Ven A Buscarme - Kaylor

XXIX

-Karlie, qué sorpresa tan agradable
-dijo Lily con sarcasmo.

-No me vengas con jueguecitos.-
Guardó en el bolsillo las llaves del auto-. ¿Puedo pasar? -le fue imposible pronunciar el nombre de Lily.

-Siempre eres bienvenida en mi casa..., y en mi cama -dijo Lily, mirandola con lujuría, y le franqueo el paso al interior.

Karlie pudo controlar el temblor que sacudía su cuerpo gracias a la disciplina que ejercía sobre sus emociones. Conocía la casa de Lily y fue directa al salón.
-¿Whisky? -preguntó Lily edulcoradamente.

-No, gracias. Vamos al grano. ¿A qué demonios vino ese numerito?

-¿Me mandas aquí al FBI y todavía me lo preguntas? -el pecho de Lily, casi desnudo, subía y bajaba bruscamente.

<<¿El FBI? Karlie dominó su expresión. ¿Josh habría tomado medidas drasticas sin consultar con ella?>>

-Seguro que te explicaron a que venían -dijo cautelosamente.

-Si desde luego. Me lo explicaron , por supuesto, Me vigilan, tienen grabadas tus conversaciones teléfonicas. Te crees muy lista ¿No?

¿Lista?

Se sentía completamente obtusa, pero no podía permitir que Lily se diera cuenta de que no entendía nada de nada.

-¿Qué piensas hacer? -pregentó insulsamente?

-¡Bah! quieren que retire los cargos, que retire mis pruebas y que no vuelva a tener contacto contigo, me acusan de chantaje.

-Es que me estás haciendo chantaje.

-Podría ir a la cárcel.-Vamos, Karlie -dijo Lily, se que no quieres que me encierren, todavía podemos salvar lo nuestro, yo lo estoy deseando.

Karlie hizo caso omiso de aquel intento de seducción, pero seguía intrigada. ¿Por qué el FBI no había detenido a Lily? Apenas se había formulado la pregunta, cuando encontró la respuesta, el comportamiento de Lily los habría alertado, pero, si la detenían, la operación -fuera la que fuese -saldría a la luz.

<<Es a mí a quien estan investigando, pero no quieren que lo sepa.>> casi se echa a reir.

–Lily, tengo que irme -dijo Karlie-. Esto se ha terminado. Te aconsejo que sueltes amarras y te largues, mientras puedas.

-No entiendo -dijo Lily sinceramente desconcertada-. Miles de dólares no son nada para tí ¿por qué no me has querido pagar?

-Cuestión de principios.

-¿Te gastas millones de dólares en niños que no valen nada y no eres capaz de hacerme un regalo por el tiempo que pasamos juntas?

<<Me he acostado con esta mujer>>, pensó Karlie con repugnancia.

-Si tuvieras una enfermedad grave, te ayudaría, pero no es sí...

-Te aprovechaste de mí -dijo Lily, derramando lágrimas de cocodrilo.

-No me digas.

-Me sedujiste, me metiste a la cama sin darme ocasión de decidir por mi misma, no me di cuenta cómo eras en realidad hasta el final -Lily estaba tensa en la silla, mientras hablaba.

-¿Y cómo soy, exactamente?

-Eres una depredadora -le escupió.

Karlie estalló en una carcajada y, por la expresión de furia de Lily, pensó que había sido la reacción más prudente.

-¿Y en qué momento, cuando estabas desnuda y encima de mí, me convertí en depredadora? ¿Cuando me seguiste a la ducha y me rogaste que te hiciera llegar al climax? ¿O cuando me follaste en el servicio de señoritas Ritz? Dime Lily, ¿Cuál de esas veces fue? Porque no hemos estado juntas ninguna más y, según recuerdo, en todas tomaste tú la iniciativa muy activamente.

Cuando terminó, estaba tan colérica que casi hablaba a voces.

-No es así como pasó.

-Así es como pasó exactamente. Lo sabes tan bien como yo.

-¿Tu nuevo ligue te folla igual?

Karlie no pudo disimular el espanto que le prudujo aquella pregunta.
No se esperaba que Lily supiera nada de Taylor. Tenía un nudo en el estómago, y se le apretó aún más.

-Ya sabes a quien me refiero: tu última noviecita, esa rubia tan mona.
Es abogada, ¿verdad? ¿Qué crees que diría si hablara un rato con ella? A lo mejor me cambió de abogado y me quedo con ella.

Mezclar el nombre de Taylor en aquella repugnante conversación hizo que Karlie perdiera los estribos por completo.

-Ni te atrevas en meterla en esto.

-¿O qué? ¿Qué harás si la meto? ¿Se lo contarás todo a mi marido? ¡Que miedo! A él no le importa. ¡Ah ya sé! A lo mejor se lo dices a tus amigos del FBI que me hagan desaparecer -Lily ilustró aquella idea con un gesto de las manos.

Karlie se levantó de la silla como movida por un resorte y se plantó delante de Lily.

-Oye lo que te digo, brujilla maquiavélica. Ya te he advertído que te puedo comer viva, de modo que, si le dices una palabra a ella... una sola... la que sea, ten por seguro que te como.

***

Taylor estaba mirando al techo incapaz de dormir después del extraño giro que habían tomado los acontecimientos en la gala benéfica.
Estaba claro que se trataba de una ex de Karlie que, enfurecida, había querido ponerla en evidencia públicamente, y lo había conseguido.

Se alegró de no haber estado con Karlie en ese momento, porque su cara habría salido también en todas partes y ¿Cómo lo explicaría a Thomas Merison y a Charles Comstock?

Pensó en llamarla y decirle algunas palabras de solidaridad. Pasara lo que pasase entre ellas, o aunque no pasara nada Karlie tendría que afrontar una mala época, y lo procedente sería brindarle apoyo. Estuvo unos minutos indecisa, con la mano sobre el teléfono que había al lado de la cama, según el despertador, era la una de la madrugada. No eran horas de llamar. Eso sólo se hacía entre amantes.

Tampoco era una emergencia, y, siceramente, tenía que reconocer que el verdadero motivo de la llamada sería otro. Era cierto que le gustaría saber como se encontraba, pero tambien deseaba el contacto de los labios de aquella mujer en los suyos, la caricia de sus manos. Necesitaba que le dijera que abandonara toda esperanza. Dió una vuelta en la cama y se sintió muy sola, pero, aun en contran de sus anhelos, se reafirmó en su postura: No iba a dar un paso más para hacercarse a ella.

<<Si me quiere, tendrá que venir a buscarme.>>