Ven A Buscarme - Kaylor

XXXV

-Me parece una jovencita estupenda -comentó Karlie mientras esperaba con Taylor fuera del probador, donde Tonya estaba probandose unos vaqueros. El encuentro de la mañana se había alargado hasta la hora de la comida, y después habían ido de compras.

-Lo es -dijo Taylor, sonriente-. Ha avanzado mucho.

-Estoy segura de que ha sido gracias a ti, ésta claro que eres su modelo.

-Gracias -dijo Taylor por el cumplido-. La responsabilidad es grande, pero el esfuerzo es todo tuyo. Yo sólo disfruto ayudándola a crecer. Desde que estamos juntas, no nos hemos saltado la cita ni una sola vez. Es importante para las dos.

-No dejas de sorprenderme continuamente -dijo Karlie, pensando en voz alta.

-Supongo que tengo que tomármelo como un cumplido -bromeó Taylor.
La charla se vió interrumpida por la aparición de Tonya, que salió del probador dispuesta a buscar una camisa que quedara bien con los pantalones que tenía en la mano.

-Y Taylor necesita un traje de baño dijo con entusiasmo.

-Puedo ayudarte a escoger -se ofreció Karlie-. Tengo experiencia en trajes de baño. -Le clavó la mirada en las partes del cuerpo que cubría un bañador, cuanto más pequeño, mejor.

-No lo dudo. -Taylor espero a que Tonya se distrajera con los trajes de baño, y entonces le propinó un fuerte codazo a Karlie-. Ya basta. Me estas poniendo... -Casi dijo <<Caliente>>, pero lo sustituyó por <<Nerviosa>>.

La mirada atrevida de Karlie, con las cejas enarcadas, puso las cosas peor y Taylor tuvo que refugiarse en los percheros de brevísimas prendas de baños. Tanto insistieron sus dos compañeras de que, finalmente, tuvo que probarse un bikini que escogió Tonya. A la niña le costó varios minutos de salamerías y ruegos hacerla salir del probador para pasar el modelo.

<<¡No puedo salir ahí vestida de esta forma! Es decir, desnuda de esta forma>>. Una vez más al espejo y dijo para sí: <<Bien pensando, no es mala idea>>.

Karlie y Tonya estaban sentadas riéndose entre ellas, cuando Taylor salió, pero las risas cesaron y el reducido público se quedó mirandola en silencio, con los ojos como platos.
A Karlie se le cortó la respiración.

<<Virgen santa del amor hermoso!>>

Contempló la gran cantidad de piel que el bikini dejaba al descubierto. La sangre se le aceleró en las venas y le retumbaron los oídos. Dio gracias por estar sentada, porque había empezado a marearse al mirar aque cuerpo, tan cercano que podía tocarlo.

Se agarró a los bordes de la silla para no lanzarse a acariciarla inmediatamente. Taylor dió una vuelta sobre si misma lentamente y Karlie se excitó tanto que se le humedecieron las bragas.

<<Bingo>> Taylor no dudó de lo que veía en los ojos de Karlie, y se sintió orgullosa de provocarle aquella resacción. Sabía que Karlie la había deseado una vez, y siempre había cierto coqueteo entre ellas, pero hasta ese momento no estaba segura de sus verdaderos sentimientos. El deseo puro que se veía en sus ojos era como un grito alto y claro desde la cima de una montaña. La mirada de Karlie le dejaba un rastro caliente allí por donde pasaba y supo que se le habían puesto los pezones duros cuando Karlie abrió más los ojos al posar allí la mirada.

Por suerte o por desgracia, antes de que una de ellas pasara a la acción, Tonya se plantó delante de Taylor para enseñarle otro modelo; Taylor no supo si se lo agradecía o no. Le temblaban las piernas cuando volvió al probador.

Nunca se había sentido tan desnuda como al ver la ardiente y apasionada mirada de Karlie. Tardó envestirse: quería y no quería volver a presentarse ante la mujer que la acababa de comer con los ojos. Ruborizada, volvió con sus compañeras y, cuando cruzó la mirada con Karlie, volvió a sentirse tan desnuda como antes, aunque ya estaba completamente vestida.

Karlie estuvo muy apagada el resto de la sesión de compras y procuró aliviar la tentación de tocar a Taylor manteniendo las distancias con ella.
Sabía que, si se dejaba llevar por los impulsos, no podría parar, y eso la asustaba. Mientras iban de tienda en tienda, se distrajo hablando con Tonya y cargando con los paquetes, cada vez más numerosos.

-¿Qué tal si invito a cenar a estas dos mujeres tan lindas? -preguntó, dirigiendose a Taylor, cuando ya todas habían dicho que los pies las estaban matando y tenían que descansar.
Tonya aceptó, emocionada, y, después de una cena de hamburguesas y helados, la llevaron a casa. Taylor acompañó a Karlie a buscar el auto al aparcamiento de la oficina.

-Me lo he pasado muy bien hoy -dijo Karlie, cuando aparcaron-. No sé cuando fue la última vez que me lo pasé tan bien, sobre todo de compras. La verdad es que no me gusta nada ir de compras. -Puso los ojos en blanco, de un modo expresivo.

-¿No te gusta ir de compras? ¡Karlie, eso es muy antipatriótico!-Karlie se rió y Taylor siguió hablando-. Si no te gusta ir de compras, ¿Por qué nos has acompañado?

Karlie vaciló un instante, pensando en la respuesta, hasta que decidió que lo mejor era mostrarse sincera.

-Porque me ha parecido que sería divertido. -Bueno, sincera a medias.

-Se que Tonya estaba encantada de que vinieras con nosotras. Gracias por haber querido conocerla.

-Ha sido un placer.

Karlie parecía tensa y Taylor se volvió a mirarla. Se había dado cuenta de que su amiga había mantenido las distancias, después del pase de trajes de baño, pero prefería no pensar en los motivos. Mejor así, en cierto modo, porque no podría irse sola a casa si volvía a percibir otro atisbo de aquel deseo. Sabía de que tenía que alegrarse de que la versión manejable de Karlie hubiera vuelto a su lugar, pero le pareció un poco decepcionante y amargo.

-Yo también me lo he pasado muy bien -dijo, disimulado lo que sentía.
Hubo unos minutos incómodos, en el interior del auto, hasta que Karlie salió y cerró la portezuela. Se asomó de nuevo por la ventanilla.

-Una cosa más. -sus ojos verdes estaban oscuros y sensuales-. Estabas impresionante con el bikini. -dijo adiós a Taylor, que estaba roja como la grana.