XL

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Todavía era de noche cuando Taylor despertó con una sensación de calor en la espalda y una respiración en el oído. Sorprendida, se tensó un momento, pero enseguida volvió a acurrucarse en el cálido abrazo de Karlie.

Karlie se le acercó un poco más, le acarició el cuello con la naríz y le cubrió el pecho con las manos, y Taylor se quedo despierta, pensando que la vida nunca volvería a ser igual. Y sintió agradecimiento: un ser completamente nuevo había surgido de entre los brazos de aquella mujer fuerte y generosa. Se inquietó cuando una necesidad personal inaplazable pudo con su deseo de seguir en los brazos de Karlie.

-Enseguida vuelvo -musitó. Terminó en el cuarto de baño, pasó rápidamente por la cocina y, sin hacer ruido, volvió a la cama, se acurrucó al lado de Karlie y se durmió al instante en el acogedor nido.

Unas suaves y cariñosas caricias y unos labios que le mordisqueaban el cuello la despertaron más tarde, medio dormida todavía, creyó que se caía cuando Karlie le dio media vuelta y se puso encima de ella. Se despertó por completo al notar la lengua de Karlie y rápidamente llegó al orgasmo en el momento en que el sol despuntaba por el horizonte.

-Buenos días. -Karlie le dió un beso en los labios justo cuando empezaba a recuperar el aliento.

-Hummm, sí, muy buenos -dijo Taylor, e invitó a su amante a acercarse más. Antes de que los besos se volvieran ardientes, se separó y dijo-: No suelo hacerlo por la mañana.

-Pues has sabido engañarme.- Karlie la miró a los ojos , brillantes todavía después del acto amoroso.

-Serán las compañías que frecuento últimamente -repuso Taylor, haciendole cosquillas en el estómago.

-¿Café? -Le pregunto Karlie. Un perro ladraba en el vecindario, señalando el comienzo de un nuevo día.

-Más tarde -dijo. Tumbó a Karlie en la cama y se puso a horcajadas sobre ella. Más atrevida que la noche anterior, exploró el cuerpo de Karlie, recreándose en su belleza bajo la primera luz de la mañana. Observó la reacción de su carne a las caricias y sl subir y bajar el pecho con cada jadeo.
Contempló, hipnotizada, como se le ponían los ojos vidriosos al introducirle los dedos y acariciarle el clítoris. Karlie tenía razón: los sentidos le contaban la historia de la pasión de su amante. Los sonidos y las imágenes de Karlie llegando al orgasmo gracias a sus caricias eran sobrecogedoras.

Cuando Taylor se levantó de la cama, después de otro orgasmo más, estaba más alegre que en toda su vida, le habían hablado músculos cuya existencia ignoraba. Fue al cuarto de baño, se lavo la cara y se miró al espejo, vió a la misma mujer de ojos claros de siempre -la cual, por cierto, necesitaba ir a la peluquería cuanto antes-, pero no vió el cambió que sentía por dentro, vió que Karlie se acerbaba por detrás y la rodeaba con los brazos, asomándose por encima de sus hombros.

-¿Qué ves?

-A una mujer que ha cambiado -dijo Taylor con calma.-A mí me gustaba como era antes.-Karlie frunció el entrecejo.-Creo -replicó Taylor, mirando profundamente a los ojos verdes que se reflejaban en el espejo-, creo que la nueva te gustará más-, se volvió entre los brazos de Karlie y la besó.

-¿Me lo prometes? -dijo Karlie, separándose al cabo de un momento.

-Haré todo lo posible.

-Bien, ya sabes que para hacer bien una cosa hay que practicar, practicar y seguir practicando. -La besó dulcemente con cada repetición.
Los besos encendieron la pasión una vez más y Taylor se sintió flotar. Cuando recuperó el sentido, estaba a segundos de un orgasmo conjurado por la mágica lengua de Karlie.

-¡Dios mío, Karlie! -exclamó, y empezó a ver fuegos artificiales con los ojos cerrados.

Tardó unos instantes en comprender lo que había pasado y, cuando Karlie la bajaba de la encimera del cuarto de baño, se le echó a los brazos. Empezó a recorrerle la espalda con las manos y le agarró los firmes glúteos. Se los apretó y Karlie gimió.

Ven A Buscarme - KaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora