🍒「𝐄𝐩𝐢𝐬𝐨𝐝𝐞 𝟔𝟗」🍒

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Llegamos a casa y ayude a Jonathan con sus maletas, él insistía en que podía solo pero eran tres y muy pesadas así que al final lo ayude, al llegar a la sala familiar todo ya estaba listo, las velas encendidas y la comida estaba servida en una mes...

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Llegamos a casa y ayude a Jonathan con sus maletas, él insistía en que podía solo pero eran tres y muy pesadas así que al final lo ayude, al llegar a la sala familiar todo ya estaba listo, las velas encendidas y la comida estaba servida en una mesa bajita y unos cojines estaban en el suelo para que nos sentáramos.

— ¡Wow! ¿Qué paso aquí? —Pregunta Jonathan al ver todo.

—Sucede que es tu bienvenida. —Dije sonriendo y abrace a Jonathan por atrás. — ¿Te gusta?

—Es un lindo detalle, nena. Gracias.

Se da la vuelta y me da un corto beso en los labios.

—Justo a tiempo, muero de hambre. —Dice sonriendo.

—Ven, vamos a comer o se va a enfriar.

Lo agarre de la mano y nos sentamos en los cojines. Abrí la botella de champaña y la serví en las dos copas. Le di una a él y la otra para mí. Levante mi copa.

—Hagamos un brindis por tu regreso y por tu nuevo puesto en el trabajo.

— ¡Salud! —Dijo él y chocamos nuestras copas y bebimos la champaña, esta deliciosa así fría.

—Delicioso —Dice mientras su lengua lame sus labios, que sensual.

Comenzamos a comer y Jonathan estuvo hablando de todas las cosas que hizo en Jerusalem, en realidad ya me las había contado porque todos los días hablábamos pero a él le emocionaba la idea de volver a contármelo y a mí me gustaba escucharlo contar sus historias con esa preciosa emoción que sólo él le da a las cosas.

—Y ¿Tú qué has hecho? —Pregunta al terminar de comer.

—Pues, ya sabes, no mucho. Estuve con Alice visitándola en el trabajo y viendo lo que hacía. También la ayude a organizar el bazar del mes ante pasado y la subasta del mes pasado. Arregle más el jardín y sólo...

—Sí, me di cuenta de los nuevos cuadros de la entrada y las estatuas que hay en el jardín del porche. Todo está lindo, ahora eres una hermosa y dedicada ama de casa. —Sonríe.

—Sí... Pero... Jonathan, quiero trabajar, es decir, no me gusta que sólo tú trabajes y yo no hago nada.

—Tienes razón, puedes hacerlo si quieres, no tengo problema con eso. Por cierto, esta comida estuvo deliciosa, cielos Emma... Que rica lasaña.

Sonreí y termine de comer. Él se levantó del cojín, se estiró y bostezo.

— ¡Joder! Estoy tan cansado que dormiría todo el día. —Vuelve a bostezar.

—Pero no te puedes ir a dormir ahora.

— ¿Por qué? —Frunce el ceño.

—Porque aún falta una parte de la sorpresa.

Puse mis manos en sus ojos para cubrirlos y caminamos al baño de nuestra habitación, tiene la tina más grande y es mucho más espacioso que los otros.

—Emma, no puedo ver.

—No seas ridículo, de eso se trata. —Digo rodando los ojos y él se ríe. — ¡Listo!

Quito mis manos de sus ojos y él ve todo el baño. ¡Vaya! Alice lo dejo perfecto y le agrego un detalle al poner unas pequeñas margaritas flotando en el agua y una botella de vino tinto de los que vende Andrés, que detalle.

—Qué lindo... —Musita Jonathan.

—Lo sé... —Digo impresionada mientras sigo apreciando cada detalle y Jonathan me ve confundido. —Es decir, lo sé, yo lo hice. No hay de que impresionarse, ¡duh! —Finjo que lo hice yo.

—Lo hizo Alice ¿Cierto? —Pregunta con su cara obvia.

—Bueno, sí, pero yo deje las velas y ella me hizo el favor de llenar la tina y encender las velas.

—De acuerdo, entonces entremos.

Él se acercó lentamente a mí, me miraba con sus ojos seductores y sus movimientos eran lentos, como cuando un animal salvaje está al acecho de su presa. Pone sus manos en mi cintura y me besa con locura y desesperación, la necesidad de tenerme era enorme al igual que la mía por él, en verdad que extrañe tanto a mi señor Good.

—Eres mi Good salvaje. —Dije entre besos.

— ¿De qué hablas? —Se detuvo y luego volvió a besar mi barbilla hasta bajar a mi cuello. Sin querer un gemido se escapó de mis labios.

—Pareces un león salvaje... —Susurre y sentí su risa en mi cuello, me causa cosquillas.

—Y... ¿Tú quién eres? —Pregunta entre besos.

—Yo... Soy la deliciosa cebra que estas a punto de comer... —Gemí y él se volvió a reír.

Sus manos fueron directo a mis muslos y los acariciaba sin delicadeza, era más un toqueteo. Siempre lo hace cuando viene de viaje, me encanta mi señor Good salvaje.

Sus labios bajaron al escote de mi vestido y me quitó la chaqueta de un tirón. No me puedo quedar atrás así que rápido quite el cinturón de sus pantalones y luego el botón y el cierre para bajar sus jeans y dejarlo sólo bóxer. Sus manos fueron al cierre de mi vestido y sin perder el tiempo lo bajó junto con mi vestido, dejándome sólo en ropa interior.

—No resisto más, Emma, tengo que hacerte mía... —Dijo entre besos en mis pechos.

— ¡Hazlo! Yo tampoco resisto más... —Gemí y él me soltó para poder quitarse la camisa, ni siquiera se quitó los botones. Se quitó los zapatos y el pantalón. Yo decidí hacer lo mismo y ambos quedamos completamente desnudos.

𝓉𝑜 𝒷𝑒 𝒸𝑜𝓃𝓉𝒾𝓃𝓊𝑒...   

「𝐒𝐄𝐍̃𝐎𝐑 𝐆𝐎𝐎𝐃﹢₁₈」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora