En otra parte de la ciudad, en el cuadragésimo segundo piso del edificio Harry & Selena, Taylor también se encontraba en su despacho, pero no estaba sola. Se esforzaba por no perder el hilo de la discusión entablada entre las tres personas sentadas en torno a la mesa de reuniones. Siempre se concentraba en el trabajo, pero hoy se acordaba constantemente de la impactante mujer del esmoquin que había conocido la noche del sábado.
Karlie Kloss tenía algo que se había apoderado de sus pensamientos, y no había dormido bien por su causa. Pero más que cansancio y la pérdida de concentración, lo que le preocupaba era el comportamiento tan atípico que había tenido hacía un rato, cuando levantó el auricular y llamó.
Nunca hacía nada sin pensar previamente hasta en las últimas consecuencias y, desde luego, jamás perdería el tiempo con una persona tan voluble como Karlie. Había presenciado sus rápidos cambios de humor, desde la cólera y la grosería hasta la irritación y la humildad, sin perder nunca el encanto, e inexplicablemente, cada etapa había parecido más seductora que la anterior.
Había pasado el domingo buscando información en internet sobre aquella mujer fascinante. Por suerte, había gran cantidad de material, y unos cuantos articulos en los que se referian a ella abiertamente como lesbiana. Estos últimos recogían lo que le había sonsacado a Calvin y añadían algunos jugosos detalles más.
Cuanto mas leía sobre ella, más quería saber, hasta que por fin, con los ojos cansados, se fué a la cama pasada la media noche. Se quedó muda de asombro al sorprenderse a sí misma hablando con la secretaria de Karlie, nada más empezar la mañana.
¿No había tenido bastante con buscar información sobre la directora general de Klossy como si se tratara de un caso legal?
-Disculpa, ¿Qué es lo que has dicho?
-Se avergonzó de perder el hilo de la conversación. <<Céntrate, Taylor.>>
Procuró borrar a Karlie de su mente mientras le repetían la misma pregunta por tercera vez.-Tendría que irse.
-No creo que lo digas en serio.-
No sabía si reírse o darle a Thomas Merison con un ladrillo en la cabeza. Acababa de preguntar si podia despedir a un empleado porque era <<maricón>>, según sus palabras.Merison era director financieron de Harry & Selena.
-¿Por qué no? No puedo consentir esa clase de alteraciones en mi organización.
Desde la primera reunión, Taylor sabía que aquel tipo era un imbécil petulante que no reconocería una idea progresista aunque le mordieran el trasero. Se situaba tan a la derecha que, si se descuidaba, se caería por el borde de la tierra. <<este tío tendría que desaparecer del mundo con todas sus actitudes.>> reprimió una sonrisa.
Taylor conocia a John Briggs, y reconcía que <<cantaba>> mucho, pero nunca había tenido queja de él. Por el contrario, las relaciones con sus compañeros eran excelentes y Taylor lo veía muchas veces en una mesa de la cafetería rodeado de compañeros. Ladeó la cabeza.
-¿Y qué clase de alteración son, exactamente?
-Es tan evidente... -dijo Merison, como si eso lo explicara todo.
-¿Y?
-¿Qué quiere decir <<y>>?-Merison no sabía ocultar sus emociones-. Se pasea por la oficina como una loca, con la mano tonta colgando y meneando las deras. Está todo el día charlando y soltando risitas. ¡Y cómo se viste...!
Taylor se imaginó a Merison vestido como un osito de peluche de Victoria's Secret y tuvo que tomar un gran sorbo de café para borrar de su mente aquella grotesca imagen.
-¿Has tenido queja de su rendimiento en el trabajo?
–No, pero no por eso deja de ser un trastorno. Seguro que nadie dice nada por miedo.
-¿Miedo de qué, en tu opinión?
-Pues -respondió Merison mirando a Taylor como si fuera tonta- de que sea él quien los acuse de maricones.
<<No puedo creer que esta conversación sea real. Este tío esta tarado.>>
-Tengo que responder ante el gobierno federal -siguió justificandose Merison-. Esta empresa tiene una reputació impecable y quiero que siga siendo así. Gobierno este barco con firmeza y no consiento disensiones en mis filas. Hasta el momento, la tercera persona que había en la mesa, Charles Comstock, el director general, no había dicho una palabra sobre el tema. Taylor lo miró, como pidiendole su opinión, pero él no dijo nada, de modo que tomó ella la palabra otra vez.
-Por lo que me cuentas, no podemos despedirlo, Thomas.
-¿Qué más necesitas?
<<No te alteres. Recuerda que este tío es idiota.>>
–En primer lugar, Thomas, el término más apropiado es <<gay>>. En segundo lugar, va contra la ley despedirlo únicamente por tener sospechas sobre las personas con las que se relaciona en su tiempo libre. En tercer lugar, esta empresa, y tú personalmente, podrían ser denunciados sólo por pronunciar la palabra <<maricón>> en este contexto. -Taylor procuró enfatizar las palabras <<tú personalmente>>
Del último comentario -. En cuarto lugar, nadie se ha quejado, ni oficial ni extraoficialmente. Y, para concluir, no tienes argumentos para despedirlo.-¿Cómo que no tengo argumentos?-Merison tensó tanto la espalda que Taylor vió como se le estiraba el nudo Windsor de la corbata.
-Quiero decir que no me has demostrado que haya hecho algo que justifique el despido. Su rendimiento es ejemplar. Lo has dicho tu mismo en las tres últimas evaluaciones de rendimiento. Taylor señalo la carpeta que tenía ante sí-. Nadie se ha quejado y no ha incumplido la política de la empresa en ningun aspecto. No ha hecho nada malo -concluyó taxativamente.
Merison se volvió hacia el director general con una mirada suplicante, y el director habló por fin.
-Bien, Taylor, seguro que se puede hacer algo, ¿no es así?
Taylor captó la inflexión de su voz.
El jefe esperaba se apoyase la postura de Merison. Sabía que las palabras que pronunciara a continuación definirían su carrera en Harry & Selena.-No, Charles, yo no puedo hacer nada. No podemos despedirlo solo por ser gay. No apoyaré una actitud tan poco ética, por no decir moralmente equivocada. -se quedó observando a los dos hombres, que endurecieron la mirada ante sus últimas palabras, como si la vieran por primera vez, Taylor supo que acababa de entrar en un campo de minas.
-Taylor...
-Es evidente que no he dado la respuesta que se esperaban, pero es mi decisión. -En su opinión, no había nada mas que añadir.
Los dos hombres se levantaron de la mesa y Merison habló con la boca pequeña.
-De acuerdo. De momento lo acepto, pero te garantizo que el señor mariposón traerá problemas, oye bien lo que te digo.
Taylor se levantó tambien antes de que Merison se separase de la mesa y lo inmovilizó con la mirada.
-Thomas, como asesora principal, te aconsejo que dejes de utilizar términos inapropiados y de hacer comentarios despectivos sobre un empleado de esta compañia.
A solas, Taylor se dejó caer en el pequeño sofá del despacho.
-¡Dios bendito! Me parece que estoy de mierda hasta el cuello. -No había nadie allí que confirmase su observación.

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Ven A Buscarme - Kaylor
FanfictionQué harías si una mujer irresistiblemente deseable pero absolutamente intocable susurró a usted, si me quieres tendrás que venir a buscarme? Eso es exactamente la situación que Karlie Kloss director general de Klossy, se encuentra en cuanto conoce a...