— ¡Mamá, en serio! Todo está bien, esta semana no podré viajar, tengo muchos trabajos en la universidad, pero la siguiente semana ahí me tendrás.
Me produce algo de culpa tener que ocultarle a mi mamá que estoy por tomar un avión a New York para conocer al hombre que no debería ser mi padre, pero si le contaba mis planes es capaz de venirme a buscarme y hacer una tremenda escena para impedirlo.
— ¿Estás segura? Rosemary, tenemos que resolver esto por lo que es, una situación familiar —me aparto el celular de mi oreja, lo observo y le doy una mirada desdeñosa, Nick lo nota y me da un cariñoso apretón de mano, la relación que tengo con mi mamá es tan hermosa, pero hay cosas que, como madre, ella no entenderá.
—Mamá, te prometo que estaré ahí la semana que entra —escucho que exhala derrotada.
—Está bien —estoy por cortar la llamada cuando por los megáfonos del aeropuerto llaman a los pasajeros del vuelo noventa y tres—. ¿Estás en un aeropuerto? —pregunta sorprendida, observo nerviosamente a Nick y trato de pensar en una salida rápida.
— ¿Qué? ¡No! Estoy en... —miro alrededor buscando una idea, lo primero que miro es una cartelera cinematográfica—. Estoy en casa viendo una película mientras hacemos un trabajo. Mamá, te llamo luego. No te preocupes, todo está bien.
— ¿Rosemary, no me estás mintiendo?
—¿Qué se supone que haría yo en un aeropuerto? Si tuviera planes de viajar tú serias la primera en saberlo —me siento terrible de mentirle tan descaradamente.
—Hablamos luego, entonces. Cuídate, mi niña —se escucha triste y eso hace que me sienta mal, pero esta necesidad es más grande que mi conciencia.
Observo el celular y mi lado que nunca ha hecho nada a sus espaldas me hace querer llamarle y contarle mis planes, pero eso solo me haría más daño a mí, ya que resultaría en una gran discusión y la cancelación del viaje. Nick me conoce bien y sabe que para mí esto es una de las más terribles pesadillas que existen, me acerca a él y besa la coronilla de mi cabeza.
—Todo estará bien, Barbie. Es lo mejor para ti, no estás sola.
Trato de que mi corazón lo escuche, que entienda que, aunque regresaré con una gran herida en él, no puedo correr más de mi destino, aunque todo sea una tragedia y me derrumbe, tengo que hacerlo. No hay una opción, no es algo que se pueda evitar, ya que tarde o temprano puede entrar como un ladrón y robarme la poca tranquilidad y felicidad que tengo, por lo que prefiero ser yo quien este un paso adelante. Asiento, me toma de la mano y mientras caminamos a la sala de espera, lucho con él para que tan siquiera me deje llevar una maleta de mano, no me gusta que él vaya cargando todo, finalmente, para evitar seguir discutiendo, consigo que me deje llevar la mía.
Un grupo de chicas chillonas corren hacia nosotros, por un momento me imagino un tipo de secuestro por parte de un grupo de locas ─poco probable en un aeropuerto─, pero cuando gritan el nombre de Nick, lo entiendo todo. Se acercan como locas a él y una de ellas me empuja y por poco me caigo, él trata de sujetarme, pero yo ya estoy fuera de su alcance.
—¡Esto no lo puedo creer, no lo puedo creer! —una de ellas chilla, cubriendo su boca con sus manos temblorosas—. ¡Nick Matthews! ¡Oh por Dios!
— ¿Podemos tomarnos fotos contigo? —pregunta la otra.
—Claro, pero por favor no empujen a mi novia de nuevo.
Todas se giran hacia mí y con sus miradas de rayos x me analizan de pies a cabeza, les sonrío y cuando han procesado el hecho de que el chico de sus sueños tiene novia vuelven su atención a él, se toman fotos y videos. No paran de darle abrazos y besos, las demás personas pasan a nuestro lado preguntándose qué es lo que pasa. Una de las chicas saca su celular y el protector de éste es una foto de Nick donde sale posando con jeans, sin camisa y descalzo, ella le pide que lo firme y él lo hace, de pronto siento algo en mi estómago, en este momento por una extraña razón no lo veo como mi novio, sino como el chico por el que muchas suspiran y muy dentro de mí, me da como una clase de miedo solo de pensar que un día se pudiera fijar en una chica más bonita que yo, o peor aún, que el hecho de que no esté soltero sea un contra en su carrera.
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Dulce Devoción.
Teen FictionSi hay algo que debemos aprender a cierta edad, es que la vida no tiene solo un tono de rosa y a Rosemary Smith le ha tocado aprenderlo de una manera nada sutil. Ella siempre ha sido una chica aplicada y soñadora, pero una traición de las personas m...