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#6: Pero ¿Quién?



Sábado por la mañana. Muy pronto por la mañana. Katrina no podía dormir a las 6:00 de la mañana y rodaba por la cama. ¿Por qué no dormía? Ni ella lo sabía.

Tomó el móvil y comenzó a observar los mensajes que tenía, y para su decepción, ninguno de Abby.

Brincó de la cama, fue a su armario, tomó unos pantalones para deporte, una camiseta grande y una sudadera que Hyun había dejado en su casa, se puso unos tenis, bajó a la cocina donde dormía Roko, tomó la correa y de inmediato se despertó.

-Bien, a partir de hoy, iremos a correr por las mañanas. ¿Qué te parece?

Roko ladró en aprobación, o eso pensó ella.

-Bien, tomo algo y nos vamos. Tú come también.

Roko volvió a ladrar y fue trotando al plato de comida, Katrina sacó del frigorífico licuado y lo tomó viendo comer a Roko. Cinco minutos después ya estaban saliendo de la casa.

Caminaron un par de cuadras hasta llegar a una plaza y comenzaron a correr, le gustó esa sensación de libertad. Llegó a un punto en el que no podía más y se detuvo, comenzó a sentir que la cabeza le dolía y se sentía mareada.

Caminó un poco hasta llegar a un banco, Roko la miraba atento, le puso una pata en la rodilla y ladró.

-Tranquilo, estoy bien.

-Pues no pareces, eh-. La voz desconocida de una chica le sobresaltó. Katrina volteó y vio a una chica que mantenía su rostro muy cerca del suyo. –Me parece que no comiste algo antes de salir a correr, ¿Verdad?

-Pues, sólo un poco de licuado...- Bajó la cabeza porque no podía mantenerla hacia arriba y la chica rió por lo bajo.

-Ten. Te va a ayudar un poco-. Le extendió una botella rosada con un contenido algo extraño. –Ten, anda-. Con dudas, Katrina tomó la botella y le dio un sorbo, el saber no le terminaba de gustar y decidió regresarle la botella.

-Gracias-. Comentó por lo bajo.

-No, tómatelo todo. Te quitará el mareo-. Antes de que Katrina pudiese protestar, la chica continuó. –Sé que el sabor no es el mejor del mundo, pero te va a ayudar a que se pase el mareo. Confía en mí-. Y en silencio le hizo caso. La chica se sentó a un lado de Katrina en la banca y Roko se acercó a olfatearla.

-¿Qué es lo que se supone estoy bebiendo? – Preguntó con un tono algo amargo.

-Es proteína, sabor vainilla.

-Odio la vainilla.

-Lo siento, el de chocolate se me terminó ayer-. La chica no parecía ofendida por el comentario de Katrina, incluso, parecía que le había causado gracia. –Hola chico bonito-. Le extendió una mano a Roko y este le dio la pata. –Buen chico-. Roko jadeó y movió la cola.

-Será mejor que lo deje libre un rato.

-¿Le quito la correa?

-Sí, gracias-. La desconocida se agachó, le quitó la correa y Roko salió corriendo a jugar con un par de perros que había cerca.

-¿Es muy obediente? – Le extendió la correa y Katrina le agradeció con un gesto con la cabeza.

-Sí, la mayor parte del tiempo.

Round II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora