Si echó raíces, de ahí ni un ápice ya no se moverá; no habrá milímetro que quede sin recubrir, que no duela, que no desespere, que no irrite.
Las heridas aparecerán con mayor facilidad. El dolor será tan insoportable que te hará retorcer, llorar y gemir por ayuda. Cada pequeño detallito significará una nueva y punzante cicatriz, tan fea y asquerosa que olvidarás las maravillas radiantes de las que el mundo se encuentra repleto.
La oscuridad será tu nueva compañera. Pasarás cientos de inolvidables momentos a su lado; testigo del insoportable dolor que tu pequeño cuerpo será recipiente, te abrirás a su envolvente compañía, ahogándote en el vacío de su presencia.
Las noches en velas serán tu pasatiempo más significativo; no recordarás cómo lucía el azul del cielo, ni las sonrisas, tampoco la calidez del cuerpo de los otros, ni siquiera el calor de tu propio cuerpo.
Todo se habrá alejado más rápido de lo que llegó, con prisa de dejarte destrozado, de oír tus llantos y ruegos desesperados.
Tomando un sorbo a la común taza, te beberás al universo, maravillándote con los colores que en tu vida ya creías inexistentes, con las sensaciones ya enterradas; todo eso para terminar sumergido en el vacío de nuevo, está vez, definitivamente.
Todo por un corazón enfermo.
Cruel, ¿cierto? Y mordaz.
★★°°★★°°°
Chris' P.O.V
Hace calor, demasiado calor. La camisa ya se me pegó al pecho por el sudor.
Demasiado calor...
—¡Daniel!
¿Ah?
—Daniel.
...
—¿Daniel?
¿A dónde se fue? ¿No se supone que era indispensable que me quedara a revisión? ¿Entonces por qué me dejaba así como así, y sin avisar? Me puede dar un infarto si me pongo a pensar en que se lo robaron o asaltaron y al doctorcito ni le importa.
Maldición.
Como deseo que me pegue un paro cardíaco mientras no está para ver qué hace después por haberme abandonado así como así.
A ver, intentémoslo.
Comencé a hacer fuerzas, conteniendo la respiración y todo eso para ver si me daba un infarto, pero está bien difícil el asunto. Sólo logré hacerme jadear por el esfuerzo.
Me levanté de la camilla para recoger la botella de agua en la mesa del lado de la ventana que da al pasillo. Cuando tenía la botella en mis manos, escuché risas unos pasos más allá de la ventana. Pegué mi cara al vidrio para ver mejor quiénes estaban afuera, con suerte y se trataba de Daniel luchando contra algún mafioso; eso justificaría totalmente que me abandonara.
Maldición.
No se trataba de un mafioso, estaba muy lejos de serlo: Daniel conversaba con mi tutora, la señorita Miranda, ambos reían y se sonreían y se lamían la cara como perros. La señorita Miranda jugaba con sus manos y sus piernas acariciaban una a la otra, acortando la distancia entre ella y Daniel, ¡y él no hacía nada!
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Amor Primaveral (Yaoi) (Editando la redacción)
RomanceHaruo es un estudiante ganador de una beca en América, por lo que es transferido a la escuela Fiore casi a finales de año, en primavera. Junto con su llegada al país aparecen nuevos amores, rivales y situaciones comprometedoras que pondrán a prueba...