Amor Primaveral (Yaoi) (Editando la redacción)

Y aquí viene

Haruo's P.O.V

-Alguien llamada Vanessa- le dije.

Escuché el agua correr y golpear en las paredes de la ducha.

-Cuelga- respondió en un tono frío. Obedecí. Dejé su teléfono de nuevo sobre la mesa y fui hasta mi cama para guardar mis cosas, me senté en ella y ordene todo.

Nathan salió del baño, sin camisa como de costumbre, con su cabello goteando y mojando el suelo, con un olor realmente agradable. Se secó rápidamente el cabello con la toalla y después la tiró al suelo. Fruncí el ceño y me levanté para recoger la toalla y dejarla en el cesto de la ropa sucia, que ya casi estaba lleno con las prendas de Nathan. Tomó su teléfono y comenzó a revisar ciertas cosas.

-¿Quién era Vanessa?- pregunte sintiéndome mal por la chica, ella le marcó pero él ni siquiera le contestó. A mí no me gusta ignorar las llamadas de los demás, me parece muy grosero.

Me miró con sus hermosos ojos azules y respondió: -Nadie importante- luego se echó en su cama y comenzó a resoplar.

Qué malo.

-Pero ella...- mi teléfono comenzó a sonar, me giré en mi lugar y estiré mi brazo para alcanzarlo.

¿Eh?

-¿Quién te llama?- preguntó él sentándose, su ceño fruncido, rostro serio y su cuello un poco tenso. ¿Por qué está molesto?

-Ethan- dije confundido.

-¿Quién? Ah, el novio del llorón- se echó de nuevo en la cama.

-No es su novio- sonreí.

Ethan's P.O.V

-¡Bien hecho, chicos! ¡Si continúan así mejorarán su rendimiento y en las competencias le vamos a patear el trasero a todo el mundo!- exclamé animado.

-¡Claro!- decía Jean.

-¡No lo esperarán!- habló Brandon.

-¡Los otros equipos no podrán reconstruir sus orgullos!- dijo Daryl emocionado.

-¡Awebo!- exclamó Ceaser.

El equipo entero rio.

Estábamos en nuestro gimnasio y recién terminamos el entrenamiento así que pensé que podíamos descansar un rato, recompensar a los muchachos por su esfuerzo y salir a comer.

-¡Yo pago las alitas hoy!-

-¡SÍ!- gritaron alzando los brazos.

Salimos un rato y ya regresábamos para seguir entrenando, pero entramos por la puerta y...

-¡Diane!- grité furioso.

Diane y un montón de chicas más estaban en nuestra piscina haciendo quién sabe qué estupideces.

-¿No te dije que no podían usar éste lugar?- exclamé enojado acercándome a la orilla en que estaba.

-No, creo que no lo dijiste- me miró y luego se alejó nadando.

-¡Suficiente!- comencé a quitarme la camiseta para meterme a la alberca. Escuché a las chicas gritar de felicidad. Estaba tan enojado que por la cabeza no se me pasó lo que tenía pensado en un principio hacer y me quedé parado ahí en la orilla, reclamándole. -¡Sal de ahí en este momento, Diane!-

-Capitán, nosotros no tenemos ningún problema con que ellas estén aquí. Pueden usar la piscina el tiempo que quieran- ¿QUÉ? Volteé a ver a mi equipo. Estaban viendo a unas cuantas chicas que hacían estiramiento en traje de baño al otro lado del gimnasio.