Viernes: 1

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#1: "Claro, yo me encargo de que la próxima sea pronto."



El clima de Detroit no era el más adecuado, lluvia todos los días. No era un buen presagio, sólo para aquellos que se tomaban ese tipo de cosas muy enserio.

La lluvia caía con más fuerza cada vez, la visibilidad era casi nula, nadie debería estar fuera de casa sin ninguna razón de fuerza mayor, lo cual era el caso de Hyun.

Refugiado debajo del techo de una cafetería cerrada, llevaba una sudadera con el gorro de esta puesto y su campera encima, los vaqueros ajustados y gastados, botas negras que le permitían estar a salvo del agua que pasaba con rapidez por el pavimento.

Dio una calada al cigarrillo y dejó escapar el humo por la nariz, este se desvaneció en ascendencia difuminándose con la lluvia. Era tarde, demasiado tarde y su paciencia no era demasiada desde que había llegado. Su móvil comenzó a sonar, lo tomó mientras daba otra calada, puso un pie en la pared y contestó...

—Sí-. Parecía un robot. Su voz monótona no daba indicio de cuál era su estado de ánimo. Quizá lo hacía a propósito, o quizá no, quizá tampoco era que lo hiciese a proposito.

— La entrega se cancela-. La voz de uno de los nuevos se escuchaba algo tímida y temblorosa, cosa que no hizo bien en el estado de ánimo de Hyun, sino, todo lo contrario, aunque lo supo disimular muy bien.

—Espero, sinceramente, que estés agonizando para que canceles-. Hyun escuchó claramente como tragaba saliva. — De lo contrario, te quiero aquí, ya, con la mercancía preparada. Estás atrasado, y si hay algo que odio es la impuntualidad.

— ¿Qué no has visto el clima? El cielo se está cayendo, hermano. Nadie puede salir así.

— Que raro. Yo estoy esperando desde hace media hora. Te quiero aquí, ya. Si no, me encargaré personalmente de cortarte tus putos testículos y hacer que te los tragues, ¿Entendido?

Colgó, suspirando de cansancio. Un mes de su llegada y aún no había disciplina, todos creían que era un chulo sin importancia. Pero a pesar de todo, hasta ese momento le habían desobedecido. La primera vez. Como disfrutaría hacer cumplir las reglas, sus reglas. Y cuanto más tarde, mejor, era algo así como una recompensa por la espera.

Dos horas después llegó la camioneta con la mercancía. Hyun seguía en el mismo lugar. Varias colillas de cigarrillos terminados daban fe de su espera. Colton bajó de la camioneta y se acercó a Hyun con las manos en los bolsillos y la cabeza cubierta por el gorro del suéter. Una fina lluvia caía ahora, se podía ver con claridad, incluso se podría decir que ya no llovería más, que ya había terminado el paso de la tormenta.

—La mercancía está lista-. Quedó parado lo suficientemente cerca como para ser escuchado pero lo suficientemente lejos como para huir si era necesario.

—Más te vale. Quiero que esto salga bien porque no quiero ver tu asqueroso rostro de nuevo-. Levanto la vista, una mirada fría dirigida a Colton, este se colocó derecho y el bello de su nuca se erizó. — Las llaves-. Colton tardo en entender. — Las putas llaves de tu estúpida camioneta, ahora-. Hyun dio un paso al frente y Colto lo dio hacia atrás, señaló la camioneta y Hyun se dirigió hasta ella sin decir ni una palabra más. Abrió la puerta y se dispuso a subir, escuchó el chapoteo del agua bajo los pies apresurados de Colton, este le tomó por la campera y lo jaló con fuerza.

Round II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora