28

20 4 0
                                    

#28

Hyun.

Se sentía algo vacío. Rondaba por los lugares sin siquiera prestar atención, suspiraba demasiado, pensaba demasiado en el futuro pero no tenía demasiado claro lo que iba a hacer pues, ¿Cómo rayos saberlo si no sabía cuál era su pasado? Es decir, sabía lo que él había hecho, pero había personas cercanas que habían hecho cosas que él no tenía ni la más mínima idea que le afectaban de alguna manera.

Quería irse a vivir a otro planeta, olvidar su vida y hacerse una nueva, tener nuevos gustos, conocer personas diferentes, llevarse a Katrina consigo. Sí, estaba enamorado hasta los huesos de ella pero... PERO... Siempre había un pero que se interponía en lo que él quería. Code, Gary, su padre, su madre, alguien siempre tenía que meter su cuchara en la sopa. Y le era muy frustrante, demasiado, había ocasiones en las que no quería salir de la cama, pensaba que las cosas estaban echadas a perder, las ganas se le iban a grandes tajos, únicamente le daban ganas, muy frecuentemente, de ser una cosa rosada, pegajosa, que se dedica a respirar y acumular polvo en su superficie.

Le costaba admitir la mayoría de sus pensamientos, no quería sentir muchas cosas que sentía, no quería vivir muchas cosas de las que vivía, gritaba en sueños, las pesadillas lo destrozaban y estar solo en su apartamento le destrozaba la moral como nunca.

Tenía miedo. Miedo de sí mismo, de lo que pudiese hacer, de lo que pudiese pasar, pasarle a él, o a Katrina, o a su madre o a Lucy. Sí, su madre le importaba. Le importaba demasiado, más de lo que estaba dispuesto a aceptar, para variar. El odio que había sentido todo el tiempo antes de saber que aún vivía o que aún le importaba, era odio que había acumulado por el pensamiento de ser abandonado, que no lo había querido y que él la había echado de la vida de su padre y, además, el odio se había acumulado más pues había guardado el odio que su padre, indirectamente, le había hecho ver todos esos días de ausencia.

Era cierto que tenía más preguntas que respuestas, que cada vez se acumulaban más, las respuestas cada vez eran menos, la seguridad que sentía tiempo atrás ya no estaba ahí, nada, ni un gramito.

Las cosas tenían que acomodarse, lo planetas tenían que alinearse, fluir lo más que se pudiese.

Ese era su plan, tenía que fluir, fluir lo más calmado que nunca.

Round II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora