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La universidad es de muy buen tamaño. Desde que entras se puede apreciar una buena vibra, los pasillos están llenos de cuadros, simulaciones visuales que transmiten una gran energía positiva y tiene una iluminación increíble, en la pared de la entrada principal está pintado el lema de la universidad, son unas instalaciones muy modernas.

Nos dirigimos al auditorio principal, donde el rector nos da la bienvenida y nos felicita por ser parte de ésta prestigiosa alma mater, es una de las mejores universidades de arte y me siento orgullosa ser parte de ella.

Cuando la ceremonia de bienvenida finaliza, todos los estudiantes nos dirigimos a sus respectivos salones. Diana y yo estamos algo nerviosas, ya tenemos listos nuestros horarios y compartimos todas las clases a excepción de dos, en cuanto al tiempo libre, yo elegiré estar en el club de las redes sociales todo referente a la moda y Diana aún no decide. Caroline se inscribirá también en mi club y Hailee en el club de cocina ya que estudia artes culinarias.

Nos despedimos de Hailee y entramos a nuestra primera clase: Historia antigua de la Moda. El salón está lleno de muchos estudiantes intercambiando saludos, estoy muy agradecida de no sentirme como perro comprado. Nos ubicamos en los únicos lugares disponibles: la primera fila.

— ¿De verdad nos sentaremos aquí? —pregunta Caroline con cara de terror—. Yo soy de estar en el medio así puedo hacer lo que quiera sin necesidad de sentir que el profesor me descubrirá en cualquier momento.

—Bueno, nosotras ya estamos acostumbradas. Ya verás que no es tan malo —digo casi riendo al ver su rostro.

—Ya veo que son las chicas estudiosas que siempre recuerdan la tarea al profesor.

— ¡Ja, ja, ja! —Diana enfatiza cada sílaba—. Nada de eso, Caroline. No somos de ese tipo. Simplemente nos sentamos aquí para obtener mejores notas, piénsalo, el profesor da por hecho que estar adelante implica interés en su clase y por lo tanto es menos riguroso a la hora de calificar —asegura orgullosamente como si su teoría fuese la mejor de este mundo.

Caroline frunce su ceño claramente en desacuerdo con nosotras, pero no parece que pondrá más objeciones.

—Oh, ya veo su punto chicas. ¡Son las inteligentes de este mundo! —da pequeños aplausos, es su forma de burlarse de Diana.

Diana le saca el dedo de en medio, típico de ella y las tres nos reímos. Justo cuando iba a decir un comentario sarcástico entra el profesor.

—Buenos días, chicos —cuando él entra en todo el salón reina el silencio, se sienta sobre una de las esquinas de su escritorio al tiempo que gira su cabeza lentamente para vernos a todos— Pasará una hoja para que anoten su nombre completo. Mi nombre es William Johnson, ésta clase se tratará de cómo inició la moda, quienes fueron los primeros modistas. No se estresen, todo es cuestión de atención. Mi plan de evaluación es muy flexible sólo es cuestión de presentarse siempre y sobre todo, no dormirse —todo el salón se llena de risas ante sus últimas palabras.

Él empieza a impartir su clase y una hora después ya entiendo lo de no dormirse. A pesar de ser el primer día muchos están cabeceando, otros en sus celulares, otras maquillándose y unos cuantos prestando atención a la presentación del profesor.

—Del uno al diez, ¿Cuánto le das en la escala de sexy? —me susurra Caroline inclinándose un poco hacia mí.

— ¿Qué? ¡Iuh, no! —frunzo mi ceño y niego con la cabeza.

Es decir, el profesor es simpático, con su cabello rubio y sus ojos de un azul tan intenso, pero es mi profesor, por lo tanto, se supone que no debes de pensar en él de la forma en la cual lo está haciendo Caroline.

Dulce Devoción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora