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¿Dónde mierda estabas?


La cabeza de Hyun daba vueltas sin parar. Caminaba por todo el apartamento con las manos en la espalda, pensaba en muchas cosas y en nada a la vez. Las imágenes que pasaban por su mente no eran muy buenas que digamos, todas terminaban en alguna especie de tragedia.

¿Cómo llegar a tener clara la idea de que su madre realmente no lo abandonó a él? ¿Cómo lidiar con la idea de que su padre le había mentido durante toda su vida? ¿Cómo aceptar la idea de que tenía una hermana? Y a partir de ahí comenzaban más preguntas ¿Y si no solamente tenía una hermana? ¿Y si su madre se volvió a casar y tenía más hijos? ¿Y si su madre ya no pensaba más en él? ¿Y si se había dado por vencida y ya no lo buscaría nunca más? ¿Y si su madre ya lo había olvidado?

Se sentía irracional, no se sentía nada bien, todo le exasperaba, menos Katrina. El verla por la mañana había sido algo refrescante para él. No había pasado ni dos días cuando le dijo que no la vería más para cuando, sin planearlo, llegó hasta su casa y se sentó en su jardín a pensar. ¿Por qué Katrina tenía que ser la persona que más necesitase? Ella tenía el don de calmarlo cuando lo necesitaba, ella podía hacer que su humor cambiara de un segundo a otro. La necesitaba demasiado, pero sabía que no se podía arriesgar, no en ese momento. No se sentía capaz de poder soportar perderla y menos si fuese culpa suya. Le quería decir tantas cosas, pero sabía que ella no escucharía, pues siempre tenía en mente los términos en los que su relación estaba y si llegaba a decirle que la amaba, Katrina podría decirle que ella no, incluso podría reírse de él, y eso él no lo podría soportar.

Había perdido a una mujer muy importante para él, sabía lo que sentía esa sensación y sabía que no estaba dispuesto a volverlo a sentir.

Durante todo el día ignoró el teléfono, no quería hablar con nadie, no quería saber de nadie, quería estar solo, tranquilizarse, esclarecer sus pensamientos e ideas, estar en calma, encontrarse un poco.

Desesperado fue a la ducha y dejó correr el agua caliente por su cuerpo, necesitaba relajarse en más de un sentido. Trató de que a su mente volvieran recuerdos indeseados, por lo que no se quejó cuando comenzó a recordar a Katrina.

-¿Sabes si hoy hay servicio a domicilio en el restaurante chino? – Katrina le preguntó mirándole desde abajo, Hyun hizo a un lado el libro que estaba leyendo y observó a Katrina, recostada con la cabeza apoyada en sus piernas y ladeo la cabeza.

-¿Tienes hambre ya? – Katrina lo vio directo a los ojos y le sonrió asintiendo. –Pues, no lo sé. Deberías llamar para averiguarlo.

Katrina hizo un puchero, tomó el móvil que comenzó a vibrar y sonrió a la pantalla, Hyun volvió la vista al libro que estaba leyendo y pasó así unos minutos, hasta que sintió que el peso de Katrina lo abandonaba, bajó únicamente un poco el libro para verla y la encontró en la orilla de la cama colocándose las zapatillas, volvió la vista al libro y no notó cuando Katrina se levantó y salió de la habitación. Estaba absorto en la lectura y le tomó por sorpresa que el timbre sonase por toda la casa.

-¿Vas o voy? – Pregunto más interesado en las líneas que en la respuesta, hubo un silencio tras sus palabras, espero medio minuto, - ¿Eh? – Soltó. Terminó de leer la línea y bajó el libro mirando alrededor. - ¿Katrina?

Dejó el libro de lado y miro bien la habitación, se levantó y tocó en la puerta del sanitario, silencio. Abrió la puerta para cerciorarse pero la luz estaba apagada y, obviamente, Katrina no estaba ahí dentro. Salió de la habitación y fue escaleras abajo, el timbre volvió a sonar y fue directo a abrir.

- Buenas tardes, le traigo una orden de comida a la señorita Katrina-. El chico, de no más de 20 años le sonrió y le extendió un paquete grande de comida con el logotipo en rojo chillón. Hyun asintió con la cabeza y tomó la bolsa, sacó la cartera y le dio al chico dinero, no se fijó exactamente cuánto le dio, el chico buscó en sus bolsillos el vuelto y Hyun le dijo simple que conservara el resto. – Muchas gracias, tenga un buen día-.

Hyun se despidió con la mano y entró de nuevo a la casa, fue directo a la cocina y dejó en la barra la bolsa con la comida. ¿Cuándo había pedido la comida Katrina? Y sobre todo ¿Dónde estaba ella? Buscó en cada habitación a la mujer pero no la encontró y dentro de él se encendió una alarma, salió corriendo al patio trasero y encontró a Roko tomando una siesta al lado de la puerta, llamó a Katrina en algo parecido a un grito pero la misma respuesta de las últimas veces que gritó su nombre apareció, silencio.

Tomó el móvil, entró a la cocina y recargado en la barra marcó el móvil de Katrina, cuando comenzó a llamar el tono del móvil de Katrina comenzó a sonar en la mesa del comedor.

-Mierda. ¿Dónde rayos está?

Salió por la puerta de enfrente y corrió todo el camino hasta la calle, miró a ambos lados y se sintió frustrado. Calculó mentalmente cuánto tiempo había pasado desde la última vez que la vio y no pudo calcular menos que treinta minutos, como mínimo, el restaurante chino tardaba más o menos ese tiempo en darles la entrega y sumó los pocos minutos que debió haber durado la llamada. ¿Y si le había pasado algo?

-¡Mierda!

¿Cómo es que había pasado de estar tan tranquilo leyendo en la cama de Katrina a estar en la calle debatiéndose en si llamar a Duncan o directamente al servicio local de búsqueda de desaparecidos?

Comenzó a caminar sin sentido, volteando a todos lados para poder encontrarla, estaba realmente frustrado y se maldecía a sí mismo por ser tan idiota en no prestarle atención a ella.

Caminó un par de cuadras más y fue cuando tomó el móvil, comenzó a llamar a Duncan pero el sonido de un claxon lo sacó de sus pensamientos.

-Hey ¿A dónde piensas ir? No me podré acabar toda la comida yo sola.

Y sintió un alivio en todo su cuerpo, Katrina aparcó el coche al lado de Hyun y bajó preocupada por haberlo visto caminando sin fijarse por la calle.

-¿Dónde mierda estabas?

-Fui por bebidas, te lo dije-. Y Hyun se quedó un poco pasmado. – No me escuchaste-. Afirmó la chica.

-¿Cuándo me lo dijiste?

-Dos minutos después de haber salido de la habitación.

-¿Y por qué has tardado tanto?

-Porque me encontré a Abby en la tienda-. Hyun parecía entre enojado y aliviado por haberla encontrado, pero más lo segundo que lo primero. – Ven, sube, vamos a casa que tengo hambre.

Aun recordaba la sensación de escucharla después de tantos minutos de ansiedad y desesperación. Suspiró profundo y terminó de ducharse.

Se vistió y salió, ya era de noche cuando salió en Betty, las calles estaban resbaladizas por la nieve pero eso no le importó, corrió en Betty como si no hubiese nada de peligro, nada que pudiese detenerle. Giró en una calle y las llantas resbalaron enviándolo directamente contra el suelo frío, la fuerza de la caída hizo que se deslizara hasta topar con un árbol fuertemente, el golpe le dolió demasiado en la espalda e inmediatamente le comenzó a doler el pecho, era evidente que se había pegado en el pulmón directamente.

Comenzó a sentir desesperación, trató de calmarse, de controlar la respiración, pero le era cada vez más difícil.

Sintió que alguien lo movía del lugar, que lo obligaba a ponerse de espaldas. Todo le dolía cada vez que lo movían, pero la respiración le fallaba aun, le dolía respirar, no sentía aire entrar ni salir, la oscuridad comenzó a invadirlo y no supo más de sí.


Round II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora