Únete

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Haruo P.O.V

-Eh, Haruo, despierta- oía.

Qué sueño...

-Cachorro, ya es de día. ¿Piensas seguir durmiendo?- quién sea que esté hablando, usaba un tono divertido.

Tengo sueño...

Sentí una mano en mi rostro acariciándolo suavemente. Se siente bien~

Oí a alguien reír, fue una leve risa pero la oí.

Aquella cálida mano pasó por mi cuello y cada vez se hacía más caliente al tacto.

-Aah-

-Oye, la intención es que te despiertes- mencionaba -No podemos tener sexo en la mañana, así que no me excites-

Abrí un poco los ojos. Oh santo Ōkuninushi*, ¿por qué hay tanta luz? Parpadeé acostumbrándome lentamente a lo iluminada que estaba la habitación.

-¿Nathan?- así que había sido él quien hablaba.

-Tu sexy novio está aquí- puso medio cuerpo suyo sobre la cama y apoyándose en sus brazos para no dejar caer su peso en mí.

Sonreí. Lo besé en los labios.

Nathan alzó una ceja y me miró, pícaro. Introdujo su lengua. Ahogué un gemido, me había tomado desprevenido.

Negué con la cabeza. Nos separamos.

-Ah, es-estoy cansado- murmuré apenado, mirando hacia otro lado.

-Oh, es cierto, ayer lo hicimos dos veces. ¿Te duele el trasero?-

-¡N-Nathan!- le reproché avergonzado. Rió.

-¿Y bien?- preguntó de nuevo.

-S-Sólo...sólo un poco- desvié la mirada.

Se relamió los labios.

Me sonrojé mucho más, cerrando los ojos.

-Ah, me encantaría continuar con esto- se levantó y estiró sus brazos, lo que me hizo notar que no traía camiseta...ni pantalones...

-¿P-Por qué estás en ropa interior?- le pregunté.

-Oh- exclamó pícaramente -Así es más cómodo y me evito la pérdida de tiempo en buscar ropa. Pero resulta bastante eficiente cuando estoy con cierta persona...- se acercó a mí.

Lo miré atentamente y excitado.

-Pero debemos asistir a este estúpido internado. Levántate-

-¿Qué?- pregunté confundido. ¿A dónde fue a parar toda la atmósfera?

-La razón por la que viniste a América, genio. Yo también odio ésta prisión, pero debes asistir- se burló.

-Humph- hice un puchero y me levanté.

Quería pasar tiempo con Nathan. Estar con quién es ahora mi novio, a quién le entregué mi virginidad.

Esa vez...esa vez yo no estaba seguro de si lo amaba o si le quería. Cuando Nathan de pronto dijo que era suyo, mi sistema colapsó y todos mis sentimientos se volvieron un caos.

Al principio me tomó por desprevenido, y quise apartarlo, alejarlo de mí; pero me dejé llevar. Había correspondido a los besos que me daba y a las caricias que me brindó. Cuando dijo que me amaba...había sido definitivo, me gustaba.

De poco a poco sus gestos se volvieron más atentos e incluso su personalidad era diferente a la de los primeros días. Él decía que me amaba, y aunque yo quisiese negarlo, no podía impedir que sus sentimientos llegaran a mí y me alcanzaran. Me alcanzaron. Ya no había vuelta a atrás y no la hay.

Amor Primaveral (Yaoi) (Editando la redacción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora