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ROSE

Una vez más me despierto, me encuentro sola en la habitación, Diana y mi mamá probablemente están descansando o en la cafetería. Poco a poco abro mis ojos para acostumbrarme a la fuerte luz de esta habitación. Ya quiero estar recuperada y dejar este hospital que lo único que hace es provocarme un poco de malestar.

Me hace falta estar en la universidad, con las chicas y, sobre todo, con él. Yo trato de enfocarme en algo, pero ni leer, ni dibujar me hacen olvidar todo y escuchar música es como si en cada canción es Nick quien me habla.

Luego que desperté del coma, mi mente recordó todo, desde que lo dejé hasta el momento del accidente y cada vez que cierro mis ojos me da miedo al verlo todo de nuevo. Conforme pasaron las horas entendí que él se iría dejándome atrás, sin importar nada, sin importar si lloraré cada día y no entiendo porque lo hace si le demostré cuanto lo amo y no sé qué duele más, si su partida o el haber tomado esa decisión sin haberme dicho nada.

Tal vez es todo lo que duraría nuestra historia y el solo hecho de que sea así, me provoca un malestar en mi estómago, o tal vez sean los efectos de los fármacos que me están aplicando.

Giro hacia la mesa para tomar un poco de agua y miro un sobre blanco que antes no estaba allí. Frunzo mi ceño cuando miro que dice "Barbie" en la parte del destinatario, inmediatamente se de quien se trata, mis ojos se llenan de lágrimas anticipadas. Con mucho temor tomo el sobre y lo abro y de él saco una carta, tomo una fuerte respiración y la leo.


Rose:

Recurrí a una carta porque estoy consciente que no me quieres ver y te entiendo, me lo tengo merecido, pero no quiero irme sin que sepas esto. Te pido que no la tires a la basura u optes por no leerla, quizás al hacerlo nos puede ayudar a buscar una solución y que lo nuestro no acabe de esta manera.

Llegaste de repente a mi vida sin saber lo mucho que significarías, solo fue necesario un apretón de manos para perderme en la ironía de la vida. Cuando te miré, me hechizaste y no paraba de preguntarme ¿Cómo es que una simple rubia puede hacerme sentir de esta manera si apenas la conozco? Y luego tu sentido del humor hizo que cayera aún más. Por una semana me desparecí porque tenía miedo de lo que sentía por ti. Al principio no lo comprendía, pero desde que te vi, fue como si despertaras en mí una profunda necesidad, pero una necesidad que desconocía. Con cada semana que pasó supe lo que era un rechazo, nunca me di por vencido porque, aunque era un estúpido, sabía muy bien que lo valioso no es fácil de tomar.

Te fuiste metiendo bajo cada centímetro de mi piel y como una ladrona robaste mi alma y corazón, a cambio me entregaste lo más valioso que tenías y eso me hizo amarte aún más. Te convertiste en mi mundo y yo en el tuyo, cada segundo a tu lado fue como tener un tesoro en mis manos. Yo era de los que decían que nunca caería por una mujer y aquí estoy, en un bar, con un vaso de whiskey en mi mano y con un nudo en la garganta escribiéndote esta carta. No sabía cuan perdido estaba hasta que me iluminaste como una estrella ilumina a la noche y poco a poco fuimos formando la constelación más valiosa para la humanidad. Me enseñaste amarte como nunca imaginé hacerlo y quien dice que el amor no existe está negando la existencia humana y el sentido de la vida.

Tal vez me odiarás por haber firmado el contrato sin haberte dicho nada, pero si piensas que lo hice porque no me importaba perderte, estás equivocada. Lo hice porque con lo que ganaría iba a ser suficiente para vivir una vida muy cómoda y podría pagarte la mejor universidad en la que quisieras estudiar, pero ahora me doy cuenta que mi error fue haber dado todo por hecho y no sabes cómo me arrepiento de no haberlo hablado contigo.

Dulce Devoción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora