𝑎 𝑙𝑖𝑡𝑡𝑙𝑒 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡↝ ☘
Cuando la atracción por alguien es demasiado fuerte, no importa todo lo que tengas que hacer para conseguir su atención. Pero, ¿qué pasa si el hombre que tú deseas es el mejor amigo de tu padre? Aquel que te vio crece...
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Llegamos al aeropuerto y en todo el camino papá no dijo nada y menos Elena. Al pasar antes del aeropuerto me di cuenta de donde estaba el café que Jonathan escribió en la carta. Son las cuatro y media de la tarde y no resisto más porque sean las cinco, aunque no estoy muy segura de cómo hacer para escaparme de mis padres. Ya me las ingeniare para hacerlo.
Bajamos del auto que lleva papá y caminamos al ascensor el cual nos llevó a la segunda planta donde venden los boletos de avión. El vuelo está programado a las cuatro y cincuenta minutos así que tengo exactamente diez minutos para salir corriendo de aquí sin la presión de mi papá.
—Oye papá, iré al baño —Dije y empecé a caminar al baño.
—Un momento —Dijo serio — ¿Crees que soy estúpido? Tú no irás a ninguna parte.
—Pero papá... Me voy a orinar, tanto suero y medicamentos me dan ganas de hacer pipí. —Insistí.
—No.
— ¡Papá! —Gruñí.
—De acuerdo, entonces no te importara que tu madre vaya contigo.
Mierda. Así no poder huir.
—No. —Dije.
—Elena ve con ella. —Le pide a mamá y ella asienta.
—De acuerdo.
—Sólo denme sus papeles para comprar los boletos del avión. —Pide mi papá.
Ambas sacamos nuestros papeles y se los dimos. Yo había guardado en el sobre de mis papeles un poco de periódico que había en mi habitación, así él piensa que son mis papeles y se dará cuenta cuando abra el sobre, pero por lo que veo no será ahora, la fila para comprar esta larga.
Con mi mamá fuimos al baño. Ella se quedó esperando en los lavabos mientras se retocaba el maquillaje en el espejo. Yo entre al baño y me quede pensando que hacer. No puedo salir corriendo porque mi mamá me detendría y si no lo hace correría atrás de mí.
No hay ninguna maldita ventana por aquí ni una salida trasera. Mierda, estoy aquí detenida sin poder hacer nada, la única salvación que encuentro está afuera y se está maquillando. La desesperación me inundo. Y, ¿Si nunca más lo vuelvo a ver? Sin querer comencé a llorar. No quiero dejar a Jonathan, quiero estar con él. Suspire.
Listo Emma, por primera vez en toda tu puta vida vas a tener que ser sincera con tu madre y pedirle su ayuda. Suspire una vez más, me arme de valor y me dispuse a salir pero antes, mejor haré pipi, tal vez me orine de los nervios.
Termine y ahora sí salí con lágrimas en los ojos. Ahí estaba mi mamá de pie, seguía maquillándose. Wow! Se mira bien, con sus mallas de seda, su vestido blanco que apenas sobresalía de su abrigo negro y esos enormes tacones de quince centímetros, ella es hermosa pero un tanto tonta.
— ¿Lista? —Pregunta Elena mientras termina de delinear sus ojos.
—Mamá... —Susurre con lágrimas en los ojos. Ella me vio por el espejo.
