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Llegamos a la agencia, en el área donde se llevará a cabo la sesión de fotos. Hay unas chicas siendo maquilladas, otras están arreglando su cabello, todas actúan normales y relajadas con sus celulares tomándose fotos con una y otra expresión en sus rostros, claro, posar para ellas es de lo más normal. 

En cuanto entré con Nick, me quedaban viendo desde lo pies a la cabeza y con actitud de ¿Ésta quién es?

Nick me lleva a donde están tomando las fotos, hay una chica posando ropa playera, el fotógrafo es un hombre alto y corpulento y lleva una cinta amarrada en su cabeza. Hay un fondo de color blanco, unas sombrillas que Nick me dice que se llaman difusores de luz, muchos reflectores de todos tamaños, soportes, instrumentos de medición, filtros, computadora, la cámara está sostenida por un trípode. Todo es tan intimidante. La chica juguetea con una pelota playera, ella sonríe y la lanza al aire una y otra vez, de la misma manera que juega con su cabello. El fotógrafo le indica que baje un poco su mentón y ella lo acata, al igual que las demás instrucciones que él le da, se escucha el sonido del flash continuamente. Cuando han terminado, él se dirige a nosotros.

—Nick, llegaste a tiempo. Me imagino que ella es tu recomendación —su tono de voz es un tanto femenino, da un paso hacia atrás y me escudriña, tiene ambos brazos doblados hacia arriba—. ¡Eres una hermosura! —me saluda con un beso en cada mejilla y los suena al tiempo que me los da.

—Te lo dije, Mark, es muy hermosa.

—Mucho gusto, soy Rosemary, puedes llamarme Rose.

— ¡Oh me encanta! —sigue observándome—. No perdamos tiempo y veamos si la cámara te adora —da instrucciones a sus asistentes que me hará una pequeña sesión de fotos.

—Estoy muy nerviosa —le digo sin dejar de ver todo el ambiente. En realidad, es muy intimidante.

—Todo estará bien, solo concéntrate en lo que te pide y listo. A veces puede ser muy exigente.

—¡Gracias por tu ayuda! ─espeto rodando mis ojos.

—De nada —ha captado mi tono irónico, sin embargo, hace una leve reverencia con la cabeza—. Ahora, ve a demostrarles a estas chicas que ha llegado su mayor pesadilla.

Tengo mis manos heladas y estoy segura que todos pueden notar lo mucho que me intimida todo esto. Me repito que esto me ayudará económicamente y que podré lograrlo.

Una chica me pide que la acompañe para lavar mi rostro y así quitarme todo el maquillaje. No dilatamos nada en el proceso ya que no llevo mucho maquillaje más que un labial color cereza, un poco de delineador y mascara de pestañas.

—Haremos unas fotos en primer plano —explica Mark—. Para tomar todos los ángulos de tu rostro. Colócate en la señal que está en el piso y deja que Mark haga toda la magia, cariño.

Hago lo que dice y me coloco en la equis que está marcada en el piso. Fue un poco cegador tener todos esos focos en frente de mí, pero una vez que mis ojos se adaptaron dejó de ser molesto. Mark se sitúa detrás de la cámara, me pide que me relaje y que empezará a tomar las fotos. No encuentro que hacer con mis manos así que las coloco detrás de mí, al fin y al cabo, mi rostro es el principal. Me pide que no haga ningún gesto, "Seriedad, cariño" dice, luego me pide que mi gire a mi derecha y luego a mi izquierda para tomar fotos de mi perfil.

—Ahora dejemos lo serio para otro momento y sonríe, cariño —hago lo que me dice y los flashes se disparan de nuevo—. ¡Una mirada seductora! —por un momento no sé qué hacer, cierro los ojos visualizando a Nick justo en frente de mí, los abro nuevamente y le doy la mejor mirada seductora que podría hacer—. Una triste —la que llevo últimamente pienso, nada fingido—. Una chistosa, cariño. —eso es más fácil, hago bizcos y estiro un poco mi boca—. ¡Dios! La cámara te adora, Rose. Unas más y terminaremos —anuncia Mark.

Dulce Devoción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora