La vida en New York, es otro nivel. Es una inmensa ciudad que los primeros días de mi llegada me hizo sentir como una pequeña hormiga en una gran ciudad, definitivamente no es lo mismo venir de paseo que vivir aquí. Se siente horrible estar en una nueva ciudad tan lejos de tu familia y amistades.
El primer día que estuve en las instalaciones de la universidad, quedé anonadada. Cuando entré, en el inmenso y elegante vestíbulo estaba el nombre de la universidad "Fashion Institute of Technology" fue muy intimidante ver los lujos que posee. El lema es el trabajo individual, ya que según ellos estamos compitiendo entre nosotros desde ya y no hay espacio para la amistad.
Los desfiles son de un nivel mucho, mucho más exigente, que decir mucho, son extremadamente exigentes, incluso sabiendo que somos unos simples estudiantes. La primera vez casi me da un ataque cuando tenía que montar un pequeño desfile yo sola, sin tener un equipo de trabajo, modelos ni nada. Por suerte, las chicas viajaron —según ellas como viaje de la universidad—, desde Seattle hasta aquí para hacer de mis modelos, esa semana fue la mejor, después de meses de no verlas y hacerme tanta falta, vinieron en mi rescate. Siempre hablo con mi mamá y Diana, pero todo se siente peor cuando corto la llamada.
Me he hecho muy cercana a mi compañera de cuarto, tuve la suerte que estamos en la misma carrera y sobre todo en el mismo año. Se llama Tyra y es súper tranquila, se mostró muy amigable cuando para todos no era más que la "transferida", siempre nos damos ánimos cuando miramos las cosas extremadamente difíciles, incluso estuvo pasándome kleenexs las primeras semanas que estuve aquí y no dejaba de llorar porque extrañaba a todos, sí, incluyendo a Nick.
Han pasado casi cinco meses desde nuestra separación y no hay día que pase que no esté en mi mente y que deje de extrañarlo, incluso no sale de mis sueños, aunque aún me rehúso a ver fotos o revistas en las que él salga, lo único que sé es que le está yendo muy bien en Milán.
Siempre me llama una o dos veces al mes, pero nunca he contestado su llamada, aunque supongo que Karen lo mantiene al tanto de todo, porque ella no deja de llamarme, incluso a veces soy yo quien la llama antes que lo haga ella, pero nunca hablamos de él. De una manera u otra estoy aprendiendo a no sentir la necesidad de estar con él, aunque todavía no obtengo la calificación que desearía.
— ¿Has pensado que diseñarás para el siguiente desfile? —me pregunta Tyra mientras estamos en la biblioteca haciendo una investigación.
Todos los años, la universidad realiza un evento de diseño que es una manera de destacar el trabajo de los estudiantes. Consiste en desfiles que son observados por un prestigioso jurado, el cual tiene la ardua tarea de elegir al mejor diseñador de cada año y al mejor diseñador del evento.
—Estaba pensando en algo retro, pero aún no me decido, o jugar con las texturas y los colores. No sé, tengo que pensarlo.
—Estoy en la misma situación. Lo que me aterra es el jurado —dice mientras abre sus ojos de manera exorbitante y frunce sus labios—. Según escuché serán nacionales e internacionales.
Resoplo.
—Peor la presión y eso de que no serán revelados hasta el día del evento lo hace peor.
—Sí, ya muero por saber quiénes serán. Oye —dice apoyando sus codos en la mesa e inclinando su cuerpo hacia adelante para acercarse a mí—. Ese chico de ahí no deja de verte.
— ¿Quién? —pregunto frunciendo mi ceño.
—El chico de la mesa que está al final del pasillo. Pero mira disimuladamente y no seas de esas chicas que giran la cabeza como la del exorcista.
ESTÁS LEYENDO
Dulce Devoción.
Teen FictionSi hay algo que debemos aprender a cierta edad, es que la vida no tiene solo un tono de rosa y a Rosemary Smith le ha tocado aprenderlo de una manera nada sutil. Ella siempre ha sido una chica aplicada y soñadora, pero una traición de las personas m...