Haruo's P.O.V
—¿En serio? —pregunté otra vez.
—¡Sí, Haruo! ¡Ésta noche! —repitió Chris.
—P-Pero... —balbuceé temiendo.
—¡Te lo dije ayer y te lo recordé esta mañana también! —sostenía.
—P-Pero...
—¡Y vamos a ir! ¡Hoy es el último día de clases, no tienes nada que perder! —sonrió empujándome levemente, para que espabilara.
—E-Está bien —acepté tragando duro. Aún temiendo.
—¡Así se habla!
Y Chris se fue emocionado ya que hoy en la noche será la fiesta de la que desde hace semanas me ha estado hablando, dice que me lo dijo, pero yo no recuerdo nada. Y lo que temo es...que no sé qué voy a vestir, aparte de estar sumamente nervioso. Ésta es la primera fiesta a la que voy, o por lo menos la primera en serio.
En todo el día no me pude concentrar en nada, puesto que el tema de la fiesta me traía mareado y lo suficientemente nervioso como para optar por huir de América y regresar a mi bello Sapporo, quedarme en casa, tomar chocolatito caliente, comer de los postres y los pastelitos europeos que mamá compra, e ir a comprar un buen libro en la librería "Hübsch". Estar allá en Sapporo, a salvo, donde no habían fiestas.
Como hoy era último día de clases y comenzarían las vacaciones, las chicas se mostraron interesadas en saber mis planes, como, por ejemplo: si saldría de la Academia, iría a Japón, viajaría a otro lugar, pasaría el verano en la playa, o si simplemente permanecería aquí.
Mamá había llamado diciendo que desde hace semanas ha tenido un problema grave en su empresa y que los negocios estaban "turbulentos", por lo que no sería posible que fuera con ella, y aunque decidiera ir, estaría solo porque ella tendría que estar en el trabajo. Tía Akane por fin cumplió lo que cada fin de año se proponía: Explorar un continente. Dijo que Oceanía se escuchaba interesante, pero según mamá, terminó optando por América y ahora se encontraba en Sudamérica, probablemente en Brasil bailando samba al compás de la música, o tango en Argentina...con desconocidos, como siempre. Ir a visitar a mi padre no era una opción. No.
Aunque me tenía un poco agobiado lo de la fiesta, pensar en Nathan me desestresaba. No me di cuenta cuando, con el bolígrafo que yo tenía en mano (el cual, hace tiempo se quedó sin tinta, pero que uso para jugar), comencé a raspar la paleta del escritorio, escribiendo su nombre.
—¿Qué es lo que garabateas? —Me preguntó un chico al oído, sobresaltándome por completo y logrando que mi bolígrafo rebotara por todo el escritorio, hasta terminar en el piso.
Estiré mi brazo para recogerlo, y nada más lograr mi objetivo, me senté correctamente en mi asiento. En ese momento fue cuando pude ver que había dañado material inmobiliario escolar raspando "Nathan" en la paleta de un escritorio. Al instante, intenté cubrirlo con mi brazo.
—¡N-Nada! —negué de inmediato —. ¡Jugaba c-con una mosca!
El chico rompió en sonoras carcajadas frente a mí. Sé que mi mentira sonó demasiado falsa y que fue ridícula, pero por lo menos deberían fingir un poco. Me sonrojé, apenado.
—Ay... —Se secó una lagrimita —. Eres rarito.
Lo miré fijamente, todavía sonrojado, sin saber qué hacer.
—Pero eres tierno, y eso lo compensa.
Bueno, ahora sí sé qué es lo que debo hacer: agachar la cabeza, no hacer contacto visual, no demostrar vergüenza y procurar no sonrojarme, pero nunca puedo cumplir lo último.
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Amor Primaveral (Yaoi) (Editando la redacción)
RomanceHaruo es un estudiante ganador de una beca en América, por lo que es transferido a la escuela Fiore casi a finales de año, en primavera. Junto con su llegada al país aparecen nuevos amores, rivales y situaciones comprometedoras que pondrán a prueba...