos aspectos me parecía a él. Y odiaba aquello, quería cambiarlo por completo, algo fácil de decir pero difícil de lograrlo.

Tocaron el timbre y no me molesté en moverme ya que mi padre se encargaría.

―Te buscan, hija ―levanté la cabeza ante su voz.

Me sorprendí al ver su rostro a mi espera. Su cuerpo apoyado contra el marco de la pared y sus manos se escondían en los bolsillos delanteros de sus vaqueros. Sonrió al verme. Diablos, su hoyuelo era algo que me enloquecía en mi interior.

―Claramente no ibas a cumplir con tu palabra ―musité entre dientes y me crucé de brazos.

Deshice el gesto cuando vi su mirada traviesa sobre mis pechos al notarse más ya que no llevaba sostén.

―Ven a casa ―habló con tranquilidad.

Reí.

― ¿Te has vuelto a loco?

―Si, por ti, Phie.

Enarqué las cejas y negué con la cabeza de un lado a otro.

―Deja de decir cosas sin sentidos, ve a casa. Te he dicho que quería mi espacio, ¿recuerdas?

―Mi casa también podría ser tu casa ―agarró una de mis manos entre las suyas.

Su tacto era cálido y me transmitía una electricidad que era peculiar de él.

― ¿Todo en orden hija? ―reapareció mi padre detrás de mí, a unos pocos metros.

Quité mi mano de su agarre.

―Sí, papá, él es Harry, un compañero ―los presenté.

―Un gusto, señor Brown ―estrecharon las manos.

Mi padre no musitó ni una palabra y se fue nuevamente. Harry levantó las cejas como mostrando sorpresa.

―Lo haré fácil, Phie. No aceptaré un no como respuesta y sabes que puedo hacer cualquier cosa para lograr lo que quiero.

― ¿Me secuestrarías?

―Si las circunstancias lo requieren... ―sonrió de manera maligna.

[...]

―Mamá, llegué ―gritó a través del salón.

Su madre se asomó por la puerta y sonrió. Lo saludó con un beso en la mejilla y luego lo hizo conmigo.