XXVI

1.2K 73 0
                                        

-¿No lo sabes? La respuesta la impresionó-. ¿No crees que tendría que haberlo sabido? -Iba y venía por la habitación pasándose las manos por el pelo. La sorpresa se convirtió en cólera, después en confusión, y volvió a la cólera.

-¿Y eso habría cambiado algo? -preguntó Taylor, aunque ya sabía la respuesta.

-¿Qué clase de pregunta es esa? -dijo Karlie, parandose en seco-. ¡Pues claro que sí! -Puso los brazos en jarras, desafiante-. Me parece evidente que lo ha cambiado todo.-No soy una rata de laboratorio con la que se puede experimentar, Taylor -dijo Karlie tajantemente. No sabía si le preocupaba más que Taylor nunca hubiera estado con una mujer o haberse equivocado tanto al juzgar su experiencia.

-No estoy haciendo ningun experimento contigo -dijo Taylor, cohibida. Se decesperaba por hacerle entender su posición. <<¿Pero, cuál es mi posición? ¿Qué quería que tu fueras la primera en mi vida? Seguro que le gustaría oír eso ahora mismo.

-Pues así es como me has tratado exactamente, Taylor. ¿Tienes veiticinco años y acabas de decir que quieres ser lesbiana? Lo siento pero tendrás que buscarte a otra.

-Karlie, deja que te lo explique.-
Taylor no habría sabido que decir, aunque Karlie le hubiera dado la oportunidad de hablar.

-No, yo te lo explicaré.- cruzó la estancia y se colocó delante de Taylor. Ahora, en sus ojos solo había furia, no pasión-. Es muy facíl, Taylor. Yo soy lesbiana-Karlie se señalo en el pecho con un dedo, y después señalo a Taylor-, y tú, no. Reconozco que has sabido ocultarlo muy bien. No tenía ni idea. No tenía ni puta idea.

-Karlie...

-Lo siento, Taylor, pero no me acuesto con heterosexuales. Buenas noches. -Karlie se marchó muy digna, sin querer escuchar una palabra más.
La puerta se cerró pesadamente tras ella y Taylor se quedó allí plantada, totalmente estupefacta.

***

-Qué narices te pasa?

Karlie levantó la vista de los documentos que estaba firmando y miró a Teresa.

-¿Cómo dices?

-Digo que qué narices te pasa, llevas dos semanas que no hay quien te aguante, y no soy la única que está harta.-La expresión de sorpresa de Karlie no bastó para que dejara de decir lo que pensaba-. Tienes a todo el mundo andando de puntillas, por aquí y más vale que arregles lo que tengas que arreglar, porque nos estás haciendo la vida imposible.

Karlie estaba acostumbrada a la franqueza de Teresa; hacía mucho tiempo que eran amigas y se lo permitía. Pero nunca la había reñido de esa forma.

-Lo siento. Creo que estoy un poco nerviosa.

-¿Un poco? -inquirió Teresa, enarcando las cejas.

-De acuerdo, tengo los nervios de punta -reconoció, avergonzada de su comportamiento-. Es que estoy preocupada. -Se quedó corta. Estaba obsesionada con Taylor desde aquella noche. Diseccionaba cada minuto que habían pasado juntas buscando la prueba de que no era lesbiana. <<No puedo creer que me haya equivocada tanto al juzgarla.>>

-Karlie -dijo Teresa, y acercó la silla rápidamente-, te he visto hacer malabares con más pelotas de lo que sería humanamente posible, y jamás has estado como ahora. Ni por asomo. ¿Qué es lo que te pasa?

<<¡Aparte de haber sufrido una de las peores decepciones de mi vida, sentirme como una idiota y no poder dejar de pensar en la mujer mas guapa que conozco?>>

-Nada, no me pasa nada. Hay algo que tengo que solucionar, solamente.

-¿Puedo ayudarte en algo?

Ven A Buscarme - KaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora