🍒「𝐄𝐩𝐢𝐬𝐨𝐝𝐞 𝟏𝟗」🍒

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— ¿Qué harás con él?  — Preguntó interesado

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— ¿Qué harás con él? — Preguntó interesado.

—Lo que usted me pidió, Señor Good —Susurré en sus labios y volví a meter al Señor Rosa en mi boca mientras lo sacaba y metía. Él solo me observaba con excitación.

— ¿Qué pensabas hacer conmigo después de amarrarme? —Preguntó.

—Algo que le encantara... — Murmuré aun teniendo el consolador en mis manos.

—Entonces hazlo, luego te masturbas, quiero verte haciendo eso pero libre. — Dijo ansioso, me gustaba el poder que tenía sobre él.

Sonreí y me baje de mi cama. Me puse mi bata y baje a la cocina por los preciados cubos de hielo. Subí de nuevo y él estaba ahí viendo por la ventana, se miraba tan excitante.

—Este es el juego —Dije tomándolo de sorpresa.

Camine hasta la cama y me subí. Puse el tazón con los cubos de hielo en mi mesita de noche. Agarre un cubo de hielo y lo puse en el abdomen de Jonathan. Él gimió al sentir lo frío.

—Dejare este cubo de hielo aquí y yo lo masturbare, si el cubo se cae el día de mañana usted pasara desnudo todo el día. —Sonreí y la boca del Señor Good se abrió.

— ¿Y qué sucede si no se cae? —Pregunta él.

—Estaré desnuda todo el día para usted... —Me encogí de hombros.

—Me parece una excelente idea, adelante, hazlo.

Agarre un cubo de hielo y lo metí a mi boca, me puse en medio de sus piernas y tome su miembro entre mis manos; comencé por acariciarlo y luego por masturbarlo, lentamente, vi como sus ojos se cerraban y gemía lentamente, sus piernas estaban tensas y podía sentir los jalones que él daba pero procuraba que el cubo no se fuera a caer.

El movimiento de mis manos fue más rápido, quería que el cubo se resbalara y se cayera pero él hacía un buen trabajo al controlar su abdomen.

El cubo estaba por la mitad deshaciéndose, el cubo de mi boca ya se había deshecho y sin más que pensar metí a mi boca su miembro y él gritó al sentir mi fría lengua alrededor, lo metía y lo sacaba como toda una profesional en eso. Me encantaba escuchar sus gemidos y sentir como su cuerpo se tensaba.

Mi lengua seguía trabajando, dando vueltas alrededor de su preciado miembro. El cubo estaba pequeño y era más fácil que se resbalara, así que le di un leve mordisco pero no pasó nada, sólo conseguí que él gritara mi nombre y comenzara a correrse en mi boca; me quite y espere que él liberara todo su placer, aún quedaba algo del cubo así que lo metí de nuevo en mi boca para limpiar los restos de su semen, no sabía mal, tenía un sabor un tanto salado pero encantador.

Note que el cubo de hielo se había deshecho por completo y él me gano. Santo infierno. Al fin lo saque de mi boca y lo solté. Él me volteo a ver y sonrió.

— ¿Gane? —Susurra. Yo asentí. — ¡Por Dios! Mañana andarás todo el día desnuda, nena. —Sonrió con malicia. Rodé mis ojos y me sonroje.

— ¿Cómo logro que el cubo no se cayera? —Pregunte y lo vi ceñuda.

—No lo sé, creo que mi motivación era verte desnuda todo el día de mañana —Dice divertido.

—Pero yo hice todo lo que pude para que usted se moviera o se tensara —Dije haciendo un puchero.

Él se rió.

—Nadie me gana, nena. Anda, suéltame ya, mis extremidades me duelen...

Suspire y comencé a desamarrarlo. No estaba tan satisfecha por haber perdido pero por una parte me agradaba la idea, eso solo significaba que pasaríamos todo el día en su casa, bautizando cada rincón de ella, lo conozco un poco y sé que no se va a poder resistir a mí, termine de soltarlo y luego lo bese, me gustaba besarlo, sus labios son tan deliciosos.

—Ahora... Tienes que cumplir la parte del trato que teníamos. —Susurra en mis labios y sonríe.

—Eso será mañana, Jonathan —Susurre en los de él.

—Me refiero al Señor Rosa, tráelo. —Dijo él alejándose de mí y yo me acorde de ese otro trato.

—Cierto, había olvidado ese trato —Dije entre risas y agarre al Señor Rosa de mi mesita de noche.

— ¿Está seguro de que quiere ver esto? —Pregunte un poco avergonzada e indignada.

—Claro que sí. Adelante, comienza.

Suspire una vez más, me acomode en la cama, puse una almohada para recostarme en ella, abrí mis piernas y él miraba con apreciación mi húmeda vagina, me ruborice un poco y metí al Señor Rosa en mi boca para que estuviera resbaloso; cuando considere que estaba listo lo puse en la entrada de mi vagina, abrí más mis piernas y poco a poco lo iba empujando hasta que entrara todo. Mis piernas temblaban en el aire y no podía evitar mis gemidos.

Él seguía viendo con detalle, no podía verlo bien porque tire de mi cabeza hacia atrás y entrecerré mis ojos. Cuando ya estaba hasta lo más profundo comencé a sacarlo de nuevo lentamente y luego lo empuje de nuevo comenzando el movimiento de meter y sacar, con mis mano libre agarre uno de mis pechos y pellizque mi pezón, así eso me estimulaba más. Cerré mis ojos y seguí con ambos movimientos. No podía creer que me estaba masturbando enfrente del Señor Good, que vergonzoso era eso.

—Sigue así, nena. Eso es excitante... —Susurró él.

𝓉𝑜 𝒷𝑒 𝒸𝑜𝓃𝓉𝒾𝓃𝓊𝑒...  

「𝐒𝐄𝐍̃𝐎𝐑 𝐆𝐎𝐎𝐃﹢₁₈」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora