#23. Puesta en escena

127 10 1
                                    

Capítulo 23

SOHIE

¿Quién dijo que si no es un final feliz no es el final? ¿Quién fue el encargado de plantear eso en nuestras cabezas? No siempre es así. A veces los finales más trágicos son lo que más se necesitan para seguir con la otra página de la historia y así poder terminar el libro. Emociones, rupturas, amor, miedos, desafíos. Todo en un mismo libro.

Luego de dos meses de lo mismo, la verdad estaba latente en mi corazón. Sabía que no había un gran final con Ben. Sabía que debía cortar cualquier tipo de relación con él. No lo merecía. Siempre había estado para él. Siempre había mantenido mis esperanzas vivas en cuanto se trataba de él. Pero siempre se volvía a lo mismo. No importaba mis sentimientos.

El show ya había comenzado y hacía lo mejor posible para no patear a nadie. Llegué a mi butaca y comencé a disfrutar del show. Un show infantil.

Mi primo estaba trabajando de actor en esa obra. Era un artista que estaba buscando su horizonte y había prometido acompañarlo siempre. Y allí estaba, en la última fila del público. El teatro no estaba lleno, por lo que había a mis espaldas butacas vacías. ¿Pero a quién le importaba eso cuando estaba riéndome luego de tantos días con tan solo una obra infantil?

Sin un previo aviso, unos brazos me rodearon de atrás. Sin poder mirar por la oscuridad ya sabía de quien se trataba. Ben, llorando aferrado a mí. Mi cuerpo estaba quieto sin saber qué hacer. Sus manos estaban sobre las mías y lloraba sobre mi hombro. Luego de no verlo durante semanas, estaba allí conmigo. Cuando pude liberar una de mis manos, acaricié su cabello.

―No llores ―susurré en su oído.

Luego de unos minutos, besó mi mejilla y se fue. No supe nada más de él durante la obra. Al terminar la función, alguien me abrazó por detrás. Otra vez, Ben. No me soltaba y mi postura de enojada era cada vez más débil. Cuando salimos del teatro, habló conmigo. Decía que me había extrañado, que se estaba volviendo loco con sus problemas personales. Sus palabras no me producían nada.

El viento frío chocaba contra nosotros y mis manos estaban en los bolsillos de mi abrigo. Una se sus manos, sacó una de las mías y entrelazó nuestros dedos. Aquello era lo que él siempre hacía. Desaparecer, aparecer, producir todo lo posible en mi ser, y desaparecer nuevamente. Era un patrón que no dejaba de repetir.

[...]

Harry siempre sabía todo de la situación. Insistía en que debía terminar todo.

―Simplemente no puedo ―dije antes de tomar un sorbo de mi café.

Suspiró y fregó sus ojos.

― ¿Pretendes seguir sufriendo mucho más, Phie? ¿Qué es lo que te hace no poder dejarlo ir?

―La soledad.

Me miró sin entender.

―Uno se acostumbra a la compañía del otro, a sus consejos, sus caricias. El saber que ya no tendré aquello me da miedo a no encontrar a nadie más por un tiempo muy largo ―susurré.

―Siempre me tendrás a mí.

Sonreí al escuchar sus palabras. Se sentó a un lado de mi cama y sus pulgares removieron las primeras lágrimas de mi rostro. El llanto no pude contenerlo más y dejé salir todo. Grité, lloré, golpeé mi almohada y Harry siempre estuvo allí, para estar al final del caos y darme un cálido abrazo.

Se encargó de mí todo ese día que estuve mal.

―Encontrarás a alguien mejor, Sophie. Ya lo harás.

Había llegado el momento en el cual uno no siente nada en un momento, ese trance que uno se queda mirando a la nada pero miles de cosas pasan por la mente de uno.

― ¿Por qué caí en esto? ―comencé a llorar de nuevo.

Y otra vez, Harry estaba allí. Sostuvo mi rostro entre sus manos.

―Sophie, mírame.

No podía dejar de llorar.

―Sophie ―repitió.

Lo miré con dificultad ya que tenía la vista nublada por las lágrimas.

―Yo estaré aquí sin importar lo que pase, ¿me oyes?

Asentí con la cabeza mientras sollozaba.

―Diablos, mataré a Ben. Juro que no puedo verte así ―susurró contra mi cabello en el abrazo.

[...]

No era una de esas personas que era rencorosa. No era esa clase de persona que vive peleada con las personas. Simplemente no podía y menos con gente que le tenía aprecio. Por eso siempre era de dar oportunidades. Sin embargo, muchas veces había salido lastima por eso. Porque lo intentaba hasta el final, hasta ver algo positivo o poder arreglar la situación. Pero a veces, simplemente las cosas no cambian y deben terminar por el bien de todos.

No quería perder a alguien que quería mucho. No quería perder esa fe de construir nuevos recuerdos con esa persona. No quería perder a Ben. Quería seguir sintiendo sus besos, su risa contagiosa, sus chistes, su ego tan alto. No quería salir de aquella burbuja que me hacía perder la noción del tiempo. No quería. Estaba en una etapa de negación. Parecía que amaba ese sentimiento de dolor y amor al mismo tiempo.

[...]

No importaba si la música traspasaba los auriculares. Los reflectores iluminaban el escenario y mis ojos no dejaban de ver la coreografía del vídeo de mi celular. Era impresionante. Mi cuerpo se movía sobre el escenario siguiendo el ritmo lento de la canción. Mis pies descalzos se conectaban con el suelo de madera y no hacía más que tranquilizarme. De a poco comenzaba a cantar hasta estar a los gritos liberando todo lo que sentía con aquella canción.

―Say something I―mis palabras se cortaron al ver a Harry caminando por entre medio de las butacas con una sonrisa en el rostro.

Me saqué los auriculares y me reí nerviosamente. Lo saludé con la mano y subió los escalones para estar a mi lado. Quería saber qué era lo que me encontraba viendo en el celular pero no lo dejaba hasta que pudo arrebatarme.

― ¿Te gusta? ―preguntó interesado.

Asentí con la cabeza.

― ¿Y por qué no bailas?

―Lo hacía cuando era pequeña ―dije con vergüenza agarrando el celular ya que me lo estaba dando―. Ya es algo del pasado.

―Claro que no, Sophie. Si te gusta, debes hacerlo ―insistió.

Sacó su celular del bolsillo y lo conectó al equipo de música del lugar. Lovesong de Adele sonaba por los parlantes. Me tendió su mano y negué con la cabeza mientras me reía por lo bajo.

― ¡Oh vamos, Phie! ¿No me enseñarás? ―jugó con su mirada pícara.

Mordí mi labio para evitar reírme y accedí a su pedido.

Nuestros cuerpos comenzaron a moverse al ritmo de la canción. Al principio tuve que aflojar a Harry ya que su cuerpo estaba tenso y no podía hacer los movimientos. Me dio algunas vueltas como hacen las parejas de baile, pero siempre con cuidado. Mis manos rodeaban su cuello y las suyas rodeaban mi cintura. Su respiración cerca de la mía.

―Sólo escucha la música y déjate llevar ―cerré los ojos centrándome en la canción.

― ¿Me dejo llevar?

Abrí mis ojos para ver los suyos. Su mirada sabía que me estaba pidiendo permiso y en ese momento sabía que no tenía que dudar de nada.

―Sólo hazlo.

Unknown World||H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora