XVII

1.3K 69 0
                                        

Aunque Karlie odiaba que la hiciesen esperar, llevaba toda la mañana jugando al gato y al ratón con Josh por teléfono.

Mientras escuchaba la tonta sinfonía de la llamada en espera, sus pensamientos derivaron hacia Taylor por duodécima vez en el día, por lo menos. Había pasado el domingo intentando dilucidar si había mal interpretado las señales que había ido captando a lo largo de toda la cena. Su sexto sentido con las mujeres, unido a la experiencia, pocas veces le fallaba, por lo que el No de Taylor había sido un auténtico trauma.

Tanto, por cierto, que ni siquiera había intentado convencerla. Y seguía confusa por su inesperado rechazo.
Sus amigas le habían dicho muchas veces que tarde o temprano lamentaría la fama que se había echado.

Se le revolvió el estómago al recordar lo que había dicho sobre sus intereses, en el pasado. <<Qué curioso, Karlie, prácticamente le dijiste que eras una putilla y ahora te sorprende que te rechazara. ¡Que idiota!>>

Si el juicio aposteriori fuera el juicio a priori, habría enfocado las cosas de otra manera, eso seguro. Pero estaba tan acostumbrada a que cenar con una mujer guapa fuera el preludio de una sesión de sexo que ni siquiera había pensado en la posibilidad de que un comentario sincero pudiera provocar una reacción negativa.

<<¿Y a mí que me importa su opinión?>>

Por fin, el abogado interrumpió sus elucubraciones del otro extremo de la línea.

-Josh -se quejó-, tienes que cambiar esa música, en serio. Si no fuera porque has insistido tanto en que hablaramos hoy, no la habría soportado. Así que ten cuidado si se me pega la cancioncilla para el resto del día, porque iré a macharse personalmente.

No mantenía la típica relación entre abogado y cliente. Hacía más de 5 años que eran amigos y, naturalmente, lo había escogido como abogado. A pesar de muchos conflictos de interesas que habían surgido entre ellos, sabía que no le fallaría. No le había fallado nunca.
Comprendió que la llamada era importante al ver que él no respondía con otra pulla.

-¿Josh?

-Karls, esta mañana he recibido unos documentos del abogado de Lily. -Karlie no dijo nada. Estaba segura de que iba a caer otra bomba-, va a denunciarte.

-¿Por qué? -dijo, sorprendentemente tranquila. Sabía que su mejor amigo estaba conteniendo el aliento.

-Por trecientos mil dólares -dijo, todavia sin respirar.

-¿En concepto de qué?

Josh vaciló; Karlie supuso que no quería herirla. La amistad entre ellos iba más allá de una relación normal entre hombre y mujer. Aunque Karlie no solía pensar en él como hombre. Cuando lo miraba, el género no contaba: sólo veía a un amigo sincero y fiel, y sabía que el sentía lo mismo por ella. Habían capeado juntos los temporales de rigor, desde ligues de una noche hasta fracasos en relaciones más duraderas. Karlie había sido la primera persona a la que Josh presentó a Cristal, su futura esposa, y había sido su principal testigo el día en que se casó, trece meses más tarde.

-Por alienación de afecto, fraude y difamación. Es rídiculo, desde luego, puesto que tu no has hecho pública tu opinión. Supongo que no supo encajar que le dijeras que era un mal polvo.

Karlie suspiró. No le sorprendía que la situación hubiera llegado a este extremo. Sabía que Lily le iba a traer complicaciones, sólo faltaba por saber cuántas.

-Continúa.

Era astuta y sabía que en aquellos documentos legales había muchas cosas más que proyectaban una sombra sobre su vida. Por lo último que habían hablado, dedujo que Josh había dejado todo lo demás en cuanto recibió los documentos por correo a las ocho de la mañana.  Había estudiado las diecisiete paginas haciendo anotaciones al margen, a medida que se le ocurrían ideas, había encargado a su asistente que rastreará la web y recogiera toda la información que encontrase sobre Lily Aldridge. Se moría de curiosidad por saber lo que había descubierto, pero Josh había insistido en estudiar el caso en profundidad y determinar con exactitud la forma de deshacerse de Lily de una vez por todas.

Ven A Buscarme - KaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora