-¿Y ahora que hago?
-Averigua todo lo que puedas sobre lo que buscan y abre bien los ojos, a ver si detectas algo insólito entre las personas más cercanas; alguien que se comporte de una forma rara contigo, insidentes singulares en el trabajo... Tiene que haber algo que les haya llamado la atención.
-Pero no pueden intervenirme el teléfono sin una orden, ¿No es cierto?
-No, que ella supiera. Intervenir teléfonos no era como registrar un domicilio.-Legalmente no, pero eso no significa que no lo haga, se sabe que últimamente, el FBI justifica todo lo que hace en nombre de la seguridad nacional.
-Mierda.
Taylor miró la mano que sujetaba la suya. Al ser consciente del contacto, se le puso la carne de gallina y recordó que deseaba mucho más. Se imaginó que se ponía de pie y se llevaba a Karlie, apoyandose en aquel cuerpo inolvidable, dejando caer la bata en el suelo... Karlie debió interpretar el silencio como una pausa expectante, porque empezó a hablar atropelladamente.
-He pensado en lo que dijiste -Se zambulló en el otro tema que le ocupaba el pensamiento-. En el mensaje del teléfono, dijiste algunas verdades, -No le resultaba fácil reconocerlo ante sí misma, y mucho menos ante Taylor.
-Bueno, ya sabes que soy abogada.-Su corazón volvió a latir con normalidad.
-Sí, dijo Karlie con una carcajada, que alivió en parte su tensión física-, y, no se por qué, pero me parece que no podría ganarte la discusión.
La risa de Karlie expandió uns onda cálida en el cuerpo de Taylor, entonces se dió cuenta de lo mucho que la echaba de menos.
-Seguro que sí, no creo que a una mujer tan triunfadora como tu le falten dotes de persuación y no pueda ganar una o dos discusiones.
-Si, bueno. He tenido suerte un par de veces.
-¿Un par? Pecas de modestia, Karlie.
La voz de Taylor le provocaba estremecimientos en la columna vertebral.<<¡Qué idiota he sido!>> dejándose llevar por un impulso raro en ella, dijo:
-Te he echado de menos.
-Aquí estaba -replicó Taylor, dejando clara su postura, con tacto, pero firmemente. Karlie podía haberla llamado en cualquier momento, pero no había querido.
El sutil reproche dió en la diana y Karlie procuró aligerar la conversación.
-He estado una temporada en París.
-Y yo, en Bangalore.
-¿En Maine?
-No, Bangor no, Bangalore.
-¿En la India? ¿Cuánto tiempo estuviste? -Karlie se arrepintió de haber hecho una pregunta tan tonta, pero se alegró de que la conversación fuera ahora sobre cosas mundanales.
Necesitaba un poco de tiempo para planear la conversación que sabía que tenían que mantener.-Casi dos semanas -respondió Taylor-. Ahora valoro mucho más los taxis y el aire acondicionado de aquí. -Se reprimio un bostezo.
-Mira -dijo Karlie, para no abusar del buen recibimiento-, ahora me voy ya. Solo quería que supieras lo del FBI porque seguramente, en la grabación también apareces tú. Tengo que contar con que me han intervenido el teléfono y que hay escuchas en casa.
No quería soltar la mano de Taylor, pero notó un pequeño tirón y relajó los dedos, cediendo a aquel único punto de contacto cosquilleante que las unía.
A Taylor le pesó que la conversación llegara a su fin, pero no iba hacer nada por alargarla. Si Karlie tenía algo más que decir, sabía construir frases como cualquiera. Se miraron y tuvo la clara impresión de que Karlie esperaba una señal por su parte.
-Gracías por contarmelo -dijo, en tono cordial-. Es lo más correcto que podías hacer.
-En realidad, hay algo más -reconoció Karlie con vacilación-. Quería verte.
-Está bien. Taylor hizo un gran esfuerzo por no añadir nada más.
<<Me obliga a dar el paso.>> Karlie reconoció con admiración la fuerza de voluntad de Taylor.
Había lanzado un ultimátum y no vacilaba. La pelota seguía en su campo.
-Lo siento -dijo, vacilantemente.
Taylor estaba pendiente de ella, pero no dijo nada.-Siento haberme echado atrás. No puedo explicar por qué, exactamente, pero lo estoy pasando faltal. -suspiró -. Taylor, tengo mucha experiencia en romances de dos días, pero soy una novata total en todo lo demás, y eso, si lo piensas un momento, nos convierte en inexpertas a las dos, cada una a su manera.Contuvo el aliento hasta que se vió gratificada con una sonrisa que transformó la expresión plácida y distante de Taylor en una incitación tan autentica que solo pudo responder sonriendole exactamente de la misma forma.
-Me alegro de que lo hayas dicho -respondió Taylor, simplemente.
-Yo también.
-¿Qué vamos hacer con la investigación?
-¿Vamos las dos?
-No pensarás que me voy a quedar al margen, esperando a que, te pase una desgracia -dijo Taylor-. Es evidente ha habido algún error, y tenemos que llegar hasta el fondo.
-Pues -dijo Karlie, consultando el reloj de pulsera- he quedado con mi abogado por la mañana, dentro de un rato.
-¿Te parece bien que yo también vaya?
¿Desde cuando una mujer se había puesto de su parte, sin contar ni a la familia ni a Teresa? Era lo último que esperaba de aquella visita.
-Por supuesto. -Una sonrisa bobalicona bailoteó en sus labios.
-Bien -Taylor se levantó del sillón. La bata se le abrió un poco y dejó ver una imagen que a Karlie se le grabaría para el resto del día-. ¿Dónde han quedado?
Karlie se levantó y sacó una tarjeta de visita de la cartera. Taylor le pasó un bolígrafo del secreter que había en un rincón de la salita y Karlie escribió los datos de Josh en el reverso.
-Te lo agradezco, Taylor -le dijo, mientras se dirigían a la puerta.
-Lo haría por cualquiera a quien aprecie.
Ahí lo tenía, alto y claro: le daba otra oportunidad. Pero no la tomó inmediatamente; no estaba totalmente preparada para saltar al abismo.
-Significa mucho para mí -le dijo cálidamente-. Duerme un poco.
-Tú también. -Taylor no hizo el menor movimiento en favor del beso que se palpaba entre ellas. Dejó que Karlie se alejara y esperó a que mirase atrás. Y Karlie miró atrás.

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Ven A Buscarme - Kaylor
FanfictionQué harías si una mujer irresistiblemente deseable pero absolutamente intocable susurró a usted, si me quieres tendrás que venir a buscarme? Eso es exactamente la situación que Karlie Kloss director general de Klossy, se encuentra en cuanto conoce a...